Desintoxica tu cuerpo sin ponerte en riesgo
Una sucesión de eventos sociales, las vacaciones, determinadas fechas o épocas, a veces nos llevan a comer de más. Suele ocurrir que pasamos por un largo período en el que nos alimentamos mal y comenzamos a acostumbrarnos. Pero, a la vez, los pantalones no cierran y nos sentimos incómodas con la hinchazón. Este es el momento preciso en el que hay que hacer un alto y pensar en una dieta desintoxicante.
Las ‘dietas desintoxicantes’, como habitualmente se las llama, son planes que nos ayudan a bajar de peso de forma repentina”, nos explica la licenciada Lucía Molina, del Departamento de Nutrición de Halitus Instituto Médico.
“El efecto que tienen sobre nuestro cuerpo es eliminar rápidamente mucha cantidad de agua y colaborar con el gasto calórico, provocando un descenso de peso marcado en pocas horas”, detalla.
Suena muy bien y parece una buena solución, pero ¿debemos tener algún reparo? Porque hacer una dieta no es un juego de niños…
En esta nota, la especialista nos cuenta cuándo y de qué manera puedes hacerla, sin poner en riesgo tu salud:
-En qué casos hacerla: luego de excesos en la dieta o ante una meseta en un programa de descenso de peso prolongado.
-Quiénes si y quiénes no: sólo pueden probarla los adultos que no tengan ningún problema de salud asociado al sobrepeso, jamás los niños. Son dietas carentes de ciertas vitaminas y minerales, por eso, de ninguna manera deben ser sostenidas en el tiempo ni realizarse con mucha frecuencia. Se usa en situaciones especiales y bajo la supervisión de un profesional.
-Cuánto debe durar: no tiene que durar más de 72 horas corridas. Entre las 24 y las 48 horas de utilizada esta alternativa, el descenso de peso comienza a no producirse y es recomendable volver al plan de descenso de peso habitual.
-La frecuencia: según lo recomendado por el profesional adecuado a cada persona.
-Los cuidados especiales: el reparo mayor tiene que ver con no prolongarla más allá de las 72 horas. Pero, además, debemos incorporar un mínimo de hidratos de carbono, que son el combustible de nuestras neuronas. Si ingerimos menos de lo que el funcionamiento del cerebro necesita aparecen cefaleas, fuertes dolores de cabeza, mareos, y puede ser un riesgo para la salud.
-Alimentos que ayudan: carnes magras, lácteos descremados, frutos secos, frutas, verduras y huevos.
-Alimentos prohibidos: panes y galletitas, cereales refinados, azúcares y dulces.
-El agua: es muy importante porque ayuda a depurar el cuerpo de sustancias de desecho.
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-Una dieta que podemos hacer:
*Desayuno: infusión con leche descremada y un yogur descremado.
*A media mañana: un puñado de frutos secos.
*Almuerzo: pollo sin piel con ensalada de hojas de verdes. Como postre, una manzana.
*Merienda: yogur descremado con frutas.
*Cena: pescado con verduras al vapor. Como postre, una naranja.
