«Después de las fiestas de Navidad o Año Nuevo es necesario poder desintoxicar el organismo, pero nada de dietas extrañas o extremas. Para el post festejo es fundamental respetar las cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y sumar, si se quiere, dos colaciones, pero no se debe dejar de comer, como la mayoría de las personas hace», afirmó a Télam Julieta Lupardo, nutricionista de Halitus Instituto Médico.
La especialista precisó que el día después de una ingesta con alto nivel de grasas se puede consumir en el desayuno y la merienda una infusión como té, café o mate cocido cortado con leche descremada y endulzada con edulcorante, una tostada de pan integral con queso untable descremado y un jugo de naranja exprimido, por ejemplo.
Las colaciones pueden ser una fruta o un pote de yogur descremado, mientras que para el almuerzo y la cena «la opción adecuada sería pollo o pescado acompañado de verduras tanto crudas como cocidas de todos los colores, pero evitando papa, batata y choclo», puntualizó.
«Como postre se puede seleccionar una fruta o gelatina dietética, y de beber se recomienda siempre agua, que puede consumirse durante todo el día pero puede reemplazarse por limonada si se agrega una taza de jugo de limón natural en un litro», completó.
Lupardo recordó que «siempre es necesario acompañar la alimentación con actividad física para que no haya un aumento de peso después, aunque siguiendo estos consejos pueden disfrutarse estos encuentros comiendo bien, rico y sano».
Con respecto a la alimentación y la hidratación en días de altas temperaturas, la nutricionista Lucía Molina afirmó que lo recomendable es aumentar la cantidad de líquidos y la ingesta de alimentos con mayor cantidad de agua, como frutas y verduras.
«La sudoración es un mecanismo de defensa que el cuerpo pone en funcionamiento contra la elevación de la temperatura corporal. Sin embargo, a través de ella, se pierde no sólo agua sino también sales minerales como sodio, potasio (presente en banana y tomate, por ejemplo) y magnesio (presente mayormente en cítricos), fundamentales para el buen funcionamiento corporal», explicó.
Por eso, «no sólo es importante hidratarse con agua sino también consumir más frutas y verduras, que poseen los minerales necesarios para restituir los que se pierden».
Las frutas más jugosas son la sandía, el melón, las naranjas y las uvas, mientras que entre las verduras más recomendadas se encuentran la escarola, lechuga, pepino, tomate, col, remolacha, zanahoria, berros, rúcula, coliflor, morrón y espinaca, que pueden combinarse en ensaladas a las que pueden agregarse trozos de pollo, huevo o queso fresco, que aportan nutrientes y no tantas calorías.
«Si existe sed es porque hay cierto grado de deshidratación, por lo que es indispensable anticiparse a esa sensación que se va perdiendo con la edad y obligarse a beber líquidos a lo largo del día», agregó Molina.
En cuanto a las bebidas alcohólicas, Molina enfatizó que «no son la mejor opción para lograr una buena hidratación», ya que el alcohol tiene un efecto diurético que aumenta la pérdida de agua por orina.
«Por eso a la hora de hidratarse hay que elegir bebidas sin alcohol. Si bien la cafeína también tiene efectos diuréticos, los estudios realizados no pudieron probar que los asiduos consumidores de café o bebidas cafeinadas tengan mayor riesgo de deshidratación», señaló.
«Se cree que eso se debe a que quienes consumen ese tipo de bebida en forma regular desarrollan un grado de tolerancia que evita la deshidratación, pero de todas maneras no es lo más recomendable», insistió.
Otros productos recomendados para desintoxicar al organismo luego de un atracón son los alimentos integrales, que tienen gran cantidad de nutrientes y antioxidantes que protegen al organismo de los radicales libres y estimulan y favorecen a una buena digestión.
El té verde también es aconsejado por su contribución a la buena actividad hepática, mientras que la soja es otra de las más aconsejadas por su alto contenido en fibra y en aminoácidos esenciales, necesarios y requeridos para el buen funcionamiento del organismo en general.
