Desde el comienzo de nuestra línea de tiempo de la pandemia, el coronavirus y el sexo han estado, entre otros, íntimamente entrelazados. Para una crisis perpetuada por el contacto interpersonal, tiene sentido que una de las formas más íntimas físicamente de dicho contacto interpersonal esté presente en la mente de las personas.
Todas las formas de contacto físico e intimidad parecen completamente sospechosas durante la pandemia de COVID-19. Se supone que debemos practicar el distanciamiento social y mantener todas las prácticas de higiene seguras para prevenir esta infección viral altamente contagiosa, incluso cuando estamos en casa durante un encierro. Para algunos, este escenario de encierro significa tiempo e inclinación para tener relaciones sexuales con una pareja o cónyuge. Para otros, que no viven con su pareja, el levantamiento de dicho encierro significa que pueden volver a participar en actividades sexuales.
Naturalmente, con todas estas preguntas acerca de cómo el coronavirus está afectando nuestras vidas sexuales en el presente, hay mucho sobre qué tipo de efectos a largo plazo puede tener esta pandemia en nuestras vidas sexuales por venir. No hay escasez de esperanzas, miedos, consultas y predicciones sobre lo que depara nuestro futuro sexual y para cada pronóstico parece haber una conjetura igualmente plausible.
Como muchas cosas que parecemos saber y pensar acerca de esta pandemia en un momento dado, nuestro pronóstico sexual es principalmente una conjetura. Afortunadamente, a diferencia de la mayoría de los rumores de coronavirus, nuestras predicciones sexuales tienden a venir de un lugar de adivinanzas divertidas, en gran medida inofensivas. Aun así, en un intento por ayudar a agilizar nuestro pronóstico sexual, Infobae le pidió a expertos que evaluaran algunas de nuestras predicciones más apremiantes.
“Se dispara la ansiedad no sólo de cuándo volvemos pero nos sumamos el estrés de cómo vamos a rendir…¿No tenemos suficiente con todo lo que está pasando? ¿No es momento de poner las cosas en perspectiva y bajar varios cambios? No sabemos cuándo volveremos a estar en contacto físico, no sabemos si vamos a estar ansiosos, temerosos, eufóricos o qué. Pero grabate esto a fuego: en situación de estrés no es criterio. Es decir, que si las cosas no nos salen como siempre o como sabes que podrían o nos gustaría, tiene que ver con la situación de contexto”, escribió en una publicación de su aclamada cuenta de Instagram la psicóloga, sexóloga y sex influencer Cecilia Ce.
Muchos esperan con ansias volver a encontrarse en otros escenarios, sin miedos ni condicionantes, sin barbijos y con la libertad de disfrutar todas las prácticas eróticas posibles. Sin embargo, la apertura para la conexión de los cuerpos todavía supone un devenir con algunas restricciones. Para Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, “la ansiedad que ya está presente en cuarentena invade la fantasía de cómo será la sexualidad en el futuro”.
“La sexualidad no se lleva bien con las expectativas, las exigencias, la idea de rendir, de cumplir, de complacer, como si uno tuviera que pasar por un examen y obtener una calificación, que generalmente es extremista, o bien o mal; los grises no se aceptan. Todo esto activa la ansiedad y el miedo a fallar”, sostuvo el especialista en diálogo con este medio.
A juzgar por los posteos en redes sociales, muchas personas anhelan el sexo mientras se confinan en sus hogares. Desafortunadamente, según Jess O’Reilly, sexóloga con sede en Toronto y anfitrióna del podcast SexWithDrJess, nuestro tan esperado regreso al sexo probablemente será mucho más gradual de lo que se piensa. “Por supuesto, todos anhelamos conexión física y cercanía en este momento, pero la transición de regreso a lo ‘normal’ también será difícil”, dijo en diálogo con InsideHook.
La masturbación es uno de los pasatiempos principales durante los días de encierro entre hombres y mujeres. Sin planes sociales, sin conexiones, sin citas y por razones muy obvias, las personas se están masturbando más de lo habitual, y si el aumento en las ventas de juguetes sexuales, las páginas pornográficas y las búsquedas de juguetes sexuales caseros no eran evidencia suficiente, una nueva encuesta tiene los números para demostrarlo. Según Trojan, una compañía de condones y lubricantes sexuales estadounidense, el 36% de los adultos jóvenes entre las edades de 18 y 24 dice que se ha masturbado más desde que comenzó el distanciamiento social.
“Si tenemos más tiempo para el sexo -advirtió Ghedin- entonces aprendamos a desplegar una erótica más rica en el contacto y no en la meta del coito. Un tema frecuente es cuando el deseo sexual es la condición única del encuentro: ‘Si no tengo deseo no me acerco, no tomo la iniciativa o rechazo el ofrecimiento del otro’, cuando en realidad debería ser ‘si me acerco el deseo puede activarse, sino será igual de placentero estar abrazados’. La sexualidad no es cumplir etapas para llegar al orgasmo, es disfrutar de una experiencia de placer, cada momento es de por sí excitante”.
Las personas que se están conociendo saben que pasará un tiempo hasta que puedan unirse sexualmente sin tapujos preventivos, excepto los necesarios para evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Una situación similar aparece en las personas que están solas, siendo la virtualidad y la masturbación un escape para la excitación sexual. La adaptación rápida que tuvimos que hacer para cursar la cuarentena, necesitará de un tiempo para volver a retomar la normalidad.
Sin embargo, para la doctora Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga del Departamento de Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico, «si bien aislamiento se volvió para muchos, la mejor oportunidad para explorar su sexualidad solos, acompañados o a través de encuentros virtuales, estas experiencias pusieron en evidencia que los trastornos previos de la sexualidad que tenían muchas personas no podían ser resueltos con la masturbación ni con las fantasías ni con el sexting”.
“Estos pueden ser recursos lúdicos pero no son terapéuticos en la mayoría de los casos, con lo cual muchas personas volvieron a encontrarse con sus propias disfunciones sexuales previas a la cuarentena sin saber cómo resolverlas. No podemos predecir el futuro post-cuarentena, pero lo que si podemos afirmar es que, aprovechar el tiempo de aislamiento para hacer un tratamiento sexológico que optimice el disfrute, contribuya a mejorar el vínculo con la pareja o provea sentimientos de autoconfianza, es una ruta segura en medio de tanta inseguridad”, manifestó la especialista consultada por este medio.
La posibilidad de poder mejorar el desempeño sexual brinda un gran bienestar personal durante la cuarentena misma y genera una visión optimista para cuando esta concluya, ya que las personas se sentirán mejor preparadas para “regresar al juego”. “Muchos de los trastornos psicológicos como abatimiento, falta de entusiasmo o ausencia de objetivos pueden mejorar cuando el trastorno sexual se ha solucionado y las personas recuperan una mejor imagen de sí mismas”, agregó la experta.
Como la mayoría de los aspectos de la recuperación pospandémica, volver a nuestra vida sexual y de citas no será como accionar un interruptor. No se eliminarán todos los bloqueos al mismo tiempo, y con algo tan personal como el sexo, incluso las personas en la misma ciudad pueden estar operando bajo plazos y creencias muy diferentes.
“Lo peor que podemos hacer es empezar a patologizarnos. Como siempre digo, el primer, segundo, tercer encuentro no es criterio. Así que calmarse, respirar, contar hasta diez, abrazar a tu pareja sexual, contenerse y volver a empezar es clave”, concluyó en su posteo Ce.