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Por: Revista Foco de la Semana | 07/02/00

Un balón que es térmico y ayuda


El 30 por ciento de las mujeres premenopáusicas padecen de flujo menstrual excesivo. Esta técnica aporta una solución sin ablación.

A diferencia de otras dolencias femeninas que comprometen seriamente la salud general, el sangrado menstrual excesivo causa molestias y perturba la vida familiar, especialmente la laboral de las mujeres activas de la actualidad; ocasionando, además, en algunos casos, anemia o malestar general. Hasta poco tiempo atrás, la terapia consistía en extraer el útero. Investigadores de los Estados Unidos crearon el balón térmico, un método que mediante calor elimina la capa mucosa que recubre el útero, permitiendo la vuelta al volumen de sangrado anterior o la desaparición de la menstruación, pero sin ocasionar las consecuencias de la menopausia que sucederá según el reloj biológico de cada mujer lo determine. Resulta destacable que se trata de un método ambulatorio y se realiza con anestesia local, no es ablacionista y posee un promedio de 48 horas para volver a las actividades normales. ¿A qué se considera sangrado excesivo? “La definición puede parecer vaga porque lo normal depende de cada paciente, aclara el doctor Fabián Lorenzo, a cargo del área de endoscopía ginecológica de Halitus Instituto Médico y del área de histeroscopía del Servicio de Ginecología del Hospital Rivadavia. Es anormal cuando la propia paciente nota que se ha modificado su propia menstruación. Por lo general estos cambios suceden entre los 35 y los 45 años. La causa más frecuente es la alteración hormonal, e involucra al treinta por ciento de las mujeres comprendidas en esta franja de edad”. El sistema consiste en colocar a la paciente en posición ginecológica como para realizar una colposcopía. El balón se coloca desinflado, y a medida que se introduce en su interior la solución fisiológica de dextrosa se adapta a la forma del útero hasta llenarlo totalmente. Una vez lograda la presión necesaria, el aparato activa el termostato hasta llegar a los 86º. Este proceso dura ocho minutos, al cabo de los cuales el aparato se apaga solo. Se desinfla y se retira. El procedimiento desde la aplicación de la anestesia local hasta la extracción no lleva más de media hora. Evaluación de pacientes “Antes de realizar el procedimiento se evalúa a las pacientes realizando una biopsia de endometrio para verificar la no existencia de problemas preexistentes —subraya el doctor Fabián Lorenzo—. Se recomienda que las pacientes no deben tener más hijos. Este punto es muy importante porque el procedimiento se aplica a aquellas pacientes a las que se les iba a extraer el útero. Los riesgos son casi nulos.”, afirma Lorenzo, y agrega: “Por ejemplo, casi siempre se puede hacer con anestesia local y en forma ambulatoria, salvo en caso de estenosis”. Este método está contraindicado en pacientes con antecedentes de cáncer de endometrio, o con un crecimiento desmedido de éste. El balón es descartable y el costo del procedimiento es de 1.300 pesos, bastante menor al de una histerectomía. El primer sitio en la Argentina donde se practica es Halitus Instituto Médico, que dirige el doctor Sergio Pasqualini. También se realiza en Brasil y el Uruguay y ha sido aprobada por la ANMAT —Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología— de la Argentina. Un estudio realizado en los Estados Unidos determinó que el 35 por ciento de las histerectomías que se practican en pacientes de entre 35 y 40 años se debe al problema del sangrado excesivo.