La presencia de anticuerpos contra esa infección es uno de los primeros análisis que se realiza a una embarazada. ¿Cómo se contagia? ¿Qué medidas de prevención debés tomar si el estudio te da negativo? ¿Por qué se recomienda evitar el contacto con gatos en el embarazo?
Por mito, desconocimiento o falta de información, es común que se aconseje a la mujer embarazada que evite el contacto con gatos para no contraer toxoplasmosis. ¿Y qué hacer en caso de tener un gato en casa antes de quedar embarazada? ¿Por qué el anticuerpo contra esa enfermedad es de lo primero que se analiza cuando quedás embarazada? ¿Qué peligro encierran las verduras crudas?
¡Qué ensalada! ¿No? Pero, no me digan que no les pasó. Con el evatest positivo en mano son miles las recomendaciones que te llueven y que terminan por marearte. Y la verdad es que muchas están basadas más en el imaginario popular que en la realidad.
Uno de los temas sobre los que la gente gusta de aconsejar es la toxoplasmosis. Que no toques a los gatos, que no comas ensalada, que cocines bien la carne, que no hagas trabajos de jardinería, y no sé cuántas cosas más.
Para evacuar todas las dudas sobre este tema que preocupa tanto a las futuras mamás y que hasta condiciona su alimentación durante el embarazo, consulté al doctor Ignacio Pérez Tomasone, coordinador de Obstetricia de Halitus Instituto Médico, quien -para comenzar- explicó qué es la toxoplasmosis: “Es una infección ocasionada por un parásito denominado toxoplasma gondii. Si bien la infección es generalmente asintomática en una persona con sistema inmunológico saludable, durante el embarazo hay que tener una precaución especial ya que, en ocasiones, el parásito puede llegar hasta la placenta y en consecuencia afectar al bebé (si es que la mujer no está inmunizada o sea que no posee anticuerpos protectores)”.
Tras aclarar que “la infección puede ser desde un cuadro leve, o pasar por diferentes estadios de complejidad, hasta ser grave y provocar problemas estructurales y neurológicos, así como abortos o la muerte fetal intraútero”, el especialista destacó que “muchas mujeres son inmunes (presentan anticuerpos protectores) antes de quedar embarazadas, situación que se da por haber estado en contacto con el parásito en alguna otra situación”.
Así las cosas, la posibilidad de que el bebé contraiga la infección depende de las semanas en que curse el embarazo, y la misma aumenta a medida que el embarazo avanza. “Si se infectan con toxoplasmosis durante el primer trimestre, el riesgo de que el bebé también se infecte es de aproximadamente el 15%. El riesgo aumenta a alrededor del 30% si se contrae la infección durante el segundo trimestre y al 60% durante el tercero. Pero en cuanto al riesgo de generar lesiones estas son mayores cuanto más precoz sea el contagio”, detalló Pérez Tomasone.
Pero, ¿cómo se contagia?
“Si bien es común pensar que los humanos nos contagiamos de los gatos es raro que esto suceda”. En eso coincidieron tanto Pérez Tomasone, como la veterinaria Carolina Chavez (MP 10808), en adelante, #HermanaVeterinaria.
El obstetra explicó que “es verdad que en el intestino de los felinos es en el único ambiente que el parásito puede reproducirse y de ahí viene esta idea del peligro que representan estos animales”. Y en ese sentido, remarcó que “hay que entender que los gatos infectados eliminan quistes del parasito por sus heces y es por esas heces contaminadas que se puede producir la infección o la contaminación de frutas, verduras o pasto que después otros animales o personas coman y por ende se contagien”.
A lo que #HermanaVeterinaria agregó: “Los seres humanos se infectan al ingerir quistes del parásito presente en la carne cruda o mal cocida u ooquistes (forma parasitaria eliminada en las heces del gato) de las heces de un gato con infección reciente”.
“La principal fuente de infección en personas es la ingesta de carne cruda o mal cocida o la contaminación cruzada causada por alimentos ocurrida muchas veces por usar en casa la misma tabla para cortar carne y verduras”, insistió.
Entonces, alrededor de la mitad de los casos el contagio se produce por comer carne cruda o poco cocinada que presente quistes de parásitos. Pero también puede contraerse el parásito de otras formas, como por ejemplo, al comer frutas o vegetales frescos contaminados, beber agua contaminada, o tocar tierra contaminada o las piedritas blancas de la caja de un gato que esté infectado y después uno se lleve esa mano a la boca, la nariz o los ojos.
“La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en el caso de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o a través de una transfusión de sangre infectada o de un trasplante de un órgano de una persona infectada”, destacó Pérez Tomasone.
En este contexto, ¿cuál es el riesgo de que una mujer embarazada contraiga la enfermedad? Según #HermanaVeterinaria, “el riesgo es igual que en cualquier otra persona, aunque las mujeres inmunosuprimidas están más expuestas. El hincapié en el embarazo se hace por el riesgo de generar una infección congénita al bebé”.
Consultada sobre por qué se suele recomendar que una embarazada evite el contacto con gatos, “la del medio” de los Chavez sentenció que si esto ocurre, “quien lo recomienda no está bien informado”.
“Si bien los ooquistes son la clave en la epidemiología de la toxoplasmosis, en la mayoría de los estudios no hay correlación directa entre la toxoplasmosis en adultos y la tenencia de gatos. Los estudios que comprueban el contagio en el embarazo asociaron más bien el consumo de alimentos mal cocidos, el contacto con el suelo (jardinería) o la ingestión de verduras mal lavadas con la infección primaria -aseguró-. Los gatos no constituyen un factor de riesgo si se practican buenas prácticas de higiene. La mayoría de los gatos se infectan por su comportamiento carnívoro y eliminan ooquistes sólo por breves períodos. Para evitar la contaminación ambiental, los dueños de los gatos y en especial las mujeres en edad fértil deben adoptar medidas de higiene rutinarias”.
Y remarcó: “La exposición fecal directa derivada de la manipulación de gatos infectados es poco probable, ya que éstos rara vez presentan diarreas y porque se higienizan a sí mismos regularmente. No existen estudios que hayan evidenciado ooquistes en el pelaje de gatos parasitados“.
Algunas medidas de prevención para tener en cuenta
Ya vimos que la presencia de un gato en sí no representa un riesgo real de contraer la enfermedad. De todos modos, si tenés un gato en tu casa, no vas a desalojarlo porque estés embarazada. Así que, mejor tomá nota de los cuidados que tenés que tener.
Según Pérez Tomasone, sería ideal que otra persona se encargue de limpiar la caja de piedras blancas o de arena, y que lo haga a diario. Esto reduce el riesgo de infección porque los quistes no son infecciosos las primeras 24 horas después de haber sido excretados. Si no hay quien lo haga, utilizar siempre guantes desechables y después higienizarse bien las manos. “Para evitar que el gato se infecte mientras dure el embarazo, alimentarlo siempre con comida para gatos o con restos de comida bien cocidos, nunca con carne cruda o poco hecha. Recordar que el gato transmite la infección por las heces, por lo cual a no asustarse si se encuentran pelos por la casa, o al acariciar al mismo, aunque de igual manera se recomiendan las medidas higiénicas como el lavado de manos con jabón después de estar jugando o acariciando al gato”, apuntó.
“Las bandejas sanitarias deben cambiarse a diario (y desinfectarse con agua hirviendo), ya que los ooquistes en la materia fecal alcanzan su estado infeccioso en 24 horas”, recomendó #HermanaVeterinaria. Y agregó que, además, la prevención de la toxoplasmosis humana implica:
– Evitar el contacto con carne infectada, cocinándola a una temperatura mayor a 70° (el microondas no sirve a estos fines ya que calienta desparejo) y lavarse siempre las manos luego de manipular carne cruda.
– No probar alimentos a mitad de cocción.
– La cuidadosa limpieza de los vegetales.
– Utilizar guantes para los trabajos de jardinería.
Por su parte, Pérez Tomasone, recomendó:
– No volver a apoyar la carne cocida en el mismo lugar en donde estuvieron crudas.
– Lavar bien las verduras antes de comerlas, sobre todo las de hojas verdes, que podrían tener restos de tierra contaminada.
– Si se sale a comer afuera, preferentemente acompañar las comidas con vegetales grillados o puré, dado que puertas adentro de la cocina de un restaurante no siempre se sabe con qué rigor lavan las verduras.
“Durante la primera rutina de laboratorio tu obstetra siempre te pedirá los anticuerpos de toxoplasmosis si es que no se tiene conocimiento previo de tener anticuerpos. Si ya se tiene anticuerpos protectores, no hay riesgo de una infección y el haber tenido un contagio antiguo con el parásito no genera riesgo para este embarazo. De no tener protección entra en juego todas las medidas expuestas anteriormente. El obstetra te pedirá por trimestre los laboratorios para determinar de forma precoz una infección en este embarazo en curso”, aconsejó.
Y finalizó: “Si se llega a dar el caso de el contagio suceda durante el embarazo en curso, existen tratamientos efectivos con antiparasitarios que la embarazada puede recibir y que dependerá de qué droga usar según el trimestre de gestación. Más allá de que se cuente con un tratamiento, lo ideal es extremar las medidas de seguridad en una paciente que no cuente con la protección de los anticuerpos”.
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