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Por: Halitus Instituto Médico | 28/01/13

La alimentación en verano: comer balanceado e hidratarse son las claves


Cuando comienzan las altas temperaturas es bien sabido que beber agua es uno de los elementos básicos para conservar la buena salud. Sin embargo, no sólo es necesario hidratarse sino alimentarse bien, especialmente en vacaciones. Cuáles son los tips para pasar el verano en forma.

El organismo sufre cambios con las altas temperaturas del verano que requieren ser tenidos en cuenta a la hora de seleccionar los alimentos. Cuando suben las temperaturas, la primera consecuencia es que el cuerpo suda, transpira, y de esa forma elimina agua que debe ser repuesta en tiempo y forma porque puede llevar a un desequilibrio de los electrolitos y conducir a una baja concentración de sodio y sus consecuencias. Se recomienda consumir de 1,5 a 3 litros diarios de líquidos, dependiendo de la masa corporal.
Pero, además, en ese proceso se pierden sales, minerales importantes para el correcto funcionamiento corporal- sodio, magnesio, potasio-, es por ello que la incorporación de mayor cantidad de agua a la dieta no es suficiente para lograr el equilibrio funcional del cuerpo sino que es necesario hacer variaciones a las dietas.
Pero además, en verano suelen tomarse las tan ansiadas vacaciones y, muchas veces, descuidar la alimentación en esa etapa. Ya sean a la sierra o al mar, las modificaciones en la rutina suelen impactar en la cantidad y calidad de los alimentos y –casi siempre- modificar el tipo de ejercicios físicos que se realizan en ese período.
Para evitar las consecuencias de esos cambios, algunos elementos a tener en cuenta:
*Las bebidas alcohólicas, aún las de baja graduación alcohólica, no permiten una buena hidratación, por lo cual es conveniente evitarlas y consumir agua, gaseosas dietéticas o jugos frutales.
*Es recomendable incorporar en la alimentación diaria abundantes vegetales para aumentar el volumen de lo que comemos, con pocas calorías y utilizar frutas como postre y como colaciones entre las comidas principales.
*Minimizar la ingesta de alimentos ricos en grasas. Preferentemente, no incorporarlos diariamente y al hacerlo, determinar porciones pequeñas.
*Dejar de comer o saltear comidas no es saludable porque la siguiente ingesta suele salirse de control. Preferentemente ingerir pequeñas porciones de comida liviana y ligera.
*Comer lentamente, masticando bien y saboreando la comida.
*Si salen a comer afuera asesorarse sobre los contenidos de cada plato. Preferir platos a las brasas o a la parrilla, antes que fritos. Los fritos son de digestión demasiado lenta y pueden resultar pesados, especialmente en días de calor. Pedir el postre una vez que hayan terminado la comida y seleccionar postres con frutas, bajos en calorías y sin grasas, evitando acompañarlo con crema o helado.
*Idealmente, incorporar a la dieta frutas que contengan agua, como sandía, melón, uvas. Y las ensaladas suelen ser una buena opción para comer saludable, liviano y combatir el calor. En este caso, también preferir verduras que contengan gran cantidad de líquido: tomate, pepino, espinaca, remolacha, rúcula.
Las vacaciones pueden ser un buen momento para realizar actividad física. Cualquier lugar es bueno para moverse. Si las vacaciones transcurren en la montaña, siempre se pueden permitir comenzar por pequeñas excursiones e ir alargándolas según la capacidad física y cargar en las mochilas alimentos energéticos: pan, fruta, barritas energéticas. Y si se van de vacaciones a la playa, la hidratación es aún más importante y es un buen lugar para consumir pescados, moluscos y crustáceos pero evitar salsas muy condimentadas o en base a crema de leche y no ingresar al mar hasta pasadas al menos 2hs después de ingerir alimentos.
Y no olvidar que las vacaciones pueden ser un buen momento para hacer ejercicio, ya sea en la playa nadando, caminando o practicando algún deporte; en la montaña, corriendo, andando en bici o a caballo; o si se quedan o viajan a alguna ciudad aprovechar para recorrer caminando porque moverse es estar mejor.