MASTITIS: TODO LO QUE TENÉS QUE SABER SOBRE EL GRAN “CUCO” DE LA LACTANCIA - Halitus Instituto Médico - Líder en tratamientos de Fertilización asistida

Mundo Halitus

Inicio - Mundo Halitus - En Los Medios

Por: sos-soymama | 12/04/17

MASTITIS: TODO LO QUE TENÉS QUE SABER SOBRE EL GRAN “CUCO” DE LA LACTANCIA


Sentir y Pensar

Seguramente escuchaste hablar del tema y hasta te advirtieron “cuidado que se te puede hacer una mastitis”. Pero no supiste de qué se trataba hasta que sentiste dolor en tus pechos y temiste tener que dejar de amamantar a tu bebé. Síntomas, prevención y cómo tratarla

“Tenés un taponamiento. Tenés que desobstruir para que no se haga mastitis”. Así, cuando lo experimenté en carne propia, fue la primera vez que escuché hablar del tema. En realidad, había oído el término pero nunca supe muy bien de qué se trataba.

Llevaba casi un año de lactancia con Dante cuando una manchita blanca apareció en uno de mis pezones. Al principio no le di relevancia, hasta que con el correr de las horas esa mama no se terminaba de vaciar, por más que pusiera al bebé a tomar de ese pecho. A la tardecita la zona donde estaba la manchita se me había puesto colorada y tenía más temperatura que el resto del pecho. Y me dolía.

Asustada, llamé a la puericultora que me había dado el curso preparto y me dijo que seguramente se me habría hecho un taponamiento en un conducto mamario. Me tranquilizó y me explicó cómo remover la manchita, al tiempo que me aconsejó poner al bebé a mamar de ese pecho o extraerme con sacaleche todo lo que pueda, aunque me doliera (¡y vaya que dolía!).

Con mucha paciencia y perseverancia, en menos de 24 horas había “destaponado” el conducto y todo había vuelto a la normalidad.

Sin manchita blanca, lo mismo me ocurrió en otras dos oportunidades (la tercera con fiebre alta y visita a la guardia para que me mediquen incluida).

Así que, como del otro lado hay muchas mamás que podrían pasar por la misma situación durante su lactancia -y yo misma en esta segunda experiencia-, consulté a dos especialistas para sacarnos todas las dudas sobre uno de los “cucos” que nos persiguen en esto de convertirnos en mamás.

El doctor Juan Isetta es médico mastólogo (MN 81936) de Halitus Instituto Médico y me explicó que la mastitis es “un proceso infeccioso de la mama, que ocurre más comúnmente en la mujer que amamanta, pero no es exclusivo de ese momento”.

Consultado sobre cuáles son los síntomas a los que tenemos que estar atentas, detalló: “la paciente notará que en un sector la mama se enrojece, duele y tiene más temperatura local. Posteriormente podría aparecer fiebre.

Pero, ¿por qué se produce? “En caso de lactancia se la denomina mastitis puerperal, y se encuentra predispuesta por la retención de leche y las grietas del pezón, que permite el ingreso de gérmenes y su desarrollo en el tejido mamario. Fuera de la lactancia, la infección de la mama es ocasional y poco común. Puede hallar como predisponente, aunque no sea algo absoluto, la dilatación de los conductos, el tabaquismo crónico. En algunos casos el proceso inflamatorio se cronifica y hace abscesos a repetición. Se trata con analgésicos, antibióticos y de ser necesario cirugía”.

¿Se puede prevenir? Isetta resaltó que “se previene evacuando adecuadamente la mama, con una buena posición del niño al mamar, amamantando en un ambiente tranquilo y si fuera necesario terminar de vaciar la mama manualmente o con sacaleches y paños tibios en la mama”. Además, “cuidar los pezones con el uso de aireadores y crema cicatrizante para evitar lesiones o bien curarlos” es otra manera de evitar el cuadro.

Sobre cuál es la mejor manera de tratarla, el especialista remarcó que “no se debe suprimir la lactancia, al menos inicialmente”. “Se administrarán antibióticos y analgésicos. De formarse un absceso (colección de pus) se drenará por punción o por cirugía según tamaño del mismo. De ser necesario se suprimirá la lactancia con medicación específica”, detalló.

Por otro lado, consulté a la puericultora Paola de los Santos para saber qué puede hacer la mujer en su casa, más allá de lo que indique el médico, para aliviar las molestias y superar el cuadro lo más rápido posible.

Ante todo aclaró que en caso de que prescriban antibiótico “la mujer tiene que tomarlo sin miedo porque es 100% compatible con la lactancia”.

Además, “los paños calientes en la zona para aliviar las durezas y la congestión son de gran ayuda, más aún antes de poner al bebé al pecho o antes de extraerse leche”. Luego, los paños fríos servirán para calmar la zona.

“Lo que no se debe dejar de hacer es poner al bebé a mamar porque es el mejor extractor de todos. Sólo se recomienda suspender la lactancia si hay supuración”, explicó.