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Por: El embarazo por subrogación de vientre de la modelo volvió a poner en debate un tema tan sensible como polémico. | 27/07/17

Trombofilia en la mira: ¿es la verdadera causa del alquiler de vientre de Luciana Salazar?


trombofilia

La noticia revolucionó los programas y portales de espectáculos: Luciana Salazar, que acababa de separarse del economista Martín Redrado, se convertirá en madre a fin de año. Luego se supo que la modelo había recurrido a un procedimiento de subrogación de vientre en los Estados Unidos. Y las preguntas no tardaron en llegar.

Fue su médico personal, el especialista en fertilidad Fernando Akerman, quien justificó la elección del método en el hecho de que Salazar padece trombofilia, un trastorno de la coagulación de la sangre que se asocia con mayor riesgo de aborto temprano recurrente, muerte fetal intrauterina, parto prematuro, entre otras consecuencias.

Primero fue Panam –que fue diagnosticada con ese trastorno luego de perder a su segundo hijo, a una semana de la fecha de parto–, luego María Fernanda Callejón y en el último tiempo Florencia Peña quienes levantaron la bandera de la trombofilia en los medios y se dedicaron a informar sobre el tema.

Después, una vetada ley de detección precoz volvió a llevar el asunto a las primeras planas, sumado al trabajo desinteresado de grupos de mujeres que a diario buscan que se difunda la idea de que con un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado es posible llevar un embarazo saludable y lograr el ansiado deseo de convertirse en madre.

De ahí lo shockeante que resultó en la opinión pública el argumento esgrimido por el médico de Salazar para la elección del método por el cual será mamá.

Sin ánimo de juzgar, más bien con la intención de informar con claridad y llevar tranquilidad a las miles de mujeres que, tras atravesar el doloroso momento de perder un hijo, reciben con incertidumbre el diagnóstico de trombofilia, Infobae consultó a especialistas en el tema.

Akerman es especialista en fertilidad (MN 74141) y explicó que «en casos de trombofilia, durante el embarazo, la mujer puede ser tratada con aspirina, ácido fólico en dosis muy altas o un anticoagulante más potente que es la heparina, pero estos tratamientos no son 100% efectivos y hay mujeres en las que después de fallas en este tratamiento o en situaciones en las que hay una trombofilia severa se decide proceder a la subrogación».

Y aclaró que «tiene que quedar claro que la subrogación es potencialmente el último tratamiento».

Cabe aclarar que cuando una mujer es portadora de trombofilia y tiene antecedente de complicaciones gestacionales, los tratamientos pueden ser la antiagregación con aspirina en bajas dosis y/o la anticoagulación con heparina subcutánea durante la gestación. El tratamiento con heparina de bajo peso molecular es seguro y eficaz y hay amplia experiencia en el mundo. El tratamiento adecuado se asocia con muy buen pronóstico gestacional con un 85% a 90% de éxito con «bebé en casa».

«Tener trombofilia cobró un significado nuevo que puede prestarse a confusión de pacientes y legisladores: no es lo mismo una paciente que tuvo eventos trombóticos que aquella mujer sana con fallas reproductivas inexplicadas –explicó Gabriela Gutiérrez, investigadora del Conicet y directora de Inmunogenesis–. La medicina en el mundo avanza hacia la personalización del tratamiento y no a protocolizar un único tratamiento en base a un inmenso abanico de estudios a los que se someten las pacientes que buscan la causa a sus reiterados intentos por concebir un hijo».

Consultada acerca de si existe algún tipo de trombofilia que amerite la recomendación de que una mujer evite embarazarse, Gutiérrez fue contundente: «No existe un tipo de trombofilia que justifique la subrogación de vientre».

Y para despejar dudas, detalló: «Existen dos tipos de estudios para detectar marcadores de trombofilia, y que esos análisis den positivo indica que hay un factor de riesgo que habrá que evaluar. Se analiza la predisposición genética a tener trombofilia, así como los marcadores de trombofilias adquiridas, entre las que las autoinmunes son las más frecuentes».

Tras destacar que «en el caso de que la mujer tenga pérdidas de embarazo no genéticas e inexplicadas se podría sospechar la presencia de estos anticuerpos, que producen falla reproductiva», la especialista en inmunología remarcó que «las enfermedades autoinmunes arrancan silenciosamente y cuando aparece el síntoma puede llevar años de progresión, y en el caso de las trombofilias muchas veces la falla reproductiva es la primera manifestación clínica de la enfermedad».

Gutiérrez destacó que la recomendación de subrogación está más relacionada a «casos de endometriosis muy avanzadas, endometrios que no crecen de tamaño y que no responden a medicación o cirugías a nivel del útero», que no es el caso de las trombofilias, que «son un problema de circulación de la sangre entre la madre y el feto, que nada tiene que ver con la anatomía del útero».

«Todo lo que tenga que ver con la vascularización del útero es ´remodelable´ porque el endometrio se regenera todos los meses –profundizó–. El organismo tiene una inteligencia tal que le permite renovar el tejido del endometrio sin que eso le represente un ´gasto económico´ porque sí; lo hace con un fin especial que es censar si es el momento adecuado para gestar».

Y tras destacar que «todos estos trastornos, hasta cierta edad fértil de la mujer, se pueden modular con tratamiento y lograr un embarazo exitoso», la especialista resaltó que «salvo que la paciente tenga un proceso trombótico grave por fuera del embarazo, no existe en ninguna guía reproductiva del mundo la indicación de subrogación de vientre por trombofilia».

Ellas quieren evitarle el mal trago a otras mujeres

Bajo el nombre Trombofilia y embarazo un grupo de mujeres con este trastorno se reunieron en un grupo donde a diario recurren con dudas, consultas, miedos, pedidos, alegrías y miles de sensaciones surgidas de padecer este síndrome.

Sin ser médicas, sus creadoras Natalia Giacobbe, Marianela Cupparo, Maia Capozzoli y Mariana Litta supieron forjar un espacio esencial para transitar momentos tan especiales y únicos como pueden ser la búsqueda de un bebé, un embarazo y su pérdida y del que participan mujeres de todos lados del mundo.

«No tengo palabras para agradecer y me enorgullece formar parte de este grupo», contó a Infobae Litta, quien llegó al diagnóstico de síndrome antifosfolipídico luego de tener a su primera hija prematura –pese a haber hecho dos meses de reposo– y que su médico mandara a analizar la placenta ya que los últimos meses de embarazo había padecido oligoamnios (falta de líquido amniótico). El resultado fue que la misma presentaba hematomas y estaba «vieja» para la etapa del embarazo en que estaba.

Con esa información y los cuidados del caso, Mariana encaró la búsqueda de su segundo hijo y llevó adelante un embarazo totalmente normal.

«Actualmente estamos trabajando para lograr finalmente una ley que incluya dentro de los análisis de rutina la detección precoz de la trombofilia, con el único objetivo de evitar tener que esperar dos o más abortos para realizar el estudio y padecer pérdidas tan pero tan dolorosas como son las de un hijo», destacó.

http://www.infobae.com/salud/2017/07/12/trombofilia-en-la-mira-es-la-verdadera-causa-del-alquiler-de-vientre-de-luciana-salazar/