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Por: Filo News | 30/07/20

¿Por qué la vitrificación de óvulos se convirtió en protagonista de esta pandemia?


Este tratamiento comenzó a pisar fuerte en una época en donde muchas opciones de fertilidad se vieron interrumpidos por la cuarentena y donde los planes a futuro son muy difíciles de proyectar. ¿De qué se trata todo esto?

La vitrificación de óvulos es una de una protagonistas inesperada de la pandemia por coronavirus que atravesó al mundo entero. Por un lado porque empezó a calar hondo en aquellas mujeres que no pudieron avanzar en sus tratamientos de fertilidad por la suspensión de los mismos en los primeros meses de la cuarentena, y por el otro porque empezó a lucirse como una gran posibilidad ante mujeres que se dieron cuenta que los planes de vida no están garantizados y que, de un día para el otro, todo puede cambiar sin darnos tiempo para nada.

Pero… ¿Qué es? Es un método que se trabaja con la congelación ultrarrápida de los óvulos maduros de una mujer, lo que hace que dichas células se mantengan inalteradas durante un tiempo indefinido, hasta que se utilizan.

Como muchos sabemos, la vida útil de la función reproductiva de los ovarios sigue siendo limitada, y comienza a complicarse luego de los 35 años, pero como los avances científicos acompañaron los cambios socioculturales de los últimos años, la vitrificación de óvulos se presenta como una herramienta para preservar la fertilidad.

Obviamente, es de esperar que estos temas saquen a la luz muchas dudas, y por eso, en primer lugar, toda mujer debe saber que, en manos de profesionales idóneos, la vitrificación no afecta la calidad del óvulo, siendo este uno de los temas que más preocupa.

Ahora bien, yendo un poco más al fondo de todo esto, nos preguntamos: ¿Cuántos óvulos vitrificados son necesarios para lograr el embarazo? “Cuantos más se tengan, más posibilidades hay de que alguno de ellos sea bueno. Si bien algunos profesionales dan un número X, esto en la realidad dista de ser verdad. Cuando realizamos una fertilización in vitro (FIV) con óvulos en fresco -es decir sin vitrificar-, a veces obtenemos, por ejemplo, 20 óvulos y no logramos el embarazo. En otros casos, lo logramos con cuatro. Si partimos del concepto que la vitrificación no afecta la calidad, vamos a tener resultados similares que con una FIV con óvulos en fresco”, señala el doctor Sergio Pasqualini, (MN 39914), director de Halitus Instituto Médico.

Y, ¿a qué edad es mejor vitrificar? “Cuanto más joven, mejor”, afirma Pasquialini y agrega: “Sobre todo en aquellos casos en los que se prevea una disminución precoz de la reserva ovárica, ya sea genética o por alguna enfermedad”.

Si hablamos de edad, en realidad “no hay un límite”: “Toda mujer que se acerque para saber qué posibilidades tiene debe ser evaluada. Puede que una mujer de 40 años califique mejor que otra de 35. Más aún si nunca buscó embarazo, ya que puede tener una reserva ovárica aceptable, frente a otra que está buscando hace años”, remarca el doctor.

Pero lo cierto es que la vitrificación se instaló como una oportunidad real hace pocos años. Es decir, una mujer de 48 años no tiene que sentirse mal por no haberlo hecho, porque en la época en la que hubiera sido bueno para ella la tecnología de la vitrificación no se había desarrollado como para tener chances reales de éxito al descongelarlos. Sin embargo, hoy la realidad es diferente y es importante que toda mujer cerca de sus 30 años, esté informada para tomar una decisión.

“La idea de ser madre siempre estuvo en mi cabeza, pero venía de la mano con un montón de mandatos sociales como el tener una pareja, estar casada, conviviendo, con un buen pasar económico, etc. Cosas que no estaban presentes en mi vida, y que aún siguen sin estarlo. Pero hoy, a mis 30 años, entendí que la vida pasa por otro lado, tengo otros intereses, otras expectativas, aunque no dejo de pensar en la posibilidad de ser mamá, por eso opté por la vitrificación de óvulos”, cuenta María sobre su experiencia.

Mientras que Sonia revela sus miedos ante este método. La decisión fue tomada en conjunto con su marido luego de que su tratamiento de fertilidad se viera interrumpido a fines de marzo por la cuarentena y hoy deciden vitrificar los óvulos para un futuro. Ambos están sin trabajo y les gustaría poder conservarlos por un buen tiempo hasta que puedan reorganizar la economía de su hogar. ¿Qué problema habría con esto? A decir verdad, ninguno.

Los óvulos vitrificados pueden permanecer así por mucho tiempo. Como están a -196 °C, la temperatura permite que la actividad molecular esté prácticamente detenida y eso les otorga durabilidad: “El récord mundial de tiempo que han durado es de 14 años, logrado por nuestro Instituto y es un Guinness. Si los óvulos permanecieron criopreservados sin verse afectados por lo menos por 14 años, podemos extrapolar que podrían mantenerse sin verse afectados por muchos años más”, apunta el director de Halitus.

Otra gran preocupación que sobrevuela alrededor de este tema hoy en día es el contexto que nos toca atravesar: la pandemia por coronavirus. Ante eso, Pasqualini asegura que se puede comenzar el proceso de vitrificación haciendo las primeras consultas online, las cuales serán ideales para evaluar a la mujer y realizar los pedidos de todos los estudios necesarios: nivel de las hormonas relacionadas con la función ovárica, una ecografía ginecológica que mira el tamaño de los ovarios y la cantidad de microfolículos que presentan. Con todo esto se confecciona una historia clínica, e incluso se evalúan los antecedentes.

Aunque más allá de todo lo bueno que ofrece esta posibilidad no podemos pasar por alto que si bien “la vitrificación de óvulos es una forma real de preservar la fertilidad, no es una garantía de embarazo, pero sí una oportunidad”.

Lo ideal, según Pasqualini, es que toda mujer tenga óvulos vitrificados, y cuando llega por ejemplo, a los 50 años y haya tenido si los deseó, hijos, que los descarte. Mejor aún, si califican, los puede donar para que otra mujer que necesite óvulos donados pueda intentar tener un hijo, tener la oportunidad.

Por último, cabe señalar que en el caso de Halitus, la clínica hizo un acuerdo con la Fundación REPRO para hacer más accesible estos tratamientos en cuanto al costo y la forma de pago, ya que su costo es algo que también preocupa mucho. Obviamente el costo va a variar de acuerdo a la clínica escogida y hay que tener en cuenta que la cobertura o el reembolso no son contemplados por parte del Estado o de las aseguradoras de salud porque las leyes de reproducción asistida no incluyen la criopreservación de ovocitos a menos que se trate de pacientes oncológicas.


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