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Por: | Revista Ser Padres | 01/04/15

¿Esto era estar embarazada?


Los cambios físicos y emocionales que supone la gestación son suficientes para que el ánimo de la futura mamá sufra más altibajos que una montaña rusa. Aprende a manejarlos.

EI test dio positivo y confirmas tus sospechas, estás embarazada. Emociones contradictorias, cambios de humor repentinos, estados de alegría y tristeza juntos, malestares y revoluciones de todo tipo comienzan a formar parte de tu día a día. Entonces, Esto era estar embarazada? Pero no me gusta cómo se siente. Es normal? No debería estar feliz en lugar de estar asustada y hasta molesta? Y prepárate: si el segundo y tercer trimestres están llenos de cambios físicos, en el primero las alteraciones emocionales son moneda corriente. Sumado a esto, la excesiva idealización de la maternidad, sobre todo en las primerizas, puede hacer que esta etapa inicial se viva con angustia. Tranquila, existen motivos por los que la mayoría de las embarazadas se sienten así. Y, las buenas noticias? También hay tácticas para convertir esa incertidumbre en alegría.

Cambios de humor repentinos
Hay futuras mamás que experimentan emociones exageradas, en unas están eufóricas y quieren, por ejemplo, contarle la noticia a todo el mundo y, al siguiente minuto, son víctimas de un terrible estado de tristeza. Otras se sienten más bien deprimidas, ansiosas, o con ganas de desaparecer de la tierra.

El embarazo puede ser un periodo muy estresante. Quizás te preocupa pensar si su bebito nacerá sano, si les alcanzará la plata con todos los nuevos gastos que se vienen, o si vas a ser la mamá que siempre soñaste. Puede que te inquiete también tu relación con tu pareja y tus otros hijos, y te preguntes: Podre darles a todos la atención que necesitan?

En la mujer embarazada es frecuente ver alteraciones del estado de ánimo que responden principalmente a cambios hormonales. Estos afectan a los neurotransmisores que intervienen en el carácter. Más allá de la felicidad que puede provocar la gestación, este periodo suele acompañarse de grandes niveles de estrés debido a que es una etapa de adaptación continua, no solo a nivel social, sino también físico, ya que el cuerpo atraviesa muchas variaciones. Otra causa, no menos importante, son los síntomas que se presentan mayormente durante el primer trimestre. Náuseas, vómitos, acidez y cansancio son algunos de ellos y no contribuyen a la calma necesaria para el estado gravídico, explica lo Dra. Agustina Cavadas, obstetra de Halitas Instituto Médico. En la mayoría de los casos, las modificaciones del humor surgen entre le sexta y le décima semana, disminuyen hacia el segundo trimestre y reaparecen al acercarse al fin de la gestación.

Estoy perdiendo imagen
El embarazo puede desencadenar una gran cantidad de sentimientos contradictorios. Aunque estés feliz de saber que hay una nueva vida creciendo dentro tuyo, (nada menos que la de tu anhelado hijo), todas las mutaciones que estas experimentando con tu cuerpo pueden hacer que te sientas cualquier cosa, menos linda. Es posible que, medida que tu cintura desaparece, pienses en cuándo volverás a recuperar tu figura habitual. El físico va cambiando y expandiéndose para acomodarse a la gestación. Por eso es normal que por momentos te sientas poca atractiva o gorda, o creas que tu pareja te ve fea, o te preocupes pensando si podrás volver peso normal después de parir.

Antes de quedar embarazada me imaginaria que estaría radiante, con una pancita redonda. Sin embargo me veo horrible, tengo aspecto de cansada y mi panza todavía no tiene forma. No digo que haya sido una decepción pero estoy deseando que pasen los meses pata ser una embarazada de verdad, dice Cecilia (34).

Un buen ejercido para poner en práctica es trabajar la auto aceptación o autovaloración, es decir, la capacidad que tenemos de queremos, apreciamos, valoramos y aceptarnos desde una mirada realista y amorosa. La relación entre la autoestima y las emociones a de un feedback. Por un lado, cuanto más te auto valores y te aceptes, mayor consistencia interna tendrás y tus emociones fluirán con más regularidad, acompañando los acontecimientos también los que parecen negativos, sostiene la Lic. Muria Gabriela Fernández del Instituto Sincronía, especializado en estrés, ansiedad y emociones. Centrarnos en lo positivo y acostumbrarnos a observar las características buenas que tenemos es una herramienta indispensable para sentirnos a gusto con nosotras mismas. Todos tenemos algo especial de lo cual podemos sentirnos orgullosos; es imponente apreciarlo y tenerlo en cuenta a la hora de evaluarnos, aclara la psicóloga.

Pasado el primer trimestre, la panza empieza a crear más rápidamente y este es un hecho que todas las mamás disfrutan. Ya no resulta un problema el verse rellenitas, sino todo lo contrario: sentir que el bebé se desarrolla y se mueve dentro de ellas es una enorme satisfacción que compensa todas las rarezas que se producen a nivel físico.

Al borde de un ataque de nervios
Es muy común que las futuras mamás sientan miedo e inquietud. Por un lado están los temores relacionados al embarazo en general y, por otro, los que surgen de la historia propia de cada una. Los primeros, en general, se modifican según transcurren los meses: no son los mismos al principio que cuando nos acercamos a la fecha de parto. Durante el primer trimestre la angustia se asocia a la pérdida del embarazo y a que el bebe sufra algún defecto genético.

Soy primeriza y espero mellizo. Os ea tengo pánico doble. No solamente porque esta es mi primera experiencia sino porque tengo terror que se interrumpa el embarazo o que mis bebes nazcan con algún problema de salud. Ni hablar de comer, hacer o tornar cualquier cosa que presienta que les pueda hacer daño incluso a veces me da medo ir al baño, estornudar, toser, todo. Con mi esposo estamos súper felices y do verdad me siento bendecida, pero creo que el pánico, la ansiado y las expectativas están a punto de volverme loca, confiesa Jenifer (30).

Despertarse en medio de la noche con un ataque de llanto es una situación bastante recurrente que viven las futuras mamás durante las primeras semanas de gestación. Recordar que tan solo unos días atrás, cuando todavía ni sabias que estabas en la dulce espera, disfrutaste relejada una copa de vino o hiciste tu rutina de Pilates habitual, es una excelente estrategia para disminuir la presión. Claro que ahora que conoces tu estado, es importante que dejes ciertos hábitos de lado pero recapitular que te tomaste algunas licencias y tu panza sigue en perfecto estado va a ser un bálsamo para tus nervios. De todos modos, experiencias como éstas tienen todas las embarazadas y es absolutamente noma. Por eso es vital que siempre consultes todas tus dudas con tu obstetra de cabecera y no trates de reemplaza su consejo por información que encuentres en internet o que te cuenten por ahí.

Aprender a manejar las emociones
No hay una única fórmula para saber cómo controlar los sentimientos. La idea es intentar buscar la solución con la que cada una se siente más tranquila, dice Cavadas. Si bien es tentador aprovechar el tiempo antes de la llegada del nuevo integrante, una embarazada no debería sobrecargar sus actividades personales, laborales ni familiares sino intentar construir en su casa y trabajo un ambiente en donde prime la armonía. El vínculo con su pareja y familia es valioso, y para esto es clave el diálogo, sobre todo para que no se tomen de forma personal los posibles altibajos, agrego la especialista. Sumar alguna actividad puede ayudar a mejorar la energía, por ejemplo, comenzar clases de yoga, relajación, o meditación. Y en el caso de que te sientas superada por la situación, un tratamiento psicoanalítico es una buena alternativa para tener en mema.