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Por: Buena Salud | 10/08/04

Deseo sexual inhibido ¿Es una enfermedad o un problema psicológico?


Se trata de un síntoma que hoy se repite tanto en las parejas jóvenes como en las de muchos años. ¿Sus causas? Múltiples. No solo emocionales, también hormonales, neurológicas, medicamentosas.

Doctora Literat. El desgano sexual es una enfermedad o un problema psicológico?

No podemos decir que el desgano sexual sea una enfermedad, y tampoco un problema psicológico. En realidad “desgano” no es la palabra científica que usamos los sexólogos, nosotros hablamos de falta de deseo, disfunción del deseo sexual o deseo sexual inhibido. La disfunción del deseo si es un síntoma de falta de una de las etapas de la respuesta sexual fisiológica, que son cuatro.
1. la etapa de deseo.
2. la etapa de excitación.
3. la etapa de orgasmo.
4. la etapa de resolución. (relajación).

¿Se ve mayor desgano sexual en ambos sexos o en alguno de ellos en particular, ahora, con respecto a tiempo atrás?.

La disfunción del deseo sexual es algo que siempre existió, no es algo actual. Mucha gente lo presenta como la enfermedad del siglo XXI o el síndrome del siglo XXI. Lo que sucede es que antes, las parejas sufrían en silencio porque esos temas no se tocaban, actualmente la gente sabe que el deseo sexual tiene que ver con calidad de vida y que hay donde consultar.

¿Esta muy asociado al estrés, no?.

A veces si, pero no siempre. De hecho, en los últimos tiempos, aprendimos que el deseo sexual esta muy relacionado con ciertas hormonas que son las andrógenos. En una época se pensó que los endróguenos (la testosterona, la DHEA) eran patrimonio exclusivo del varón. Hoy en día se sabe que las mujeres también tienen niveles de hormonas androgénicas, y que cuando esos niveles bajan un poco por debajo de lo normal, presentan como síntoma sexológico, disminución del deseo sexual. Tanto es así que si se tiene un análisis de sangre muy simple, se puede observar la disminución de cualquiera de esas dos hormonas. Por consiguiente, el tratamiento es sencillo y consiste en dar medicamentos basados en estas dos hormonas.

Entonces si una mujer tiene menor nivel de andrógenos. ¿Esto se asocia directamente con falta de deseo sexual?.

Es lo que estamos viendo en las consultas.
¿Y lo contrario es valido?. Es decir si una mujer tiene exceso de andrógenos, tiene mayor deseo sexual.

Con el exceso de andrógenos aparecen otros tipos de problemas, como acne, acceso de vello y su aparición en zonas atípicas para l mujer, entre otros síntomas. También puede aparecer en algunas mujeres un aumento de la libido, pero, cuando hablamos de hormonas, no podemos esperar resultados matemáticos. Cada ser humano tiene respuestas individuales porque están en juego muchos factores que tiene que ver con la química del organismo, son muchos sistemas, funcionando al mimo tiempo.

¿El análisis que detecta el nivel de andrógenos debe ser lo primero que se hace cuando una mujer llega a la consulta?.

Cuando una paciente llega a la consulta relatando que tiene ausencia o disminución del deseo sexual, lo primero que hacemos es pedir un dosaje de testosterona y de CHEA entre otros estudios igualmente importantes como hormonas de la tiroides y de prolactina entre otros.

Hablando de consulta, si una persona quiere ir a un profesional para consultar por este síndrome. ¿A quien recurre?.

A un sexólogo. Otros profesionales no tienen todavía el hábito de tratar este tipo de problemas. Por ejemplo, un ginecólogo puede conocer el tema, pero no es un experto. En el mejor de los casos deriva al sexólogo.

¿Y en el peor?.

En el peor de los casos, mandan al paciente al psicólogo. Porque todavía no están muy difundidos estos conceptos que manejamos quienes trabajamos en esta área. Tanto es así, que cuando recetamos comprimidos de DHEA a los pacientes, los tenemos que hacer preparar en droguerías, no hay laboratorios en la argentina que los fabriquen todavía. Las pacientes lo toman dentro de un protocolo de valides internacional. Y la testosterana que damos tampoco es una testosterona especial para la mujer, prescribimos un medicamento que usan mucho los urólogos y adaptamos la dosis a cada paciente. Volviendo a la anterior pregunta, el especialista para consultar en caso de disfunciones sexuales es el sexólogo o la sexóloga, que es un profesional formado en esta área de salud. En nuestro servicio del Hospital Durand, formamos un equipo médico con urólogos, ginecólogos, psiquiatras, sexólogos, endocrinólogos y andrólogos. En Halitus sucede otro tanto. Porque la disfunción del deseo sexual, por ejemplo, puede responder a muchas causas diferentes, hormonales, neurológicas, vasculares, psicológicas, medicamentosas, etc. Y debemos hacer un buen diagnostico, no atribuir todo a lo emocional.

¿La disminución del deseo sexual en el varón también esta asociada con estas mismas hormonas?.

Si, con la disminución de los andrógenos. Es indistinto para ambos sexos, tanto en el hombre como en la mujer, pequeñas disminuciones en los niveles de andrógenos, pueden afectar su deseo sexual.
Biológicamente. ¿El deseo sexual solo se ve afectado cuando hay trastornos hormonales?.

No. Muchas veces vienen a la consulta pacientes que reportan falta de deseo, les hacemos los análisis y resulta que tienen los niveles de andrógenos normales. Entonces sabemos que debemos indagar en otra área.

¿Qué otras causas orgánicas existen?.

El hipotiroidismo, la hipertensión arterial, la diabetes, enfermedades metabólicas generales, alteraciones de la función hepática, o insuficiencia renal, entre otras patologías. Pero la disminución del deseo no aparece por solo padecer estos síndromes sino también cuando estas personas toman medicamentos, para su tratamiento. Por ejemplo, los medicamentos especiales para bajar el colesterol producen disminución del deseos, iguales consecuencias tiene los antidepresivos, que se llaman inhibidores de receptores de la serotonina también los que se usan en los tratamientos de hipertensión arterial, drogas especificas para la circulación sanguínea, y también el alcohol en exceso, las drogas ilegales, las anfetaminas, ciertos ansiolíticos, medicamentos para enfermedades psiquiatritas, etc.

¿Hay otras causas?

Cuando uno de los miembros de la pareja tiene disfunción sexual y el otro se siente insatisfecho porque la respuesta del compañero no alcanza para su propia satisfacción. Es el caso, por ejemplo, de un hombre con disminución de erección o de eyaculación, y una mujer que trata de adaptarse, pero a costas de su propio placer. Ella queda siempre insatisfecha y por no herir la autoestima de su pareja o por que él niega la situación, reprime su deseo hasta que llega un momento en que este desaparece por completo. Entonces consulta por la falta de deseo en ella y en el interrogatorio descubrimos que es un síntoma secundario, reactivo a la disfunción de él. En ese caso se hace un tratamiento específico para cada uno. En otros hombres esa misma disfunción sexual puede traer inhibición del deseo porque anticipa su fracaso y entran en un cuadro que se llama “ansiedad por el desempeño”. Muchas mujeres que no logran el orgasmo desarrollan secundariamente inhibición del deseo.

¿Qué ocurre durante la menopausia?

Durante la menopausia no se inhibe el deseo pero debido a la falta de lubricación a veces aparece como síntoma secundario frente a la disconformidad que provocan las penetraciones. En los varones que desconocen la insuficiencia puede aparecer el deseo hipoactivo como consecuencia de sus sentimientos de frustración al ver que sus erecciones no se producen con tanta facilidad y necesitan mayor tiempo de estimulo.

¿Son tediosos los tratamientos sexológicos?

Para nada, son tratamientos bastantes simples y divertidos, pero fundamentalmente breves, porque sabemos el esfuerzo que hacen las parejas par llegar a la consulta y luchar contra lo cultural.
La mayoría de las veces vienen después de varios años de sufrir en silencio y necesitan resultados en breve plazo, por eso los tratamientos son de pocas semanas. He aquí una de las paradojas de esta época, todo el mundo habla de la liberación sexual, sin embargo atreverse a consultar un sexólogo requiere mas esfuerzo que subir una montaña. Comprar una revista porto no significa ningún problema, pero comprar un libro sobre sexualidad se siente como terrible. Muchas personas no tienen vergüenza de consumir pornografía pero si de informarse acerca de sexualidad, lo veo en la consulta de los jóvenes, tienen poca o ninguna información y me cuentan que se reúnen en grupo para navegar por sitios pornos de Internet. Cuando les sugiero que aprovechen y busquen páginas sobre sexología educativa, me contestan… -no doctora, se imagina la escena si propongo esto a mis amigos-. Yo les digo que les harían un gran favor a sus amigos que seguramente saben menos que ellos y más de uno debe tener una disfunción oculta. Pero el porcentaje de disfunciones sexuales, aun en jóvenes, es alto, el 20%.

¿Qué es lo que sucede con el deseo en los matrimonios no consumados?

Me encanta esta pregunta, desde el punto de vista legal y religioso. Es el único motivo por el cual se puede anular un matrimonio porque se pensaba que era un problema sin solución, y sin embargo se puede solucionar en ocho entrevistas.
Hay pacientes que vienen después de años de no haber consumado su matrimonio, es decir, de no haber tenido nunca penetración. Un caso extremo que conoce fue el de una pareja que tenia 25 de casados y dos hijos adoptivos, tenían relaciones sexuales pero no tenían penetración, porque ella padecía vaginismo. Esto es la contracción involuntaria de los músculos vaginales. Cada ves que mi esposa se acercaba para tener penetración, ella los contraía involuntariamente y sentía dolor, tenia a la ves una fobia. Después de años de tratamiento psicológico, no lo había podido resolver. Esto es lo curioso del tratamiento sexológico, que dura entre cuatro y doce semanas, según el caso. En los tratamientos usamos medicamentos, actividad física dirigida e información entre otras técnicas.

¿El vaginismo es la única causa de los matrimonios no consumados?

No, puede haber otra causa. Hay matrimonios no consumados porque la fobia la tiene el varón. Hay hombres que tienen una disfunción eréctil y cada vez que se acercan a la esposa para poder penetrar les desaparece la erección porque tienen una fobia sexual. También, puede haber matrimonios no consumados porque el hombre tiene una eyaculacion ultra precoz, es decir que eyacula antes de poder penetrar. También puede haber algún trastorno como el pene corvo y en las mujeres malformaciones vaginales o del himen aunque no son tan frecuentes.

Todos estos casos pueden derivar, entonces, en desgano sexual en la mujer.

No solo en la mujer, también en el propio varón, quien bloquea su propio deseo porque anticipa su propia frustración y ni siquiera desencadena el proceso de respuesta sexual. De todos modos, los matrimonios no consumados no refieren, como síntoma principal, ausencia de deseo sexual y, aunque sin penetración, logran tener satisfacción. De todos modos, la frustración por sentirse diferentes esta presente.

De los dos sexos ¿En cual se ve mayor desgano sexual?

Sobre el total de las disfunciones, las mujeres el 30% y en los varones 16%, aproximadamente. Hay que tener en cuenta la edad, no es lo mismo a los veinte años que a los cincuenta, estas cifras son de la población adulta.

¿Y a las consultas también se acercan por igual?

Antes veíamos mas consultas de mujeres y estas traían a su marido, ahora hay bastantes consultas de varones y de parejas. En general, lo sexólogos citamos siempre a la pareja, aunque el síntoma sea de uno de ellos, porque el problema sexual es un problema que compete a los dos y muchas veces el que mejor puede ayudar a recuperar al paciente es el propio compañero. Formamos una especie de equipo, la pareja y el terapeuta. Esto es muy importante, porque si no, llega un momento en el cual, el que tiene el problema dice “me siento solo en el tratamiento”.

¿El deseo no aparece solo?

El deseo no aparece porque si. Es el resultado de estímulos que vienen de todos los sentidos, de la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto. Los hombres y las mujeres somos sensibles en distinta medida a estos estímulos. Por ejemplo, los hombres son más sensibles al sentido de la vista, por ellos es que las mujeres siempre nos arreglamos para que nos vean más atractivas. Las mujeres somos sensibles, también al sentido de la vista, pero mas al del oído, por eso nos gusta que nos elogien y nos digan (cosas lindas, tradicionalmente, el piropo es un recurso de los varones para seducir a las mujeres y las mujeres escuchamos lo que habla el hombre y es como si lo conociéramos mas por dentro. No nos quedamos con la imagen, nos sentimos mas seguras sabiendo que pasa adentro de él y eso de adentro se trasmite a través de lo que dice y de cómo lo dice, por lo menos eso es lo que suponemos.

Muy interesante… ¿Cómo intervienen los otros sentidos?

Las mujeres somos muy sensibles al tacto, la piel es un órgano erógeno muy extenso. Los varones también lo son, pero mas al olfato. Por eso las mujeres nos perfumamos bastante. En ambos casos, un sentido importante que interviene en el deseo es el gusto. Siempre se supo que una buena comida puede transformarse en algo erótico. Cuando hablamos de gusto, también podemos hablar de gusto de la piel, el gusto de un beso, no solo el gusto de una comida.

Hablando de comida. ¿Existen los alimentos afrodisíacos?

Lo que si existe, lo afrodisíaco, según mi opinión es un buen estado de salud, y los sentimientos de una pareja, y dentro de su buen estado de salud, hay determinados alimentos que son estimulantes. Así como hay sustancias estimulantes del sistema nervioso como el café, el chocolate, el mate y hay alimentos que -esto no esta demostrado científicamente- culturalmente o folclóricamente, se consideran estimulantes sexuales, por ejemplo, las ostras, los mariscos, las almendras, las nueces, algunos hongos, determinados vegetales. Pero lo que pasa en realidad, es que dentro de estos alimentos, hay sustancias que también son estimulantes para los deportistas, no solamente para el amante… ya sea porque tienen selenio, magnesio, calcio y ellos benefician la actividad muscular. El ejercicio de la sexualidad abarca una actividad muscular, vascular, neurológica y hormonal y todas esas sustancias naturales participan de estos procesos químicos.

¿Qué cosas además de los sentidos interviene en la etapa del deseo?

El deseo tiene también que ver con la memoria. Lo que nos llega a través de los sentidos lo procesamos en el disco rígido que tenemos dentro del cerebro y en el hay sitios de memoria que llamamos los mapas del amor. Esto es una construcción que hizo un autor americano, John Money, a mediados del siglo pasado. El descubrió que de acuerdo con los primeros contactos que establece un niño con su entorno intimo de relaciones, desarrolla improntas, pautas cerebrales que van a hacer lo que lo van a orientar a establecer sus primeras relaciones amorosas cuando adulto. Por ejemplo, si ha sido un chico muy querido, muy mimado, muy besado, seguramente va a esperar de adulto recibir ese mismo trato. Si ha sido un chico maltratado al que sus padres le han pegado, lo han criticado o lo han desvalorizado, seguramente de adulto va a considerar –aun inconcientemente, sin buscarlo- esas mismas pautas. Entonces en el cuerpo, quedan zonas erógenas con improntas. Por ejemplo una persona que en la niñez se la ha acariciado mucho, va a quedar sensualizada y en su vida de adulta va a poder desarrollar una relación amorosa donde toda la piel y sensualidad estén presentes. Una persona que no fue tocada en su infancia, cuyos papas fueron fríos o tuvieron el tabú de que “acariciar y mimar a los chicos es malcriarlos”, seguramente de adulto no será comunicativo y tampoco va a disfrutar del contacto físico.

Este último campo de personas vana tener una mayor tendencia al desgano sexual.

No van a tener falta de deseo sexual, pero les va a resultar difícil procesarlo. Por ejemplo vamos a suponer que una persona que tiene esas características, para la cual el contacto físico es un tema tabú, se casa o forma pareja con una persona que lo toca. Cuando la persona cariñosa se acerca a tocarla, manifiesta, por ejemplo cosquillas o se ríe. Entonces la otra persona se desconcierta o se enoja y la persona que se ríe lo hace porque se siente muy incomoda y es su mecanismo de evitación, porque no puede llegar a sentir placer con el contacto físico que le provee la otra persona aunque a otro nivel se siente deseo. En su memoria inconciente eso no es una actividad seductora no erótica, es una actividad extraña. También se observa cuando los pacientes no tienen registro de haber visto en su hogar paterno a sus padres, prodigarse afecto.

¿Cómo se trata esto?

Hay tratamientos para desensibilizar zonas que son repulsivas, hay lugares del propio cuerpo que son intolerables para algunas personas, estos no pueden permitirse o permitir a otros que los toquen. Entonces, utilizamos tratamientos para desensibilizar y sensibilizarlas para el placer. Hay una técnica por ejemplo que se llama pleausing desarrollada por una gran sexóloga norteamericana ya fallecida, que facilita a las personas aprender a descubrir zonas en su cuerpo que resultan placenteras y educar esas zonas en el caso en que no lo sean espontáneamente, también se lo hace con la pareja. Por eso es que los tratamientos sexológicos son diferentes de los psicológicos, porque nosotros utilizamos mucho el cuerpo, hacemos que las parejas se toquen, se besen, se acaricien, se hagan masajes y desarrollen tanto el propio conocimiento como el cuerpo de su pareja.

Más allá de lo que se pueda aprender, hay zonas que biológicamente son más erógenas.

Si, eso es verdad, pero también hay mucho de cultural. Basta con tomar de ejemplo los esquimales. Ellos sienten como zona erógena la punta de la nariz, se besan con la nariz, no con los labios, y para nosotros una de las partes mas erógenas son los labios. Esa gente culturalmente cambio el concepto.

¿Cuáles serian nuestras zonas erógenas?

En primer lugar el cerebro, porque allí llegan y de allí parten los estímulos nerviosos y los sentidos que mencionamos antes, después toda la piel, la boca, la pelvis femenina, la pelvis masculina, las tetillas masculinas, los pechos de la mujer y en ambos sexos las orejas, ciertas zonas de los párpados, de la frente, de la zona sacra (donde termina el hueso sacro) en la mujer también es muy erógena la zona de las axilas, y no nos olvidemos de los pies…de todas formas hay variedades entre persona y persona, por eso es que hablamos de educar el cuerpo y desarrollar la sexualidad. A una persona puede resultarle mas erógena la oreja, mientras que a otra, el hombro, pero si seguramente, si la que recibe mas placer cuando le tocan la oreja, se entrena para tener placer cuando le acarician el hombro, seguramente este se va a volver una zona erógena también. Hay ejercicios específicos para entrenar las zonas del cuerpo que son neutrales.

Ampliamos a todo el cuerpo…
El especto para dar y recibir placer.

Exacto. Pensar que solo se puede tener placer sexual con el pene o con la vagina, es lo mismo que comprarse una cama king y dormir en un rinconcito. Es un desperdicio de la gran riqueza sensorial que nos da la naturaleza.

¿Qué factores externos pueden disminuir el deseo?

Eso es lo más complicado, si hablamos de problemas biológicos, hoy en día la sexología esta bastante en condiciones de solucionarlos. Si hablamos de problemas de pareja entre los sexólogos y los psicólogos, también se pueden encontrar la solución. Hora si hablamos de personas afectadas por lo exterior, ahí es cuando nosotros estamos un poco atados de manos. Si una persona viene y me dice; “perdí mi trabajo y no tengo deseo sexual”, le puedo decir que ya que perdió el trabajo y no le encuentra alegría a su vida actual, trate de buscar un espacio de placer con su pareja para que su calidad de vida no se deteriore por completo. También puede decaer; “me peleo mucho con mi pareja y no tengo ganas…” en ese caso tenemos que averiguar que vino primero, si las peleas o las faltas de ganas.

Pero si viene una persona y le dice:
“Murió alguien de mi familia y no tengo deseo sexual”.

Ahí solo puedo decirle “tiene razón”. Es lógico lo que le pasa, un gran enemigo del deseo sexual es el distrés, es decir el estrés crónico, el estrés prolongado a lo largo del tiempo, que se sostiene por la permanencia de las situaciones que pueden ser mas reales o menos reales pero vividas por la persona como un peligro. Y ello obviamente lleva a la disminución del deseo. Las hormonas del placer se llaman endorfinas, la hormona del estrés es la adrenalina. En el distrés hay continuamente descarga de adrenalina, y si esta se prolonga entonces antagoniza la descarga de endorfinas y es entonces cuando nos encontramos con que no se pueden producir los pasos normales de la respuesta sexual. Por otra parte así como hay personas a las que les gusta comer más, y otras que les gusta comer menos, también hay variaciones individuales en cuanto al deseo sexual. Si en la pareja ambos tienen el mismo valor de deseo, que yo llamo voltaje, se llevan de las mil maravillas, pero hay otras de las cuales se acusan mutuamente de acoso o de indiferencia, porque uno tiene más deseo que el otro. En ese caso no es porque uno este enfermo y el otro este sano, sino porque son variables individuales.

¿Hay algún estándar de deseo? ¿Se puede evaluar si uno tiene más deseo que el promedio o menos?

Lo que debemos medir es nuestro propio nivel de deseo a lo largo del tiempo. Es la única comparación válida. Por ejemplo, si una persona durante toda su vida tuvo un intenso deseo sexual y de pronto éste disminuye o desaparece, hay que ver lo que le esta pasando pero no debe compararse con otra persona, ni aun de su misma edad. Hay que pensar lo siguiente, yo tengo mi velocidad para caminar, yo camino rápido. No me voy a comparar con mi vecino que camina más o menos rápido que yo, porque esa es su naturaleza. Ahora, si un día yo que caminaba rápido, de pronto comienzo a caminar despacio, entonces tengo que averiguar porque estoy caminando despacio. Me conviene consultar al especialista.

Volviendo al tema de los niveles del deseo en la pareja. ¿Cómo se resuelve cuando es muy distinta entre sus miembros?

Lo más importante para resolver un problema sexológico es tener la información, en el consultorio dedicamos mucho tiempo para dar educación sexual a los pacientes y el conocimiento baja mucho la angustia y la preocupación. Creo que si hubiera mayor educación sexual a su debido momento, no habría tantas disfunciones sexuales. Yo les digo siempre a mis pacientes, si uno nunca hizo ejercicio, y quiere comenzar a hacerlo, que baya a un gimnasio y se haga asesorar, por un profesor de gimnasia o un personal trainer. Luego, que comience, sino lo mas probable es que se lesione o no logre disfrutar de la actividad. Si una persona quiere comenzar a tener una alimentación saludable, va al nutricionista, se compra libros, se informa y comienza a hacer un menú. De la misma manera si una persona quiere tener una buena sexualidad, tiene que informarse con el profesional idóneo.
Volvemos al tema de la vergüenza porque se supone que “tengo que saber”. Pregunto. ¿De donde? Si nunca recibí información sexual. Y si me contesta “de la calle”, “de la vida”, le contesto que hasta las personas con educación universitaria tienen arraigadas creencias, mitos y tabúes del folclore popular que perjudican a la sexualidad. Nuestro trabajo también es ayudar a los pacientes a no sentirse culpables por su desconocimiento. Una vez que entienden que los miembros de una misma pareja son sexualmente diferentes, los ayudamos a negociar acuerdos de satisfacción mutua.

¿Hay otro tipo de falta de deseo?

Si, en parejas que están haciendo tratamiento por intensidad. Por ejemplo, durante su transcurso, estas parejas están muy ansiosas porque quieren embarazarse lo antes posible. Cada relación sexual tiene el objetivo puesto que se logre el embarazo y prácticamente no disfrutan. Para estos casos también tenemos tratamientos específicos, que ayudan a que las parejas que atraviesan recuperen el deseo. También sienten inhibido el deseo sexual las embarazadas durante el primer trimestre, por los síntomas digestivos y el estado casi permanente de somnolencia que padecen. Durante la época de lactancia, disminuye también por el ingreso de la prolactina, que es una hormona de la hipofisis.

¿Qué podría decir a modo de cierre?

Que no hay que tomar a la ligera la disminución de deseo sexual. Este desgano sexual como ustedes plantean es el titulo de la nota puede ser la punta de un gran iceberg formado por enfermedades sistemáticas, alteraciones hormonales o efectos nocivos de medicamentos y otras sustancias. Además puede ser también el primer síntoma de una desavenencia de pareja. Es cierto que sin sexualidad podemos vivir, podemos vivir sin escuchar, podemos vivir ciegos, podemos vivir con un solo riñón, pero nuestra calidad de vida no es la misma. Entonces hay que darle al síntoma sexual el mismo valor, la misma importancia que uno le daría a un síntoma digestivo, neurológico o cardiológico. Poder disfrutar de una buena sexualidad es un indicador de buena salud. A través de la endorfina que se libera, la autoestima que se genera, el grado de intimidad que se desarrolla con la pareja, la sensación de confianza y seguridad que uno logra consigo mismo, se puede mejorar el sistema inmunológico y estar mas fuerte ante las enfermedades. La plenitud sexual hace una gran diferencia en cuanto al mejoramiento de la calidad de vida.