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Por: La Nación | 03/08/21

Lactancia materna: 5 preguntas -y sus respuestas- que pueden surgir durante este proceso


En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, respondemos algunas dudas que pueden surgir durante esta experiencia.

Del 1 al 7 de agosto es la fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF para fomentar la lactancia. El lema de este año hace foco en la importancia de ofrecer apoyo a las personas gestantes y para eso es necesario que quien acompañe el nacimiento –papá, abuela, amiga, amigo, puericultora o especialista- conozca y haga respetar los derechos de quien amamanta y de su bebé. Es una responsabilidad de toda la sociedad.

La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra del 1 al 7 de agosto, todos los años, en más de 120 países con la finalidad de fomentar este proceso en personas gestantes y dar a conocer los múltiples beneficios de la leche materna para el bebé, para el planeta (ya que es 100% ecológica) y hasta para el bolsillo (supone un ahorro económico considerable).

No solo las mujeres pueden ser lactantes, también los varones trans, las personas intersexuales y de género fluido pueden embarazarse, parir y lactar y para estimular el amamantamiento -y que el mismo sea sostenido en el tiempo- es muy importante el apoyo y la contención. Por eso, el lema elegido este año por WABA (Alianza mundial pro Lactancia Materna) junto a la Organización Mundial de la Salud y UNICEF es “Proteger la lactancia, una responsabilidad compartida”.

No debe ser entendida como una responsabilidad únicamente de la persona que amamanta sino como una cadena que involucra políticas públicas y entorno social: el rol que juega la familia, los lugares de trabajo, el personal de salud y hasta los medios de comunicación.

¿Qué tengo que saber sobre la lactancia?

La leche materna es el alimento más perfecto sobre la faz de la tierra. Contiene más de 300 nutrientes y se adapta específicamente a las necesidades del bebé según su crecimiento y desarrollo y por eso el Ministerio de Salud de la Nación recomienda que sea el único alimento que el recién nacido reciba durante los primeros 6 meses de vida. De todas maneras esta no es la única forma de alimentar a un bebé y no siempre resulta una alternativa para las personas gestantes así que nadie debería sentirse juzgado o con culpa por no llevar adelante este proceso.

La cartera sanitaria nacional también aconseja después de los seis meses complementar con la incorporación progresiva de alimentos apropiados para la edad y sugiere continuar dando la teta hasta los 2 años, o más. Y aquí, una vez más, hay que hacer una salvedad: la lactancia debería darse sin presiones ni condicionamientos. Hay muchos factores involucrados en la decisión de una persona para seguir amamantando o dejar de hacerlo y las familias deben hacer lo que consideren que es lo mejor para ellos. Es algo personal, las críticas duelen, molestan y algunas veces desmotivan.

A través de su leche, la persona gestante le transmite al bebé anticuerpos que lo protege contra las enfermedades más comunes hasta que sea capaz de formar sus propias defensas. Es decir, las propiedades de la leche hacen que disminuyan las probabilidades de que el bebé padezca algunas enfermedades infectocontagiosas. Además, reducen el riesgo de alergias, asma, diabetes infantil, diarrea, obesidad, entre otros, reduciéndose el riesgo de hospitalización.

La leche humana no pierde las propiedades a lo largo del tiempo y sus beneficios inmunológicos son no sólo a corto plazo sino que se siguen observando años después. Lo cierto es que un bebé de más de un año que toma el pecho obtiene 1/3 de sus necesidades calóricas y proteicas diarias gracias a este súper alimento.

En Argentina, la prevalencia de lactancia al momento del nacimiento es de más de un 95%. Sin embargo, a los 6 meses, la lactancia exclusiva se reduce bruscamente y se ubica alrededor del 40%. Amamantar requiere ganas, esfuerzo, paciencia, tranquilidad, confianza. La producción de leche puede ser inhibida por la ansiedad o el miedo y 1 de cada 10 lactancias se pierden por motivos relacionados al regreso laboral.

¿Qué pasa si no quiero/puedo dar la teta?

Otra forma de transitar la lactancia es no amamantando y estas personas también deben ser respetadas y acompañadas. Es importante crear una red de apoyo y contención en el entorno para que el proceso se viva de manera natural y que nadie se sienta juzgado o con culpa. Dar el pecho no es una obligación y debe ser un momento placentero para ambas partes, no hay que sumar estrés y emociones displacenteras a esta etapa.

Si bien los especialistas dicen que es el mejor alimento para un bebé y una forma magnífica de fortalecer la conexión entre el binomio, no es la única manera de hacerlo. La persona puede generar igual un vínculo de apego sin lactancia exclusiva y criarlo perfectamente bien. Que amamantar no sea un mandato y que se viva sin escuchar a los que opinan libremente.

¿Cómo combinar lactancia y vida laboral?

Que el fin de la licencia por maternidad no se convierta también en el fin de la lactancia es una responsabilidad compartida. Requiere apoyo de los empleadores, ampliación de derechos y espacios amigables con la lactancia. Esto significa que cuando el cuerpo disponga la persona pueda tomarse horas para amamantar o sacarse leche. Pues si la leche no sale, duele o peor, se infecta. Además es necesario contar con un lugar pulcro, privado, con una silla confortable y un refrigerador para que la leche se pueda mantener limpia y bien conservada.

Hace falta que en el trabajo se le dé a la persona el tiempo, espacio, contención y respeto que la lactancia se merece para poder llevar adelante un proceso óptimo y saludable. Necesita una mínima cuota de empatía de la comunidad para seguir viviendo ese proceso como algo placentero. Es una responsabilidad de toda la sociedad. Ayudá desde tu rol como papá, abuela, amiga, amigo, puericultora o especialista a que se respeten los derechos -respaldados por la ley- de quien amamanta y de su bebé.

¿El destete es más difícil que lactar?

Esta parte tampoco es fácil. Así de contradictoria e intensa es la lactancia. Termina una etapa y comienza otra. La relación con el bebé cambia y necesitarán una nueva forma de comunicación entre ambos. Las emociones estarán a flor de piel y comenzarás a extrañarlo en tus brazos. El bebé va a luchar por mantener por siempre la lactancia y aquí lo cierto es que para vivir un destete respetuoso la última palabra la tenés vos. La decisión es tuya y lo que decidas siempre será lo correcto así que hacelo cuando creas que verdaderamente es el momento, después el bebé se adaptará a las nuevas circunstancias.

Como en los puntos desarrollados anteriormente aquí también es fundamental la red de apoyo. Que la persona que amamanta se sienta comprendida y aceptada, que no se sienta avergonzada o incómoda por alimentar a su hijo en público tenga la edad que tenga…pues no es más que un tabú social.

¿Cómo encarar la lactancia en tiempos de pandemia?

En medio de la crisis epidemiológica que estamos atravesando por el coronavirus es importante resaltar que hasta el momento no se ha demostrado la transmisión de COVID-19 a través de la leche materna y que al igual que sucede con otros virus, las personas gestantes inoculadas contra el coronavirus pueden proteger al bebé amamantado gracias a sus anticuerpos adquiridos con la vacuna. Ninguna dosis está contraindicada en la lactancia y si estás amamantando no hace falta suspender el pecho, pues no pone en riesgo la salud del lactante.

El principal peligro en la lactancia reside en el contacto con la persona que lo pueda contagiar. Si tenés coronavirus o sospechás que lo tenés y estás dando el pecho podés seguir amamantando pero tené en cuenta que el virus se contagia a través de las secreciones respiratorias entonces es importante tomar todos los recaudos para evitar la propagación del mismo: usar barbijo o tapabocas, lavado frecuente de manos y esterilizar sacaleches y mamaderas.

En esta Semana Mundial de la Lactancia Materna recordemos que el acompañamiento y la comprensión es fundamental. Menos consejos innecesarios y más paciencia, amor y respeto. Después de todo cada persona gestante vive esta experiencia como desea, siente, quiere o puede y no hay una forma correcta de hacerlo. Los de afuera solo tenemos que recordarle que lo está haciendo maravillosamente bien y que somos su red de apoyo para asegurar que se cumplan sus derechos en esta sociedad.

Fuentes consultadas: Dr. Agustín Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico www.halitus.com. Blog Dra. Melisa Pereyra. Carla Orsini @dra.carlaorsinipediatra. Vanessa Velasquez Rousseau. @lactanciamitos.


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