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Por: Diario Clarín | 04/08/13

Fertilización asistida: Nadie pide un in vitro y sale con un bebé


Más allá de la ley vigente, todo lo que las mujeres deben saber sobre el tema. La palabra de Sergio Pasqualini.

Lleva el número 26.862 y -al fin- es ley y garantiza el acceso gratuito a los procedimientos y técnicas de reproducción humana asistida. La norma, se estima, beneficiará a 600 mil personas con dificultades para lograr el hijo ansiado. Un gran paso, sin duda, para achicar la brecha entre los que pueden afrontar los gastos y los que no porque la norma incluye todos los tratamientos -desde técnicas de baja complejidad hasta las más complejas, como la donación de gametos (célula reproductiva) o embriones-. Entre otros puntos no menos importantes, se establece que las donaciones no pueden tener carácter lucrativo aunque se fijará la compensación económica para cubrir las molestias físicas y los gastos que puedan derivar de la donación.

Entrevistado por Mujer, el doctor Sergio Pasqualini, Presidente de Fundación REPRO y Director Científico de Halitus Instituto Médico, centro de técnicas de reproducción asistida de alta complejidad, recordó: “Según estadísticas nacionales, una de cada seis parejas padece de infertilidad y según la Organización Mundial de la Salud, se trata de una enfermedad. Los tratamientos de fertilización asistida valen entre 5 y 40 mil pesos dependiendo del caso, más el costo de la medicación, de 3 a 10 mil pesos. Antes teníamos la ley vigente en la provincia de Buenos Aires, aunque muy restrictiva porque cubría tratamientos para mujeres entre 30 y 40 años, nada más”.

La ley del reloj

La Ley está, pero hay otras cuestiones para tener en cuenta. En la mujer, la fertilidad alcanza el pico alrededor de los 25 años, disminuye hacia los 30, un poco más hasta los 35 y cae abruptamente a partir de ese momento. ¿Las argentinas somos conscientes de la importancia del reloj biológico en lo relativo a la fertilidad y sobre los riesgos de diferir la maternidad por motivos sociales, laborales o simple planificación, más allá de lo biológicamente aconsejable? ¿Cuidamos nuestros órganos reproductores y nuestra vida sexual? ¿Creemos que la ciencia todo lo puede y, mágicamente, seremos madres el día en que se nos antoje? ¿Ahora que existe la ley vamos a decir, “total, ahora está la posibilidad y gratis, soy madre cuando me convenga”?

“Siempre dimos charlas -dice Pasqualini-. Antes porque había que difundir algo desconocido y ahora porque hay exceso de información; alguien que no entiende, se mete a navegar por Internet y se confunde. Entonces viene a vernos y cree que pide un in vitro y sale con un bebé. No es así. Hace 15 años, el promedio de edad de las mujeres que consultaban era de 32 años; ahora es de 37 y 38. Dilatan la búsqueda del primer embarazo y también del segundo y aparecen con edades complicadas para lo que es la naturaleza. Todo empezó en los 50 con la anticoncepción hormonal y la planificación familiar. La embarazada tenía que cortar su profesión o su ascenso laboral; la mujer de esa época no estaba preparada mentalmente para hacer todo lo que hace hoy. Cuando empezamos -en 1987- venían más jóvenes y con más tiempo de búsqueda del embarazo; hoy prueban 3 meses y consultan con más edad, saben que sus tiempos se acortaron y que deben apurarse. Hay pacientes que te dicen: ‘Sí, doctor, ahora sí me quiero embarazar’. Te lo dicen lo más panchas, con 40 años. No tienen conciencia”.

Conocer para decidir

“Es tiempo de concientizar: preservar la salud es preservar la fertilidad -ése es el lema de REPRO-. ¿Cómo se hace? Cuidándose del estrés, la obesidad, evitando el tabaquismo y el sedentarismo, y realizando controles clínicos y ginecológicos para mantener un buen estado general, porque todo incide en la función ovárica y en la cantidad y calidad de óvulos. La mujer tiene que conocer todo esto y, si con 30 años piensa diferir su maternidad, que esté informada y tome la opción o no de criopreservar -congelar o vitrificar sus óvulos- para el futuro. Si congelás, el secreto del éxito es hacerlo joven y con la técnica correcta. Lo que está mal es no saber que se puede o no pensarlo. La criopreservación es un procedimiento que permite congelar a menos de 196 grados centígrados óvulos, espermatozoides, embriones o tejido ovárico. Tiene un costo de $3.000 y se puede mantener el material congelado por alrededor de $700 anuales”. Este es el servicio de guarda contemplado por la ley.

Técnicas de baja y alta complejidad

(…)

“Hay un menú de opciones -agrega el especialista-, pero cada caso es único. Nuestras estadísticas dicen que de 100 mujeres, 85 tienen que estar embarazadas transcurrido un año. Si bien se estudian hombre y mujer en paralelo, es más fácil detectar el factor masculino”.

¿En qué consiste la evaluación de la fertilidad? Puede hacerla una pareja que busca un hijo o una mujer que desea conocer su condición fértil. Para la pareja indicamos espermograma para el hombre y a la mujer le pedimos estudios hormonales, una ecografía para ver la cantidad de microfolículos (así conocemos la reserva ovárica), otra, transvaginal, para ver la anatomía del útero y ovarios y otros estudios para conocer el estado de las trompas y un test post coital. Este test consiste en citar a la mujer en la época de la ovulación, después de haber tenido relaciones, y ver cómo está el moco del cuello, que es la primera barrera que tienen que pasar los espermatozoides y así observamos cómo se mueven. Evaluando dos ciclos -dos meses- ya tenemos un panorama para indicar un tratamiento”. Todo está muy bien pero hay que poner el cuerpo. Quienes han vivido la experiencia y con final feliz (ser padres) saben que hay una fórmula que acompaña y ayuda: amor más humor.

¿Todas pueden?

“Es falso que todas las mujeres puedan tener hijos -advierte Pasqualini-. A pesar de los avances, no todas lo lograrán: si hay problema de ovarios, recurrimos a la donación de óvulos; si el hombre no tiene espermatozoides, hay banco de esperma; problemas en el útero o en el cuerpo, que no puede llevar adelante un embarazo, buscamos un útero portador; un hombre solo, pide un útero portador con óvulo donado. Siempre se podrá encontrar para cada afección, en teoría, una solución. Pero no todos se embarcan con todo”.

Ahora existe un marco legal que contempla el factor económico y posibilita el acceso gratuito y el derecho a la paternidad sin discriminación. Embarcarse en todo podrá generar un planteo ético o religioso, quizá, pero el dinero o la edad, al menos, ya no serán los escollos.

CLAVES

La ley establece que son sus beneficiarios los mayores de edad, independientemente de su orientación sexual o estado civil. El sector público, las obras sociales y entidades de medicina prepaga deben costear los tratamientos como parte del Programa Médico Obligatorio (PMO). Los tratamientos incluyen la inducción de la ovulación, la estimulación ovárica controlada, el desencadenamiento de la ovulación, las técnicas de reproducción asistida y la inseminación intrauterina, intracervical o intravaginal, con gametos del cónyuge o de un donante. El Ministerio de Salud de la Nación es la autoridad de aplicación.

Fuente: clarin.com (CLARIN ONLINE)