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Por: Telam | 04/08/15

La leche materna ayuda a reducir el riesgo de enfermedades respiratorias e infecciosas en el bebé


La leche materna contiene propiedades inmunológicas que ayudan a reducir el riesgo de enfermar y sufrir complicaciones por Virus Sincicial Respiratorio (VSR), principal agente de contagio en menores de dos años, advirtieron especialistas en el marco de la Semana de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto.

«Además de ser un alimento insustituible para el crecimiento sano del bebé, la leche materna posee propiedades que ayudan a que los recién nacidos se enfermen con menor frecuencia que aquellos que no son amamantados, lo que genera además un número menor de ingresos hospitalarios durante el primer año de vida», informó la Red de Enfermería por la Prevención.

Desde esa organización precisaron que en los casos de niños nacidos por parto prematuro y en condiciones de alto riesgo, «está comprobado que la lactancia materna posibilita salir con mayor facilidad de los estados críticos, superar la inmadurez general con la que nacieron y crecer en buenas condiciones».

«En el caso de los niños de alto riesgo se deben seguir otras medidas para la prevención de las infecciones respiratorias, como la inmunización pasiva, evitar el humo, mantener perfecta higiene, ventilar los espacios cerrados, el lavado de manos sistemático antes de tocar al niño, evitar en lo posible el contacto con niños en edad escolar -en especial época invernal- y tener al día el calendario de vacunación», completaron.

Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación Repro, enfatizó en diálogo con Télam que la leche humana «es el alimento más completo y sustancioso para el recién nacido, ya que además de disminuir las probabilidades de que el bebé padezca algunas enfermedades infectocontagiosas, previene la obesidad ayudando a un crecimiento adecuado y estimula el contacto y el fortalecimiento del vínculo con su mamá».

«En las madres, las hormonas producidas por las succión del bebé en el pezón previenen hemorragias y anemias y son las responsables de la retracción uterina. Además, amamantar implica un gasto energético que ayuda a que la reducción del sobrepeso sea más rápida, reduce la incidencia del cáncer mamario e incluso puede funcionar como anticonceptivo», precisó.

En ese caso debe tenerse en cuenta que si bien el amamantamiento tiene un efecto inhibidor de la ovulación y produce un retraso de la aparición de la menstruación -disminuyendo la posibilidad de un nuevo embarazo-, eso sólo sucede en casos en que se da el pecho siete veces o más por día, hay mamadas nocturnas o el tiempo de succión total del pecho es de 80 o más minutos diarios.

«Es decir, cuanto mayor es la frecuencia de la succión, mayor es la eficacia del efecto anticonceptivo», destacó Pasquialini.

Para una buena lactancia, Lucía Molina, nutricionista de ese instituto médico, remarcó que «es muy importante que la mamá ingiera suficientes líquidos y que pueda descansar, porque estos factores inciden sobre la cantidad de leche producida».

«Es recomendable también no saltear comidas, porque de esa forma la producción de leche mantiene constante a lo largo del día, además de consumir carnes magras y legumbres, aceites vegetales y pescados e incorporar con las colaciones cereales integrales, yogures descremados, frutas y especialmente frutos secos», detalló.

Al momento de amamantar, se sugiere tener cerca un vaso o botella con agua, ya que muchas mujeres suelen experimentar «ataques de sed» en respuesta a la bajada de leche.

«Conviene eliminar el alcohol sobre todo en los primeros meses de vida, cuando es muy alta la frecuencia de mamadas, ya que el mismo aparece en la secreción láctea casi en la misma cantidad que en sangre. La cafeína también aparece en la leche materna y puede ser un factor que genere excitación en el niño, por lo que si la madre acostumbra beber más de dos tazas pequeñas de café por día, se recomienda que opte por café descafeinado», agregó.

Por último, Pasqualini remarcó que «se debe inducir a la madre a que amamante e inculcarle que va a poder hacerlo».

«Sabemos que a veces no es fácil, pero es sumamente importante ser perseverantes y dar indicaciones adecuadas y precisas. Como todas las conductas, a amamantar se aprende», explicó.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé, para luego complementarla con alimentos sólidos, al menos, hasta los dos años.