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Por: Infobae | 27/06/22

La inflamación, ¿la culpable de todos los males?: cuál es su relación con la infertilidad


El estilo de vida poco saludable y la mala alimentación son los principales causales de las enfermedades crónicas no transmisibles, originadas por el proceso inflamatorio que estos factores generan en el organismo. Cómo y por qué puede verse afectada la capacidad reproductiva.

Las enfermedades crónicas no transmisibles, por muy distintas que sean y con independencia de la parte del cuerpo en que se manifiesten, comparten un síntoma en común: la inflamación. Es el primer síntoma de la enfermedad, y si se quiere llegar a su origen, es imperioso poder determinar la causa.

Coinciden los especialistas en que la forma en que vivimos, el ritmo de vida actual, los hábitos poco saludables, son la razón quizá más frecuente de la inflamación crónica.

Al parecer, los factores predisponentes son los xenobióticos, tal el nombre que recibe una sustancia química que se encuentra dentro de un organismo, que no se produce naturalmente y que no debería estar, la dieta, la disbiosis intestinal, el estrés, y el sedentarismo, entre otros.

“En muchas ocasiones, no siempre, antes de la inflamación crónica tiene lugar una disfunción intestinal, que de corregirla prevendría, o por lo menos minimizaría, el problema”. Así empezó a explicar en el mes de la fertilidad el médico obstetra y especialista en fertilidad Sergio Pasqualini (MN 39914).

¿Pero qué injerencia tiene todo esto en la capacidad reproductiva de las personas? “Muchas de las enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes, artritis, enfermedades autoinmunes, insomnio, depresión, asma, enfermedades de la piel, migrañas, y hasta la infertilidad pueden tener que ver con un intestino dañado o irritado. Puede incluso llegar a provocar envejecimiento prematuro”, agregó el experto.

Y tras asegurar que “no hay que esperar a tener síntomas intestinales, todos pueden llegar a tener el intestino dañado en menor o mayor medida, aún sin síntomas, y poder llegar a sufrir las consecuencias”, Pasqualini destacó que “es fundamental la salud del intestino para la salud general”.

En ese sentido, ahondó: “La alimentación es la clave. Las toxinas más comunes provienen de ella, aunque también se absorben a través de la piel y pulmones. La alimentación es la herramienta más poderosa para tratar los desequilibrios del cuerpo. Los sistemas y funciones están interconectados, lo que explica por qué, al recuperar el equilibrio, se consigue mejorar el funcionamiento del todo, incluso, el sistema reproductor. Entender a la alimentación como una buena medicina es el primer paso para resetear al cuerpo de manera física y emocional”.

Pasqualini sostuvo que “cuando se habla de intestino se incluye la pared intestinal, el tejido linfático asociado, el sistema nervioso y la flora intestinal, o sea la microbiota”.

Para comprender la importancia del aparato digestivo en la salud general, es bueno saber que el sistema nervioso asociado al intestino es de tal magnitud que es considerado el segundo cerebro, así como lo es la microbiota, que es diez veces más numerosa en cantidad que las células que conforman el cuerpo humano. Está el 80% ubicada en el interior del tubo digestivo y el resto en otros órganos como pulmones, piel, vagina, cavidad endometrial, ojos, etc.

“El funcionamiento del intestino tiene un efecto directo e indirecto sobre todas las células del cuerpo -continuó Pasqualini-. Cuando está irritado o dañado aumenta su permeabilidad y pasan moléculas que no deberían hacerlo, que generan reacciones nerviosas, inmunológicas y hormonales que se pueden traducir en distintas enfermedades con el común denominador que es la inflamación”.

Así es que la reparación del intestino puede resolver o mejorar muchas de las enfermedades crónicas y de problemas agudos. “El intestino es la parte del cuerpo que más sufre a causa del estilo de vida que vivimos. El intestino dañado puede no estar provocando disfunción intestinal, pero puede estar ‘incubando’ enfermedades del futuro. De la misma manera la inflamación precede a la aparición de síntomas”, apuntó el especialista, quien señaló que “es por esto que la reparación del intestino previene y colabora para mantener la salud y enlentecer el deterioro producto del paso del tiempo. Reparación que se puede lograr por medio de los hábitos saludables”.

La inflamación y su relación con la fertilidad

“Los ovarios y los testículos son los órganos, quizás, más sensibles del cuerpo. Ejemplo de ello es el efecto de la quimioterapia en los tratamientos oncológicos, en los que la función que con mayor frecuencia queda afectada, es la reproductiva”, comenzó a desarrollar Pasqualini.

Y continuó: “La disfunción intestinal con el consiguiente aumento de la permeabilidad, deja pasar moléculas que no deberían y puede generar reacciones de autoinmunidad o de otra índole como el hipotiroidismo de Hashimoto en el que el organismo genera anticuerpos que atacan a la glándula tiroidea y éstos, por reactividad cruzada, pueden atacar a los ovarios, a los testículos o a otros órganos”.

“Lo mismo puede ocurrir en la enfermedad celíaca en la que el gluten genera una reacción de autoinmunidad en la que se afecta los enterocitos que son las células que recubren el interior de la pared intestinal -agregó-. Esto genera aumento de la permeabilidad y otras reacciones de distinta índole”.

También inflamación sistémica, lo que puede afectar la fertilidad por la misma inflamación o por reactividad cruzada de los anticuerpos generados.

La disbiosis -o desequilibrio de la flora microbiana- puede ser otro causal de aumento de la permeabilidad intestinal con las consecuencias que ello puede generar.

Para Pasqualini, “estos cambios producto de la inflamación sistémica pueden llegar a repercutir, por la misma inflamación, en la microbiota de los distintos órganos, como el vaginal y el de la cavidad uterina, y afectar así a la fertilidad”.

Por ejemplo -señaló- “si se afecta la microbiota a nivel de la cavidad del útero, también puede hacerlo la receptividad endometrial y ser causa de fallas de implantación, de abortos recurrentes y hasta de otras patologías del embarazo más avanzado. La microbiota de los distintos órganos pueden estar afectadas por disbiosis locales y no ser consecuencia de la alteración a nivel de la disfunción y de la microbiota intestinal, pero dada la interrelación entre todos los sistemas que conforman el cuerpo humano es que tenemos que pensar en la parte y en el todo y actuar en consecuencia”.

Entender y reparar el intestino es la base para mejorar el desequilibrio y se traducirá en beneficio en cuanto al mejor funcionamiento del organismo, incluido el aparato reproductor.

Entender cómo influyen la dieta y el estilo de vida es el primer paso, es parte del enfoque integral y personalizado para el tratamiento de la infertilidad.

El normal funcionamiento del intestino es fundamental para el mejor funcionamiento del organismo y, por lo tanto, del aparato reproductor. Saber que puede haber una disfunción aun sin síntomas, amerita asesorarse y considerar una consulta con una nutricionista especializada en fertilidad, quien evaluará en cada caso la alimentación para sugerir un plan adecuado, así como la conveniencia de suplemento nutricionales, incluyendo los probióticos y prebióticos. Por otro lado, existen situaciones mandatorias para realizar la consulta que son aquellos en los hay bajo o exceso de peso, síntomas intestinales, enfermedades crónicas y autoinmunes, endometriosis, y poliquistosis ovárica más aún si esta va acompañada de síndrome metabólico.

“Este enfoque integral de la infertilidad es el que va a dar las mejores chances para lograr la mejor versión de cada paciente”, concluyó Pasqualini.

Las claves de la alimentación antiinflamatoria: pautas para seguirla

La licenciada en Nutrición Julieta Lupardo (MN 6858) aseguró que “una buena alimentación es un instrumento clave para mejorar la salud y la calidad de vida”.

Por el contrario, como se vio, una alimentación inadecuada basada en el consumo diario de alimentos proinflamatorios, favorece el desarrollo de enfermedades crónicas.

La nutricionista de Halitus Instituto Médico destacó que “la inflamación es un mecanismo de defensa natural que tiene el organismo. Es la respuesta del sistema inmunitario cuando detecta un agente patógeno, poniéndose en acción para eliminarlo. El problema aparece cuando se perpetúa en el tiempo y se hace crónico”.

Según precisó, algunas causas de inflamación crónica son:

  1. Exposición prolongada a tóxicos ambientales
  2. Alto consumo de alimentos ultraprocesados
  3. Infecciones persistentes
  4. Enfermedades autoinmunes
  5. Desequilibrios nutricionales

La nutrición antiinflamatoria es beneficiosa para todo tipo de personas, más allá de su estado de salud y de su edad -apuntó Lupardo-. Supone una mejora en la calidad de vida, estar menos propenso al desarrollo de enfermedades causadas por la inflamación, depura, detoxifica y modifica de manera positiva el perfil de la microbiota intestinal. En el ámbito de la fertilidad, todos estos beneficios contribuyen a que se reduzca la inflamación intestinal y de los diferentes órganos, mejorando la irrigación uterina, la calidad de los ovocitos y del esperma, por el gran aporte de antioxidantes”.

Tal como recomendó la especialista, “las pautas más importantes para seguir una alimentación antiinflamatoria consisten en reducir el consumo de carnes (principalmente carnes rojas) y lácteos”. Además, “preferir alimentos con buen perfil de grasas como ser pescados pequeños como el atún, caballa, jurel, el aceite de oliva extra virgen, la palta, las aceitunas y los frutos secos, que por contener ácidos grasos mono y poliinsaturados poseen un efecto antioxidante y antiinflamatorio”.

Asimismo, “para mantener los niveles de glucosa estable, no se deben consumir azúcares rápidos y harinas refinadas. Los hidratos de carbono que se consuman deben proceder principalmente de legumbres, arroz integral, quínoa, verduras y frutas entre otros. Las verduras deben preferirse crudas para tener un mayor aporte de vitaminas, minerales y antioxidantes”, aconsejó.

También se deben utilizar de manera diaria especias como la cúrcuma, canela y jengibre, entre otros, para condimentar las comidas o para hacer infusiones.

Hoy en día las personas están expuestas a muchos factores que, sin darse cuenta, tienden a inflamar internamente (tengan o no tengan síntomas).

Por eso, coinciden los especialistas, “es bueno empezar a analizar la alimentación y los hábitos para de a poco ir sumando cambios con el fin de realizar una alimentación antiinflamatoria, que no sólo permitirá mantener un peso saludable sino que también ayudará a un normal funcionamiento y equilibrio entre las funciones de las células y los desechos provenientes del metabolismo celular, contribuyendo a tener una microbiota intestinal benéfica para el organismo”.

Cada individuo necesitará adaptar su dieta según sus necesidades para obtener una nutrición balanceada.


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