Se calcula que cerca de un 40% de los casos de parejas que presentan infertilidad tienen como causa un factor masculino y no son pocos los casos en que los hombres recurren a la criopreservación de semen. Es por ello que, desde el laboratorio, también se dan nuevas respuestas a problemas más antiguos. Ya desde el año pasado se utiliza una técnica de raspado superficial o “scrapping” para el manejo de muestras grandes que permite evitar el deterioro que implica congelar y descongelarlas en cada tratamiento. Esta es la historia de Marina y Leandro.
Leandro y Marina hoy disfrutan con alegría de la familia que formaron. Helena ilumina sus vidas a diario para recordarles que el esfuerzo valió la pena. La ciencia acompañó ese esfuerzo.
“Nosotros nos conocemos hace 5 años, ella trabajaba con mi hermano. Yo estaba separado, tengo una hija que en ese momento tenía 7 años, y a partir de ahí tuvimos una convivencia rápida y un poco la intención de armar una familia. Ella era soltera y no tenía hijos, nos casamos y la intención de tener hijos era lógica y yo estaba y estoy con una imposibilidad directa de tener hijos de manera natural. Tuve un tratamiento de quimioterapia que me provocó azoospermia en el año 2000. Empecé con un cáncer en un testículo que se me extrajo y al mes surgió que tenía metástasis y me internaron varios meses con una quimioterapia bastante fuerte. Y el día que me avisaron que empezaba el tratamiento, la doctora me dijo que podía hacer una criopreservación de semen, dejando una muestra, porque puede ser que el tratamiento te deje estéril, me dijo”, relata Leandro.
La azoospermia, o falta de espermatozoides en el eyaculado, es un problema bastante frecuente en los hombres en edad fértil. Existe la azoospermia de causa obstructiva o de causa secretora que es aquella en la cual el testículo produce tan poca cantidad que no se ven espermatozoides en el eyaculado. En ambos casos hay que recurrir a la biopsia. “Los testimonios son buenos porque uno ve una foto de la película pero en el testimonio conocemos toda la historia. Cuando escuchás un testimonio muchas veces te estremecés. Leandro enfrentaba una azoospermia a partir de un tratamiento de quimioterapia”, sostiene el Dr. Pasqualini.
“En ese momento me estaban dando otra noticia en realidad: que esto parecía pequeño. Pensar en un hijo, yo ya tenía uno, cuando estaban viendo qué posibilidad de sobrevida tenía yo…era raro. Ese fin de semana lo maduré y el lunes cuando me fui a internar pasé por fertilidad una hora antes, dejé la muestra y me interné”, cuenta Leandro.
“Lo importante es que el paciente, hombre o mujer, que va a enfrentar un tratamiento de este tipo, aunque uno no piense en tener hijos en ese momento, las cosas en la vida pueden cambiar, siempre es conveniente criopreservar”, agrega Pasqualini.
El scrapping
El año pasado Halitus presentó un trabajo en la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida sobre un nuevo método de tratar a las muestras congeladas de semen. Cuando se presenta un caso en el que es necesario trabajar con semen criopreservado para preservación de la fertilidad, puede hacerse un mejor aprovechamiento del material- en este caso limitado- intentando conseguir los espermatozoides mediante un raspado o “scrapping” superficial de la muestra congelada y evitar así que la muestra deba ser congelada y descongelada varias veces reduciendo el deterioro y la viabilidad que esto conlleva. Especialmente, si uno tiene en cuenta que generalmente, es necesario realizar más de un tratamiento y que la cantidad de semen criopreservado suele no ser cuantiosa.
“Nuestro biólogo, el Dr. Carlos Quintans, halló en este scrapping, una variante de aprovechamiento con una sola muestra para uso posterior eventual. Scrapping quiere decir raspado. Él toma el tubo con una pincita para evitar transmitirle calor y derretir la muestra, y con una espátula muy finita lo va raspando en la superficie y cada pedacito lo va mirando, cuando obtiene los espermatozoides necesarios, deja de raspar y lo que no se descongeló vuelve al tanque de nitrógeno y de esa manera puede utilizarse en varias oportunidades, de acuerdo, siempre, a la muestra original. Es pensar en cómo optimizar los recursos. Cuando la muestra no es buena, hay otras variantes de técnicas. Puede tomar poquísimos espermatozoides, se colocan debajo de una gota de aceite y se congelan de esa manera, o se colocan dentro de la cáscara de un óvulo, al cual se le extrae el óvulo y se inyectan dentro. Son variantes para poder encontrar al espermatozoide después. Actualmente, la forma de preservar el semen es fraccionando la muestra lo más posible, esto se lleva a cabo en pajuelas o pastillas. Pero además, la criopreservación de espermatozoides en microgotas o pastillas, es una técnica investigada y utilizada en nuestro laboratorio. Consiste en criopreservar 4 a 6 espermatozoides en microgotas bajo una capa aceitosa y sobre un recipiente de cultivo de tejido plástico. El recipiente se cubre, se envuelve con un film plástico y se almacena horizontalmente en un tanque de nitrógeno líquido. Nuestro laboratorio reportó una recuperación luego del descongelamiento de la muestra de un 90 a 100%. Hoy en día esta técnica tiene aún un uso limitado pero hemos obtenido importantes resultados”, sostiene el Dr. Pasqualini.
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