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Por: Genteba | 12/10/09

Ley de reproducción asistida y un debate vigente


La problemática es mucho más compleja y la discusión no debe circunscribirse al plano meramente económico

Hace unos días se publicaron en Internet algunos artículos relacionados con el acalorado debate que se suscitó en Diputados por el tratamiento de la sanción de la ley de reproducción asistida. Y, aunque debo admitir que el tema me entusiasma aún no siento que este siendo abordado de forma que describa y priorice puntualmente la situación de los profesionales y las parejas, quienes, al fin y al cabo, son los más involucrados, admitió el Dr. Sergio Pasqualini.

La problemática de una ley de reproducción asistida es mucho más compleja y la discusión no debe circunscribirse al plano meramente económico. La gran mayoría de los parejas accede a los tratamientos de fertilidad luego de grandes esfuerzos de su parte y otros no menores de las clínicas y médicos que hacen posible el financiamiento de esos procedimientos a pesar de la dura situación económica que atravesamos. La posibilidad de acceder a través de cobertura social a un tratamiento de fertilidad hace la diferencia de acceso o no para buena parte de la población. Hoy por hoy, legalmente, no está contemplado en el PMO (prestaciones médico obligatorias) y por lo tanto no hay obligatoriedad ni para el estado de proveer de esos servicios de forma gratuita y extendida ni para las obras sociales y prepagas de tenerlo dentro de sus prestaciones obligatorias.

Cualquier debate sobre reproducción asistida debería incluir los siguientes puntos: el derecho a la privacidad; la libertad para procrear; la justicia social; la salud y el bienestar de las mujeres y los niños; igualdad entre los sexos; igualdad en las oportunidades de acceso a la paternidad; acceso equitativo a la salud; respeto por las decisiones morales y personales; observancia de las diversidades genéticas y biológicas; y políticas no restrictivas basadas en evidencia científica.

Miles de bebés nacen cada año en la Argentina y el mundo como resultado del avance constante en las técnicas de reproducción asistida haciendo posible el sueño de ser padres de un bebé que, de otra manera, no hubieran podido concebir. Sin embargo, junto con la solución a este problema surgen otras problemáticas legales que es necesario abordar, entender y regular.

Una vez más, la medicina debería estar a disposición de todos y al encarar el debate sobre una ley deberíamos respondernos una serie de preguntas básicas:

• ¿Es la falta de una cobertura amplia una forma de discriminación sobre personas infértiles?

• Discutir la infertilidad y la posibilidad del acceso a través de la seguridad social casi exclusivamente para la mujer, ¿no es una forma de discriminación basada en el género?

• ¿Estarían los mejores intereses de la sociedad siendo observados con la introducción de la infertilidad dentro del PMO?

Para no imitar: el caso italiano

En febrero de 2004, el Senado italiano aprobó la Ley 40/2004 de reproducción asistida. Su concepto es fácil de resumir: todo prohibido sin importar sus consecuencias. No al uso de gametos de donante (óvulos o espermatozoides), no al útero portador, no a la criopreservación de embriones y se restringe el acceso a fertilización asistida sólo a parejas heterosexuales estables. No hay posibilidad de investigación clínica sobre embriones. La criopreservación de embriones se admite en caso de que la salud de la mujer se vea comprometida al momento de la implantación quedando pendiente tan pronto como la situación sea revertida. El acceso a técnicas de reproducción asistida sólo para los casos derivados de problemas de esterilidad o infertilidad que no puedan ser resueltos de otra manera. Respecto del consentimiento informado, no posibilidad de revocarlo una vez llevada a cabo la fecundación del ovocito.

Prohibir criopreservar embriones significa embarazos múltiples. Fertilizar menos cantidad de óvulos que el indicado por la técnica significa exponer a la mujer a una situación de estrés y ciclos de medicación específicos para una baja probabilidad de lograr un embarazo. No nos olvidemos que la mayor parte de las parejas que se someten a estos tratamientos ¡tienen problemas de infertilidad! Es decir, el origen de la patología es la calidad de sus óvulos y espermatozoides y cualquier restricción en la implantación de embriones y criopreservación debe tener motivos puramente médicos y evaluados para el caso en particular y no debería ser nunca resultado un número azaroso y uniformizado. Las técnicas vienen desarrollándose y perfeccionándose por años y no deberíamos sacarles chances.

No necesito exponer mucho más sobre las consecuencias de una legislación semejante y las situaciones aberrantes que genera.

Dentro de la Unión Europea existen diferencias importantes respecto de la reglamentación sobre el acceso a tratamientos de infertilidad. Hay países en donde casi no hay barreras para mujeres solteras, lesbianas o de edad avanzada, en cambio, en otros países, como es el caso de Italia, la ley es antojadizamente restrictiva. Estas diferencias de criterios trae la posibilidad de que aquellas personas que no están en condiciones de acceder a los tratamientos en su país de residencia busquen soluciones en el exterior, fuera de sus países de origen. En consecuencia, nace el concepto de “turismo reproductivo”. Aquellas personas en condiciones de afrontar los gastos viajarán a otros países en la búsqueda del hijo soñado. Así las diferencias sociales basado en lo económico se acentúan acercando soluciones sólo a aquellas personas que estén en condiciones económicas de acceder a un tratamiento en el exterior.

Pocos críticos a estas tecnologías realmente creen que se trata de un tema de libertad individual. Por el contrario, gran parte de los detractores están a favor de la mayor limitación posible o erradicación completa de cualquier posibilidad de acceso a estas técnicas.

La compresión clara y científica del desarrollo embrionario y las técnicas es clave a la hora de crear juicios éticos sobre las terapias de infertilidad y criopreservación de embriones. Las preocupaciones son muchas así como las diferentes posturas. Los países que lograron una ley equitativa de amplio consenso popular fueron aquellos que encararon la problemática a partir del estudio sistemático y serio de las opciones dejando de lado argumentos limitantes de débil sustento.

Fuente: www.sergiopasqualini.com.ar
12 de Octubre de 2009