Porque el amor tiene una mística propia, precedida por la magia del enamoramiento, cuyos fundamentos químicos tantas veces hemos explicado – no con la intención de romper la magia sino con la de ayudar a entender esas sensaciones volátiles que pueden ser tan desconcertantes a veces.
La celebración del amor fue evolucionando como la humanidad y hoy día se ha globalizado en muchos aspectos. El Día de los Enamorados se celebra en casi todo el planeta, en diferentes épocas del año y con las peculiaridades de cada país. Un aspecto interesante y actual de esta celebración en China, es conmemorar el Día del Soltero, celebrándolo con regalos y salidas que le causen placer a uno mismo, como para resaltar que el tan pregonado enamoramiento no significa necesariamente renunciar a la individualidad y a la autonomía, como siglos atrás insistió la frase romántica “sin ti no puedo vivir”.
Podemos decir, sin lugar a dudas que, en este siglo XXI el Día de los Enamorados es tan multifacético e inclusivo como nunca se había visto.
Será celebrado por los más jóvenes como el fácil acceso a una sexualidad que a veces ni siquiera está relacionada con sentimientos de amor, sino más bien con la curiosidad y los impulsos hormonales. La generación siguiente seguro celebrará la intensidad de las sensaciones de atracción física y concreción sexual, sin lamentar su fugacidad y la velocidad con que desaparecen. Quienes deseen celebrarlo en pareja podrán disfrutar de la equidad de roles y de la posibilidad de una asociación amorosa sin partes dominantes y otras dominadas, al menos en la mayoría de los países occidentales.
En estos mismos países, la mayoría de las mujeres podrán expresar sus derechos a la libertad y al disfrute sexual, en paridad con los varones.
Y los habitantes mayores del planeta podrán celebrar el Día del Amor, con los recuerdos de su época romántica y de la vida transitada día a día. Con los recuerdos del esfuerzo que significó para muchos, la misión de lograr llegar al final del camino en pareja, brindando lo mejor de sí, concediendo, logrando objetivos, siendo solidarios y muchas veces restándole importancia al propio confort personal para lograr construir una familia.
Cada generación de la humanidad ha experimentado el amor y el sexo de formas muy diversas y en consonancia con el momento histórico que le tocó vivir.
Y de esto podemos obtener un testimonio: el Amor fue el motor importante de la vida que permitió que la humanidad pudiera llegar hasta hoy.
Mientras tanto, nosotros, los especialistas en Sexualidad, que disfrutamos mucho ver el éxito en el fruto de nuestro trabajo profesional, continuaremos informando, investigando, diagnosticando, y tratando a nuestros pacientes y parejas con los avances más recientes de la ciencia para contribuir a su mejor estado de salud sexual y reproductiva.
Además, seguiremos acompañando, comprendiendo, actuando de mediadores en la pareja y brindando nuestros mejores recursos, tanto científicos como personales, para que los amantes y los amados que nos consultan puedan compartir el amor y disfrutar de una vida plena.
