Durante años se ha buscado la perfección en métodos de fertilización asistida. En el comienzo de las investigaciones las parejas que no podían tener hijos debían someterse a tratamientos agotadores, que en muchos casos no conducían a resultados positivos. Pero el avance de la ciencia hoy ha alcanzado metas sorprendentes. Como por ejemplo la posibilidad de abrir un óvulo, introducir en él un espermatozoide y luego volver a cerrarlo mediante una técnica llamada micromanipulación.
Según el doctor Sergio Pasqualini, director del único centro que aplica la técnica en el país y que se encuentra en el mismo nivel de los internacionales, la micromanipulación no es una nueva disciplina, sino un conjunto de nuevas técnicas que utilizan herramientas muy pequeñas. Esto es lo que permite realizar procedimientos quirúrgicos muy precisos en una escala microscópica.
Con este método muchas parejas que hasta ahora se daban por infértiles, pueden rever su situación y tener la chance de gestar un bebé.
La micromanipulación —tal como lo explica Pasqualini— puede ser usada en las siguientes situaciones:
– Cuando hay espermatozoides de pobre calidad y/o en cantidad insuficiente para intentar una fertilización in vitro convencional. Habitualmente un hombre emite 250.000 espermatozoides en cada eyaculación. Pero con la micromanipulación se ha obtenido fertilización con muestras en las que aparentemente no había espermas en el semen. Para hacerlo se hace un centrifugado de la muestra y se recuperan los pocos que existen. Con esto también se evita usar semen de un donante.
– Cuando el semen tiene alteraciones específicas en los espermatozoides. A veces hay alteraciones al nivel de la cola, que los hace inmóviles o incapaces de adherirse al óvulo.
– Cuando las parejas han probado métodos convencionales de fertilización in vitro.
– Para favorecer la implantación de los embriones.
¿Qué pasa con los embarazos múltiples?
Este es uno de los temores más importantes que asaltan a las parejas cuando se deciden a encarar este tipo de tratamientos. El doctor Pasqualini logró en 1992 el primer embarazo con parto en el país, utilizando embriones que habían sido previamente criopreservados, debido a que en el momento del intento de fertilización in vitro se había obtenido una cantidad de embriones superior a la aconsejable a transferir, con el riesgo de un embarazo múltiple. En este caso no se logró el embarazo en el primer intento y sí cuando se transfirieron los embriones en otro ciclo de la mujer.
Cuando la infertilidad proviene de la mujer, se puede combinar la criopreservación con la donación de óvulos.
La donación de óvulos se utiliza en los siguientes casos:
– Cuando la mujer tiene una menopausia precoz (antes de los 45 años), por lo tanto no tiene óvulos propios.
– Cuando en intentos previos de fertilización asistida no se han logrado óvulos o éstos han sido de mala calidad en repetidas ocasiones.
De acuerdo con las técnicas empleadas por el doctor Pasqualini las posibilidades de procrear en las parejas llamadas infértiles, son cada vez mayores.