Antes de hacerse un test genético, el paciente tiene que pensar qué va a hacer después, ese es el problema. Si una mujer se entera que tiene el 80% de prosibilidades de tener cáncer lo esperable es que tome una decisión, como hizo la actriz. Sino, es preferible que no se haga el test y sí se controle cada seis meses con mamografías, ecografías mamarias o resonancia magnética. En el caso de llegar a la mastectomía, lo ideal es hacer la reconstrucción inmediata con prótesis o tejido autólogo (grasa y piel del abdomen), sino el choque emocional es muy fuerte. El estudio para ver si hay una mutación genética es simple, es un análisis de sangre, pero sólo se pide a mujeres que tengan dos o tres parientes cercanos con cáncer de mama, o algún familiar con cáncer de ovarios. Eso lleva a pensar que puede haber una mutación genética. Pero incluso así muchas mujeres no quieren hacerse el test porque no están preparadas para la mastectomía. Es difícil: la mujer se somete a una operación estando sana.
Fuente: clarin.com (CLARIN ONLINE)