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Por: Sentir y Pensar | 11/07/14

Los tratamientos de reproducción asistida ante los nuevos modelos de familia


Los cambios sociales han sido tan grandes a nivel familiar que, luego de la existencia de una ley de matrimonio igualitario y ante la postergación de la maternidad de hombres y mujeres e, incluso, de hombre y mujeres que se atreven a ser padres solos, los tratamientos de reproducción asistida han ido dando respuesta a cada uno de ellos. Es por eso que hoy contamos con distintos modelos de familia. Mujeres y hombres solos, parejas homosexuales y heterosexuales, para todos ellos la reproducción asistida presenta opciones de cumplir el sueño de tener una familia.

Nadie sabe a ciencia cierta qué sucedió primero: si en primera instancia surgió la aceptación social que permitió la creación de nuevos vínculos o si los nuevos vínculos lograron instalarse y ser aceptados. Sin embargo, nadie duda de que los tratamientos de reproducción asistida hayan abierto la puerta para los nuevos modelos de familia. Una mujer sola, un hombre solo, una pareja de mujeres, una pareja de hombres –además de una pareja de hombre-mujer- pueden hoy también soñar con vivir un embarazo y formar una familia.
Con distintas opciones en cada caso, cada vez más personas pueden cumplir el sueño de ser padres.

Familias monoparentales: Mujer sola, hombre solo
“Cada vez con mayor frecuencia se acercan hombres o mujeres solos que desean tener un hijo. La mayor parte de las veces, llegan en un momento de la vida-alrededor de los 40 años- en que o no tienen pareja o la han tenido y ya no y no desean esperar para buscar un hijo. Fundamentalmente las mujeres, a quienes, como siempre decimos, le reloj biológico les suena y saben que en algún momento perderán definitivamente la posibilidad de embarazarse pero también los hombres que, cada vez más informados, saben que también a ellos el tiempo –si bien más paulatinamente-les corre en el cuerpo. Para cada caso existen distintas opciones”, explica el Dr. Sergio Pasqualini, Director científico de Halitus Instituto Médico y Presidente de Fundación Repro.

Mujer sola: La evaluación no difiere de aquella que se llevaría a cabo en el caso de una mujer que llega en pareja. Luego de una evaluación física, un interrogatorio y estudios hormonales, se evaluarán las posibilidades según los resultados. “Algo muy importante en estos casos es la evaluación psicológica porque uno debe evaluar la salud de esa mujer, su contexto, su entorno. Además, en general, se trata de mujeres profesionalmente realizadas y económicamente en condiciones de mantener una familia pero que están al límite de su edad fértil. Excepcionalmente puede tratarse de una mujer joven que decide no esperar a estar en pareja para ser madre pero no es lo más frecuente”, comienza diciendo el especialista.
En estos casos aparece una necesidad: el semen de banco. Pasqualini explica que “se requerirá una muestra concordante con el perfil genético de la paciente y podrá recurrirse a la inseminación intrauterina, pero en caso de que la mujer presente problemas reproductivos deberemos utilizar técnicas de fertilización in Vitro. En algunos casos, debido a la edad avanzada de la paciente es necesario recurrir también a la ovodonación”.

Hombre solo: la evaluación masculina siempre es más simple que la de la mujer porque el hombre solo requiere de una muestra de semen…o dos o tres. Pasqualini expresa: “si bien generalmente se trata de hombres de edad avanzada también, sabemos que aunque el reloj biológico se mueve al son del tic-tac también para ellos, la producción espermática continua no suele ver un declive hasta una edad mucho más avanzada que la mujer por lo cual sus posibilidades suelen aún verse intactas. Sin embargo, estos hombres enfrentan una dificultad mayor porque requieren de un vientre que lleve adelante los nueve meses de gestación”. En este caso, aparecen dos necesidades: un óvulo donado y un útero para llevar adelante el embarazo. “En algunos casos puede ser la misma mujer pero en general, no lo es. La búsqueda de un útero subrogado no es tarea fácil y los pormenores legales a tener en cuenta antes de embarcarse, tampoco. El asesoramiento legal es fundamental en estos casos, ya sea que lo realice en el país o en el exterior”, dice el médico.

La Lic. Patricia Martínez, psicóloga especializada, describe: “En la familia monoparental hay un deseo de encarar este proyecto en solitario. Las madres-mayoritariamente son mujeres- que deciden formar familias monoparentales, son en general mujeres adultas de 35 y 45 años de edad. Optan voluntariamente por la maternidad en solitario. Suelen tener un alto nivel académico y/o empleos calificados pero por sobre todas las cosas son mujeres autónomas, seguras, independientes y decididas. Los chicos que crecen en familias con un solo progenitor no tienen porque desarrollar patología, siempre y cuando se hable claro con ellos sobre el advenimiento de la familia a la que pertenece, tratando de evitar el desarrollo de fantasías sobre el progenitor que falta y sobre esto fundamentalmente trabajamos.

Parejas del mismo sexo
Desde la aprobación del matrimonio igualitario en nuestro país en julio del 2010 mediante la ley 26618, cada vez más mujeres y hombres han “salido del closet” y se han animado a buscar formar sus propias familias. La reproducción asistida también tiene posibilidades para ellos.
La psicóloga acota: “La dinámica de una familia de cualquier tipo es posible en virtud de que los roles son funcionales, pudiendo ser ejercidos por 1 o 2 personas de igual o distinto sexo”.

Mujer-mujer: “En el caso de una pareja formada por dos mujeres, ambas deben ser evaluadas desde le punto de vista de la fertilidad. Porque si bien muchas veces ellas vienen decididas sobre quién llevará el futuro bebé en su vientre, muchas veces no es la mejor opción y tendrían más oportunidades si la otra llevara adelante el embarazo. La evaluación de ambos miembros debe realizarse como en el caso de una pareja heterosexual, es importante”. Las opciones dependerán de los resultados de los estudios pero, una vez más, también en este caso aparecerá la necesidad de semen de banco. Y el tratamiento a realizar podrá ser, una vez más, inseminación intrauterina o, si existen problemas reproductivos, técnicas de fertilización in Vitro.

Hombre-hombre: Una pareja formada por dos hombres, al igual que aquella formada por dos mujeres, debe ser evaluada en conjunto. Esto arrojará resultados de dos espermogramas, siempre y cuando ambos estén dispuestos. En algunos casos, ya vienen decididos sobre quién aportará la muestra. “Nosotros les sugerimos siempre que en primera instancia entren en contacto con abogados especialistas en derecho de familia internacional que pueden asesorarlos sobre toda la parte legal. Y mientras tanto avanzamos con los estudios. Puede requerirse también un perfil hormonal, además de los espermogramas. Y luego, puede recurrirse a un óvulo donado, que deberá ser fecundado en laboratorio mediante técnicas de reproducción asistida de alta complejidad –FIV convencional o ICSI- e implantado en un vientre subrogado. En algunos casos puede realizarse una inseminación intrauterina a quien será la mujer subrogante”, explica Pasqualini.

Parejas heterosexuales
Mujer-hombre
Las técnicas disponibles para estas parejas tradicionalmente formadas por un hombre y una mujer consisten en todas las opciones. Estas parejas tienen a disposición todas las opciones. Han de evaluarse a ambos miembros por separado y, dependiendo de los resultados se decidirán las opciones de tratamiento. “Puede recurrirse a técnicas de baja complejidad, como las relaciones sexuales programadas o la inseminación intrauterina, con o sin estimulación, o si hay problemas reproductivos que así lo requieran, utilizar técnicas de alta complejidad como las fertilización in Vitro convencional o la técnicas de inyección intracitoplasmática de espermatozoide(ICSI) en la cual un único espermatozoide es inyectado dentro de un óvulo en lugar de colocar la muestra en laboratorio junto al óvulo para que un espermatozoide logre la penetración y fecundación”.

El médico concluye: “Muchas veces, en cualquiera de los casos pueden ser necesarios más estudios. Pueden presentarse problemas hematológicos, inmunológicos, hormonales, disfunciones sexuales, problemas de obstrucción en las trompas de Falopio en las mujeres o en los conductos eferentes o en el epidídimo en los hombres. Para ello hay estudios y también posibilidades de solución. Lo más importante es que lleguen a consulta y exploren junto al médico, como si fuéramos un equipo, las distintas posibilidades que la ciencia tiene. En ese camino, nosotros siempre sugerimos que incorporen actividades de nuestro Departamento Mente-Cuerpo, acupuntura, sincronizadores cerebrales, sistema de entrenamiento especial…cualquiera de nuestras opciones complementarias puede ser de ayuda no solo para optimizar los resultados de un tratamiento sino para nuestros pacientes lleven una mejor calidad de vida”.