Fertilización, Ovodonación, Subrogación de Vientre.
Durante décadas consideramos que una familia estaba conformada por una mamá, un papá e hijos. Pero ese modelo ya no es el único. A lo largo de los años, los avances de la ciencia permitieron a muchas personas concretar su deseo de tener un hijo: mujeres solas, hombres solos, parejas de varones, parejas de mujeres, parejas con problemas de fertilidad; mujeres que ya dejaron de ovular por edad o por una enfermedad preexistente y cualquier individuo con alguna dificultad para concebir. También se abrieron puertas que generan debates, como la gestión por sustitución o la adopción de embriones.
Los doctores Sergio y Agustín Pasqualini, referentes en Medicina Reproductiva, recopilan en el libro «Nuevas Familias» (Penguin Random House) historias en las que diferentes personas dan cuenta del camino y las decisiones que tomaron a medida que avanzaban en las distintas maneras de concebir un hijo.
«El libro vuelca la experiencia de aquellos que acudieron a la ciencia para cumplir el deseo de ser padres», relata Pasqualini y agrega; «Una de cada seis parejas va a tener dificultades para lograr el embarazo. Además, el contexto de pandemia complica el acceso a los tratamientos, por la necesidad de adaptarse a normas y protocolos. Al mismo tiempo, se da un incremento del 60% en las consultas con intención de vitrificar óvulos». También hemos visto como pasamos de lo se pensó que podría llegar a ser un Baby boom producto de la cuarentena a una disminución de los nacimientos.
Los cambios socioculturales y los avances científicos, muestran cómo se posterga la búsqueda de un hijo y cómo surgen nuevos tipos de familia. Hace tan solo 15 años el promedio de edad de consulta por infertilidad era de 33 años, mientras que en la actualidad es de 37-38 años. Hace no tantos años era la mujer, casi siempre sin su pareja, que consultaba al ginecólogo para intentar saber porque no se embarazaba. Las cosas fueron cambiando, fuimos aprendiendo y aparecieron nuevos tratamientos. Hoy es la pareja la que consulta, y no solo las heterosexuales sino ganan terreno, las mujeres solas y las parejas homosexuales.
Pasqualini señala que desde Halitus registran una curva ascendente en cuanto a las consultas por subrogación de vientre. Entre 2011 y 2021 recibieron un total de 671; de las cuales 154 se registraron en 2020; 459 casos son familias biparentales, 130 homoparentales, 82 monoparentales. Desde octubre del 2017, la disposición 93/DGRC/17 del Registro Civil de CABA permite inscribir a los recién nacidos por subrogación a nombre de los padres procreacionales.
«En verdad – dice Pasqualini – lo que nosotros tenemos en cuenta es el deseo. Uno solo. Y es vital. Es lo que llamamos deseo procreacional, que es la base, el primer paso, para ser mamá y/o papás. A partir de allí, lo que la ciencia hace es facilitar el camino».
