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Por: La Nación | 16/01/05

Escuchar música ayuda a que los bebes aprendan mejor a hablar


La estimulación del oído aumenta la conexión entre neuronas.
Es posible cantarles y hacerlos escuchar melodías desde que están en la panza.
Si se los duerme con canciones de cuna, podrán balbucear a los cuatro o cinco meses.

Una curiosidad de la gestación es que el primer órgano que se desarrolla en la panza materna es el oído: los latidos del corazón y el fluir de la sangre de la mamá son los acordes que forman la primera composición musical que percibe un embrión.

De ahí en adelante, toda música placentera para los padres estimulará el cerebro del bebe y le facilitará más adelante adquirir el lenguaje.

«Aunque no es gracias a la música que el bebe va a hablar mejor, la música es el puente que permite alcanzar ese objetivo, ya que está demostrado que los chicos que fueron estimulados con música desde el vientre materno nacen con una predisposición al aprendizaje mucho mayor», señala el musicoterapeuta Gabriel Federico, vicepresidente de la Asociación Argentina de Musicoterapia e investigador de la Asociación Americana de Psicología Pre y Perinatal.

Diálogo entre neuronas

Lo que logra la música, explica el musicoterapeuta Gabriel Federico, es «que las conexiones neuronales en el cerebro estén más estimuladas para el aprendizaje, lo que le dará al niño más facilidad para la prosodia y la estructura melódica a partir del año y medio, cuando comience a hablar».

Un estudio sobre el desarrollo del cerebro humano realizado en la Universidad de California, EE.UU., a propósito de los beneficios de la música de Mozart en los chicos (conocido como el efecto Mozart), halló que nacemos con 100 billones de neuronas, que se van conectando a medida que nuestros sentidos transmiten información al cerebro.

Así, por ejemplo, ver la sonrisa de los padres u oír sus voces facilita la unión entre las células nerviosas del bebe.

«La madre embarazada y el feto en la vida intrauterina se benefician mutuamente escuchando música porque la interacción musical ayuda a desarrollar lazos de comunicación y facilita el avance del lenguaje», escribe el presidente de la Fundación Sociedad Argentina de Pediatría (Fundasap), doctor Teodoro Puga, en un editorial de la revista Archivos Argentinos de Pediatría.

«La música debería ser recomendada precozmente por el pediatra en el primer nivel de atención e integrada en la rehabilitación de niños con discapacidad», insiste.

Con experiencia en el tratamiento de discapacidades y autismo, el doctor Teodoro Puga utiliza la música en chicos de tres y cuatro años con dificultades del lenguaje.

«Mejoran la atención, la memoria y comienzan a hablar con palabras que copian y luego logran unir -explica-. Esto demuestra que las neuronas se van conectando.»

En la Maternidad Sardá, en tanto, la pediatra neonatóloga Iris Schapira recurre a la música durante la evaluación clínica de bebes ciegos para mejorar los resultados. «La respuesta es fantástica porque son como esponjas que responden a la relajación que perciben en la mamá y se predisponen mejor para mostrar todas sus capacidades», comenta la médica, que coordina el Consultorio de Neurodesarrollo e Intervención Temprana.

Intensidad, timbres y ritmos

Como el pensamiento, las composiciones musicales tienen comienzo, desarrollo y final. Como la voz, son un conjunto de tonos, intensidades, timbres y ritmos que el bebe recibe de manera organizada.

«Si la mamá o el papá le cantan para dormir, por ejemplo, a los cuatro o cinco meses el bebe comienza a balbucear para dormirse», comenta la doctora Schapira.

Para la psicóloga Carolina Micha, especialista en estimulación y desarrollo de primera infancia, la música es un instrumento que favorece la comunicación. «Aprender cantando -afirma la fundadora de Primeros Pasos (www.primerospasosonline.com)-, enlaza el conocimiento con la emoción, ya que cuando un bebe escucha una canción, primero le produce emociones y luego copia lo que escucha. Como las canciones, el lenguaje también es un juego.»

Semana 16

Recién a partir de la semana 16 del embarazo, el bebe comienza a captar por su sistema auditivo los sonidos externos a la mamá. Aunque su cerebro aún no los puede decodificar, responde con actos reflejos.

Estas respuestas fetales son las que el licenciado Federico estudia desde hace cinco años en más de 150 mamás.

En una primera etapa, con el doctor Oscar Guetmonovich, Federico estudió a través de un ecógrafo cómo los bebes responden al colocar pequeños parlantes a un centímetro de la panza (al apoyarlos, la respuesta es sensitiva y no auditiva).

En pantalla, los investigadores observaron que los fetos comenzaban a succionar y que buscaban la fuente sonora. Los resultados argentinos fueron elogiados en 2002 durante el X Congreso Mundial de Musicoterapia, en Inglaterra, y resumidos en el libro «Música prenatal» (Kier, 2003).

Ahora, desde 2004 y con la doctora Natalia Vásquez del Centro Halitus, utilizan ecografías en cuatro dimensiones para confirmar, por ejemplo, que el bebe siente más los sonidos graves, pero percibe mejor los agudos, o que la fijación del estímulo sonoro está relacionada con las sensaciones de la mamá.

«En la panza, el bebe no tiene todavía gustos musicales. Se siente cómodo o no según lo que le transmite la madre por la vía hormonal, es decir, a través de la sangre, y donde intervienen las emociones», dice el musicoterapeuta.

Pero ¿qué música es más beneficiosa?

Según coinciden los especialistas, toda aquella que sea placentera para los padres: desde el rock hasta la música clásica, ya sea grabada, cantada por ellos o mientras la disfrutan en un concierto o la bailan. «No existe una receta musical -dice Federico-. Cualquier tipo de música estimula el cerebro del bebe por igual.»

La doctora Schapira, en tanto, sugiere para el día música tranquila y a un volumen normal para evitar traumas acústicos. Durante el sueño y las comidas, recomienda no poner música ni encender la televisión para evitar alterar la atención del chico.

«Si a la hora del baño, por ejemplo, se les pone la canción «Al agua pato», cada vez que la escuchen sabrán que llegó la hora de bañarlos porque se afianza la memoria de reconocimiento y de anticipación -dice Micha-. Los bebes aprenden a través de la rutina.»

Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION

Dulces sonidos

La Fundación Sociedad Argentina de Pediatría acaba de editar el disco «El amiglobo», con canciones infantiles.

Su objetivo, como señala el doctor Teodoro Puga, es ayudar a crear para los chicos el ámbito adecuado para el pensamiento y la lectura «en un mundo que resulta violento para ellos, respetando su derecho al reposo y la diversión», tal como lo establece la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Informes: 4821-8612 o fundasap@sap.org.ar.