La vitamina D es una hormona esteroidea. Su principal fuente de producción es la piel donde por la conversión de 7-dehidrocolesterol, bajo la influencia de la radiación ultravioleta de la luz solar, se genera la vitamina. Solo entre el 5 y el 10 % se incorpora en la dieta a través de pescado, huevo y lácteos fortificados. Su activación se logra al pasar por el hígado y luego por el riñón.
Recientes hallazgos confirman esta observación al encontrarse receptores para vitamina D en diferentes tejidos: reproductivo, cerebro, próstata, sistema inmune, hipófisis, tejido mamario, colon, médula ósea, placenta y hasta en células cancerosas. La importancia de la deficiencia de vitamina D radica en que su déficit se ha asociado a la ocurrencia de cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis, depresión, e incluso complicaciones durante el embarazo e infertilidad.
La asociación de la vitamina D con la fertilidad surge de la observación de la tasas de embarazo, que son menores durante invierno y otoño, motivando el estudio del rol de la vitamina y la exposición solar en la reproducción.
Asimismo, numerosos trabajos avalan su importancia como potente antiinflamatorio e inhibidor de la replicación celular cobrando un rol importante en patologías como la endometriosis. Por otra parte, tiene también efecto insulinosensibilizante, lo que presenta importancia en pacientes con síndrome de ovario poliquístico. En esta misma línea, durante la implantación tiene importancia su efecto antibacteriano, antiinflamatorio y favorecedor de la diferenciación en las células placentarias.
Más evidencia nos llega de un estudio publicado en la revista Human Reproduction (del corriente año) que correlacionó el estatus serológico de la vitamina D y los resultados reproductivos en pacientes que realizaban tratamientos de reproducción asistida, observando mejores tasas de embarazo en aquellas pacientes con valores suficientes de vitamina D en sangre. También, se observó mejora en los parámetros seminales de movilidad y recuento de espermatozoides en aquellos varones con niveles circulantes deseados de vitamina D luego de la suplementación.
No obstante, es recomendable lograr al menos los niveles deseados de vitamina D en mujeres que planeen tratamientos de reproducción asistida o emprendan la búsqueda de embarazo, considerando los efectos beneficiosos sobre el metabolismo fosfocálcico, el logro del embarazo y la prevención de complicaciones durante el mismo como la preeclampsia, diabetes gestacional y restricción del crecimiento intrauterino.
Columna de opinión de la dra. Carolina Tomatis.