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Por: Revista Saber Vivir | 15/05/14

Sexualidad y relax vacacional: ¿son compatibles?


Una experta en sexología reflexiona acerca del tiempo libre que brindan las vacaciones y el disfrute de la sexualidad, que no siempre van de la mano.

“Cuando los sexólogos hablamos sobre las relaciones íntimas en época de vacaciones, en todas las personas, pero sobre todo en adultos de edad mediana, usualmente enfatizamos la función anti estrés del periodo vacacional como recurso saludable para recuperar una sexualidad más plena y satisfactoria, ya que la misma, muchas veces, se ve relegada durante el año laboral por las tensiones y la falta de tiempo”, dice la Dra. Beatriz Literat. Y agrega: “Hasta suele ser, en muchos casos, reprimida en forma sutil e inconscientemente durante casi todo el año”. Pero, siempre según la experta consultada, durante este verano está ocurriendo otro fenómeno: la dificultad de combinar relax y relaciones de pareja. Dice Literat: “En lo que va de este verano, los correos electrónicos de personas de ambos sexos que me escriben están planteando un desafío, al poner seriamente en duda la posibilidad de alcanzar durante estas vacaciones el tan ansiado relax y, en consecuencia, el logro de una mejor intimidad”. “¿Cómo relajarme con mi pareja si a mi alrededor todo esta tan convulsionado?”, dice uno de los correos, “el estrés por la plata que no alcanza, por la inseguridad cuando mis adolescentes salen solos, la angustia que me produce lo que mis hijos más chicos miran y escuchan en la televisión y en la calle. La verdad es que no parece que estuviéramos vacacionando, con la excepción de que no estamos trabajando, los problemas nos rodean acá, igual que en casa”.

Dificultades de los jóvenes

Por otra parte, algunos jóvenes escriben: “No resulta fácil conocer a alguien lo suficiente como para que se dé una relación que, además de ser una descarga física del momento, me permita intercambiar algo como afecto, empatía, no sé, algo más que solo sexo y entonces, a la segunda o tercera vez, ya no le encuentro más interés”. En el caso de parejas con hijos, se plantean otras complicaciones: “Vine de vacaciones con mi mujer y mis hijos imaginando un paréntesis en la lucha del año, pero a pesar de nuestros esfuerzos por lograr armar un clima diferente, no podemos se impermeables a todo lo que nos rodea y que, además, se mete sin que podamos evitarlo en nuestra carpa, en el departamento, en nuestras conversaciones familiares…”.
Y si hablamos de mujeres solteras, que se van de vacaciones en grupo, esta suele ser la problemática: “Somos un grupo de amigas que siempre vacacionamos juntas y cada una solía encontrar un amorcito en la playa, pero este año parece que los amores ya no existen; sexo hay, pero nos asusta la forma tan frontal como se plantea, casi como ir a sacar entradas al cine o ir al súper a comprar algo. Y cuando llega el momento, no resulta nada satisfactorio”.
¿Qué debe contestar una sexóloga a estos cuestionamientos, que más que de índole sexual, son de índole social? “Estas personas diferentes edades no me plantean que padezcan disfunciones sexuales, las cuales son mi área de trabajo, si no que su función sexual normal no puede desplegarse fisiológicamente, aunque intente recurrir a las fantasías y a los tips que los sexólogos alentamos a que cultiven, simplemente porque, como expresa el viejo dicho “la realidad supera la ficción” y por cierto, en forma que los afecta negativamente. Tal vez, la respuesta que les estuve enviando vía email a quienes me escriben, pueda sonar rarísima viniendo de una especialista en sexología clínica, pero me atengo al principio hipocrático de “primun non nocere” (lo principal es no dañar), continúa Literat.

La respuesta es no dañar

No dañar, o no dañarnos, significa no buscar una descarga genital a cualquier precio, aun cuando quede el alma vacía o no algún corazón desilusionado. No dañar significa respetarse uno mismo, respetar las expectativas que tenemos y que creemos merecer, no “hacernos rebajas”. No dañar significa no arriesgarnos a la auto desvalorización o a la desvalorización del otro, si nos metemos al mar sin mirar primero de qué color esta la banderita. No dañar ni dañarnos, también significa experimentar la sexualidad como un exquisito plato gourmet, no como comida rápida o chatarra. Y este modo de encararla, si está al alcance de todos, no importa cuán complicado y confuso sea nuestro entorno. Si recordamos que, entre otros, la sexualidad tiene como objetivos lograr una mayor autoestima y confianza en uno mismo, perfeccionar la comunicación verbal y no verbal con la pareja, lograr una armonía entre la mente, el cuerpo y el espíritu, que optimice nuestro sistema inmunológico, compartir un placer único con una persona especial, y por último, pero no menos importante, que es la manera más linda de hacer bebes, estaremos cotizando nuestra sexualidad muy alto. Habría que preguntarse si la sexualidad que practicamos nos está rindiendo estos beneficios.

La Dra. Beatriz Literat, tiene a su cargo el Departamento Sexología y Disfunciones Sexuales de Halitus Instituto Médico.

Fuente: Revista Saber Vivir | 10.02.14