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Por: Marcela Fttipaldi | 28/12/21

Y tu sexualidad… ¿también se toma vacaciones?


Por la Dra. Beatriz Literat, (MN 50294) Médica Sexóloga Clínica y Ginecóloga del Departamento Medicina Sexual Halitus Instituto Médico

La época de vacaciones de verano, siempre ha sido el tiempo de relajarse, explorar nuevas actividades solos o en familia y poder redescubrir los vínculos desde un lugar de menor estrés y exigencia. Esta temporada de vacaciones con una pandemia que, por momentos, permite volver a aproximarse a la vida social que se disfrutaba antes, estimula a pensar en lo saludable y placentero del ejercicio de una sexualidad plena.

Como siempre mencionamos, la actividad sexual en su significado más amplio está presente en la vida durante las 24 horas del día, está nutrida por la energía vital y modulada por las hormonas y miles de sustancias químicas que contribuyen a que pueda desplegarse en sus diferentes aspectos biológicos, emocionales y espirituales. Todos ellos en equilibrio, conducen a un estado de bienestar que no solo satisface a la propia persona, sino que promueve también un apego saludable y entusiasta con la pareja, generando mayor energía y creatividad para muchas y diversas actividades de la vida cotidiana.

Son incontables las personas que encuentran en el ejercicio de una sexualidad saludable en vacaciones, un recurso energético importante para mejorar la salud general, el estado de ánimo, el vínculo con la pareja y hasta una mejor disposición para cualquier otro aspecto de su vida que puede ser optimizado. Las parejas que desean embarazarse, estén o no en un tratamiento de fertilidad, pueden encontrar en su sexualidad en vacaciones la plenitud que implica un cambio de escenario y la posibilidad de un encuentro amoroso libre de la ansiedad por alcanzar el resultado, lo cual va a favorecer a posteriori, el logro de la concepción. Las parejas con hijos, por su parte, pueden llegar a encontrar espacios para crear su propia “mini luna de miel”, o sea un reencuentro que, además de refrescar a la pareja, le permite encarar la convivencia con los hijos desde un lugar de mayor felicidad y energía. Muchas personas con problemas de salud crónicos, pueden incorporar a las rutinas saludables de alimentación, ejercicio y esparcimiento, el reencuentro con su “ser sexual”, logrando así que su sistema inmunológico contribuya a mejorar su calidad de vida física y emocional. Las personas mayores, al compartir en los lugares vacacionales actividades con otras personas de diferentes edades, se revitalizan y no es extraño ver que se animan a encarar actividades diferentes y a relacionarse con nuevas personas. Quienes están sin una pareja, tienen la oportunidad de descubrir sus recursos y habilidades sociales, como la empatía, la sintonía y el asertividad, entre otras, con personas que están solas como ellos y poner de manifiesto sus múltiples capacidades emocionales para generar situaciones interesantes, desafiantes y que estimulan al propio crecimiento como seres humanos.

Como siempre decimos, la sexualidad no es solamente una actividad corporal que dura un momento; es mucho más que eso y se expresa durante todo el día y en todo momento de la vida, con el intelecto, con las palabras y la voz, con la gestualidad, con las miradas, con todos los sentidos en acción. No somos sujetos sexuales “a veces y dependiendo de otro”, somos sujetos sexuales autosustentables; la biología nos creó de ese modo y, por su parte nuestra psiquis nos dotó de creatividad, capacidad de comunicación y de asociarnos para compartir emociones, experiencias y proyectos.

Tal vez una mal entendida sexualidad haya estado “de vacaciones” durante todo el año y este sea el momento de reencontrarse con la verdadera, comprenderla mejor y ponerla en acción.


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