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Por: Revista Para Ti | 01/08/08

Sexo con panza


La sexualidad durante el embarazo se vive de manera diferente. Los cambios que experimenta tu cuerpo pueden generarte molestias a la hora de tener sexo con tu pareja: tu deseo fluctuó considerablemente este último tiempo, las posiciones que antes te resultaban placenteras. Ahora te incomodan y te cuesta transmitir la revolución hormonal que estás sintiendo.

El aumento de tu sensibilidad, el dolor mamario y el tamaño de tu abdomen, entre otras cosas, pueden complicar un momento que debiera ser sumamente placentero y que encima acarrea el miedo a molestar al bebé.
«El embarazo y la sexualidad son funciones fisiológicas perfectamente compatibles. Durante los nueve meses  existen variaciones en las sensaciones que experimentan las embarazadas: desde un estado de total plenitud física y mental hasta el sentirse raras,  diferentes, incómodas e indispuestas. La pareja tendrá que adaptarse a esta nueva condición en la mujer y descubrir una sexualidad diferente a la que acostumbraban tener» explica la Dra. Beatriz Literat, sexóloga y ginecóloga del Instituto Halitus.


Placeres saludables
Según la especialista, la vida sexual de la pareja durante la gestación debe desarrollarse de manera que no haya brusquedades, cuidando que la penetración no sea tan profunda y que la futura madre no se sienta aplastada por su pareja.
«Los límites los pone el mayor o menor grado de confort y seguridad que la embarazada sienta. Las posiciones contrarias
a la ley de gravedad no son recomendables. Tampoco movimientos que exijan de ella un esfuerzo físico. Es el varón quien tendría que actuar de modo más activo para adaptarse al estado y buscando el bienestar de su compañera´, señala la Dra. Literat.
«Durante el tercer trimestre, el mayor desafío de la pareja es el volumen corporal de la embarazada y su dificultad para moverse como solía hacerlo. Es entonces cuando hay que recordar que el órgano sexual más importante es el cerebro y que los sentidos como el oído. el olfato y el tacto son poderosos estímulos eróticos . El secreto de la plenitud sexual en el embarazo está en que la pareja sea receptiva de los deseos y necesidades de cada uno, creativos y solidarios en su capacidad de adaptación a este momento que están viviendo´, explica Literat.
Además, agrega que durante los últimos meses de gestación, contrariamente a lo que señala el mito, el sexo ayuda a la mamá a prepararse para el parto. «Promueve un mayor tono muscular del piso pélvico,  que son los músculos que más trabajan durante el período expulsivo del parto. Es como ponerlos a punto para el gran momento:´ indica la especialista.


Temores masculinos
La especialista cuenta que mientras la mujer se adapta a la modificación de su cuerpo, a los típicos síntomas del embarazo
y a la revolución hormonal y emocional. El hombre también vive momentos de cambio: se encuentra frente a  un cuerpo diferente que desea, pero al que tiene miedo de dañar. Y que algunos padres optan por la abstinencia cuando lo ideal es ir disipando aquellos temores irracionales que puedan surgir. La Dra. Literat concluye: «Un hombre sensible debería estar muy receptivo a todos los cambios. Seguramente ya anunciados por el obstetra en las consultas periódicas y hacerle sentir a su mujer que la ve más linda y  atractiva que nunca. Así alienta en ella el deseo que podría estar reprimido por temor o pudor´.
Entanto, la Lic. Esther Bulcholz, psicóloga especialista en sexualidad, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH) asegura que el romanticismo la comprensión y la paciencia serán fundamentales para evitar dificultades.  «Cada mujer vive su embarazo y todo lo relacionado con este momento  de una manera particular. Caricia,. Masajitos, besos… todo lo que tiene que ver con el placer y que está  más allá de la penetración, es necesario. Los mimos son fundamentales para que la pareja viva con plenitud la sexualidad´: señala la sexóloga.
Luego explica que durante este período, es necesaria la comprensión de ambas partes: a veces, es la mujer la que está muy metida para adentro y no se fija en lo que le pasa al hombre. Desde el punto de vista psicológico, cuanto más amor hay en la pareja, mejo res son las relaciones sexuales y mejor está el bebé.


¡Compatibles!
Por el Dr Guillermo Hermann *
«La consulta con el obstetra es fundamental para descartar cualquier patología que impida el desarrollo normal de la vida sexual. Desechada esta posibilidad, el sexo es perfectamente compatible con el embarazo. No hay contraindicación alguna, a excepción de aquellas pacientes que deben hacer reposo por alguna razón particular como pérdidas de sangre o contracciones. Quien cursa un embarazo sin complicaciones puede hacer una vida normal y eso incluye a la intimidad. Las mayores molestias que puede experimentar una mujer embarazada durante el acto sexual están relacionadas con la disminución de la lubricación vaginal o con el aumento de la sensibilidad de las mamas, aunque esta última es pasajera: se da en los primeros meses de la gestación y después ya no incomoda. Aunque no está comprobado científicamente, se cree que las relaciones sexuales en la fase final del embarazo son beneficiosas y ayudan a la maduración del cuello uterino y preparación para el parto, por la presencia en el semen de la hormona prostaglandina «.
«Obstetra del Sanatorio Mater Dei, MN 66862


Buscando la postura
Si bien cada pareja encuentra su modo particular de transitar la sexualidad durante el embarazo, hay posiciones más recomendables que otras. Las que ayudarán a la embarazada a reducir las molestias y adaptarse al momento que está viviendo son:
• El hombre encima. En esta postura, es el hombre quien controla el ritmo y el grado de la penetración. Lo importante será que evite apoyar su peso sobre la panza de la mujer.
• La mujer sobre su pareja. De esta manera, no hay peso que recaiga sobre el abdomen de la mujer y será ella quien controle la profundidad de la penetración y la intensidad del acto sexual.
• De lado. Esta postura permite una distribución pareja del peso y que la penetración no sea tan profunda, algo que, a medida que avanza el embarazo, puede resultar incómodo.