Estás embarazada y seguramente querés tomarte un merecido descanso durante estas vacaciones. Si es así, tenés que tener en cuenta que en cualquier momento durante el embarazo, la decisión de viajar y la distancia del viaje deben ser tomadas conjuntamente entre vos y tu obstetra. Si las vacaciones se planifican lejos y debes desplazarte, es conveniente realizar el viaje durante el segundo trimestre y tomar algunas precauciones. La época más segura es entre la semana 18 a la 24 ya que la mujer se siente mejor, generalmente ya sin vómitos ni náuseas, y tiene menos riesgo de sufrir un aborto espontáneo o un parto prematuro. Probablemente se recomiende no viajar durante las últimas semanas del embarazo salvo en casos de emergencia.
Recaudos necesarios
Antes de comenzar un viaje es fundamental tener en cuenta la disponibilidad y la calidad de la atención medica además de la ubicación de los hospitales o sanatorios de la zona, sobre todo si el embarazo ya está avanzado. Por otro lado, deberías evitar aquellos destinos que requieran de vacunas, ya que algunas de ellas están contraindicadas durante la gestación.
Si vas a realizar el viaje en auto, siempre es conveniente detenerse cada dos horas y estirar las piernas o dar un paseo para reactivar la circulación y evitar la trombosis. Si la familia planea trasladarse en avión es fundamental obtener el permiso medico ya que algunas aerolíneas lo requieren; no permanecer sentada largo tiempo sino caminar cada dos horas para favorecer la circulación de la sangre, beber agua en abundancia y colocar el cinturón de seguridad por las parte de la pelvis.
No debés perder de vista que el viaje debe ser un periodo de relajación y descanso y al planearlo es necesario considerar que una agenda apretada y un ritmo acelerado de traslados y visitas no es recomendable.
¡Cuidado con el calor!
Durante el embarazo las variaciones hormonales provocan una mayor cantidad de transpiración y pueden llevar a deshidratación. Por eso es muy importante que tomes mucha agua y evites la exposición al calor durante periodos prolongados de tiempo.
El aumento de sudoración puede también provocar erupciones en la piel que pueden diseminarse por el cuerpo e incluso provocar malestar. Además, la piel requiere una mayor protección del sol ya que puede generar manchas u oscurecimiento por los cambios de pigmentación.
Es recomendable utilizar sombreros, protector solar adecuado y evitar exponerse al sol en horarios del mediodía.
Para evitar el golpe de calor y la sensación de sofoco y pesadez, te brindamos estas recomendaciones:
-Usá ropa fresca, liviana, cómoda y no ajustada.
-Tomá duchas frescas o bañate en la pileta varias veces para bajar la temperatura corporal.
-Ingerí líquidos en grandes cantidades para evitar la deshidratación.
-Comé alimentos ricos en fibras y evitá la ingestión de alimentos cuya conservación exige respetar la cadena de frío como helados o congelados.
-Realizar caminatas o natación suave como actividad física son una buena opción.
La alimentación es fundamental
Si hablamos de alimentación, debes seguir una dieta balanceada que incorpore en mayor medida frutas y verduras jugosas y evitar las bebidas cafeinadas. Buenas alternativas al agua son los jugos cítricos, la leche y las bebidas deportivas, en particular para aquellas mujeres que transpiran bastante. Por supuesto, evitá el consumo de alcohol ya que este produce el efecto contrario, es decir, deshidrata en lugar de hidratar.
Preferí preferencia a los platos fríos, en particular ensaladas y frutas. Al contrario de lo que dicta el saber popular, el consumo extra de sal no es necesario ya que en general, la cantidad de sal presente en nuestra dieta es elevada de por sí.
Textos: Gabriela Arias. Asesoramiento: Dr. Agustín Pasqualini (MN102009),
director médico De Halitus Instituto Médico
Fuente: Revista Única Mi Bebé | 03.02.14