Ser mamá con óvulos donados es, a veces, la única posibilidad

Cuando la ovodonación es la única posibilidad para lograr el embarazo
En ocasiones pueden presentarse muchas situaciones en la vida de una mujer por las cuales no le sería posible ser madre con sus propios óvulos, sino a través de la donación de ovocitos. Una de estas situaciones puede ser la menopausia precoz, también la extirpación quirúrgica de los ovarios, por ejemplo frente a un cáncer, la mala calidad ovocitaria, o el factor edad, que en la mujer juega un papel determinante en la función ovárica.
La ovodonación se indica en los siguientes casos: mujeres que dejaron de menstruar (por menopausia precoz o por extirpación de los ovarios); mujeres que menstrúan pero no ovulan o que producen ovocitos de mala calidad, que resultan infertilizables; también es recomendable para las pacientes que han tenido mala respuesta a la estimulación hormonal durante tratamientos previos de fertilización asistida (FIV o ICSI) con sus propios óvulos; mujeres mayores de 40 debido al incremento del riesgo de gestar un hijo con alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down; frente a antecedentes familiares de una enfermedad que podría transmitirse a sus hijos (como hemofilia, fibrosis quística, por ejemplo).
En todos los casos, la mujer que dona sus ovocitos debe ser menor de 32 años, para asegurar una buena calidad ovocitaria. Generalmente son mujeres menores de dicha edad, que tienen maternidad comprobada y se someten a un tratamiento de estimulación ovárica, para la aspiración de sus ovocitos, donando la totalidad de los mismos.
También pueden ser mujeres jóvenes que realizan una FIV debido a un factor masculino de infertilidad, encontrando en ellas ausencia de fallas reproductivas. Frente a la producción de una cantidad importante de ovocitos, debido a que si fertilizan todos obtendrían una cantidad excesiva de embriones, muchas parejas ceden generosamente algunos de sus óvulos.
Como en todo tratamiento de fertilidad, las donantes también deben cumplir los requisitos de haber obtenido resultado negativo para las enfermedades de transmisión sexual (HIV/Sida, Hepatitis B y C, Toxoplasmosis y Sífilis), y la ausencia de antecedentes familiares de enfermedades transmisibles genéticamente.
Al igual que en el caso de la donación de órganos humanos y sangre, la donación de ovocitos es un acto altruista, anónimo y voluntario.
Mediante una medicación hormonal se prepara el endometrio de la paciente para permitir la anidación de el o los embriones que se transfieran. Para este fin se sincronizan los ciclos menstruales de la paciente y la donante. Una de las técnicas más usuales es administrar anticonceptivos a ambas mujeres en el ciclo anterior al procedimiento, de manera que tengan su menstruación de forma simultánea. Mientras la donante recibe una medicación hormonal de estimulación ovárica en la primera fase del ciclo, que favorecerá la producción de una importante cantidad de ovocitos, la paciente receptora recibe otra medicación que prepara su endometrio para llegar al día de aspiración de los folículos de la donante de forma óptima para recibir los embriones que se transfieran. Para evitar el embarazo múltiple no suelen ser más de 2 a 4 embriones, dependiendo de la calidad de los mismos.
Mientras tanto se realizan periódicamente controles ecográficos para medir el tamaño de los folículos y su evolución. Una vez que alcanzan una medida adecuada que sugiere que están maduros -entre los 18 a 22 milímetros para cada folículo- se establece el día en que se realizará la aspiración de los ovocitos.
En nuestra experiencia, observamos un 56% de embarazo en el primer intento, en el caso de tratamientos utilizando ovocitos de donantes con maternidad previa comprobada que donan la totalidad de sus óvulos. En el caso de donantes que se someten a un FIV y donan parte de sus óvulos, la tasa de embarazo en ovodonación corresponde al 30%. Con respecto a los embarazos múltiples hallamos una incidencia similar al resto de las técnicas de reproducción por FIV, con un 72 % de nacimiento único, y un 28 % de nacimiento gemelar