Ser padre después de los 40 Los fantasmas de la esterilidad
Esa es la edad en la cual la calidad y cantidad de espermatozoides comienza a disminuir. También aumentan las posibilidades de alteraciones genéticas. Al igual que las mujeres, ellos retrasan la decisión de tener hijos. La mayoría se hace el primer control, recién, cuando planea el embarazo.
Tan poco hablan de ellos mismos, que la fertilidad masculina aún esconde más dudas que certezas en el universo varonil, sobre todo en quienes nunca hicieron una ida al urólogo, aunque hayan dejado la juventud hace rato.
No sólo más arrugas y calvicie aparecen a partir de los cuarenta. Es la etapa en que los hombres -un reciente estudio revela nuevas evidencias- comienzan su declinación reproductiva; lo mismo que en las mujeres cuando el almanaque confiesa 35.
Los riesgos de tener menor calidad y cantidad de espermatozoides aumentan drásticamente una vez que llegan a los cincuenta. Sin embargo, los especialistas advierten que ya a los cuarenta planificar la cuna puede ser más riesgoso, sin estudios previos.
Pero claro, la vergüenza de ir al andrólogo no es caso cerrado, y el retraso de la maternidad en las mujeres ha comenzado a incidir, también, en los señores que terminan siendo papás cada vez más tarde.
“Hay que tener en cuenta dos cosas a partir de los 40: hay menor capacidad reproductiva, por un lado, y mayor riesgo de tener problemas en la descendencia genética”, explica el especialista en fertilidad, Carlos Carrere, director de Procrearte en La Plata.
En los casos en que la pareja del hombre es joven, las probabilidades de esterilidad masculina no son tantas, ya que “el óvulo siempre compensa al espermatozoide”, indica Carrere.
Pero la realidad es otra. Con más aspiraciones en lo profesional y menos presiones sociales, ellas han decidido retrasar la maternidad, para complicación de muchos.
“La primer consulta de la mayoría de los hombres es cuándo quieren tener un hijo”, señala el especialista.
Como, por lo general, son las mujeres las que ponen fecha al embarazo, y cada vez son más las que deciden tenerlo después de los 35, “el hombre también retrasa la consulta”.
El primer estudio que debe hacerse un hombre para medir la calidad de los gametos masculinos es el espermograma, que es un análisis de laboratorio en el cual se evalúan distintos parámetros, como la cantidad, calidad y motilidad de los espermatozoides.
“La búsqueda de un hijo entre los 40 y 50 depende de la edad de la mujer y de cómo le dio el espermograma; si es muy bajo puede tener alteraciones”, sostiene el andrólogo y urólogo Omar Layus, del departamento de Andrología de Halitus Instituto Médico. Entre esos trastornos que pueden llevar los espermatozoides, uno de las más comunes es la Aneuploidía, que es una alteración en los cromosomas.
La FISH (Fluorescence in situ Hybridization) es una técnica que permite caracterizar parte del material genético de los espermatozoides. De esta manera se puede calcular el porcentaje de gametos cromosómicamente alterados (aneuploides). Este estudio se realiza con sondas que se unen a los cromosomas que se quieren estudiar y las mismas tienen diferentes colores para su mejor visualización.
Un semen con un porcentaje elevado de espermatozoides cromosómicamente alterados, tras fecundar los ovocitos, dará lugar a un mayor número de embriones cromosómicamente anormales.
“En la mayoría de los casos estos embriones implantan o son causa de un aborto. Pero un pequeño porcentaje da lugar a niños nacidos con algún tipo de patología”, explica Layus.
Desde temprano
Una de las situaciones que más observan tanto urólogos como andrólogos es la escasa consulta de varones adolescentes. “Son muy pocos los que consultan y aquellos que lo hacen es porque hay casos de esterilidad en la familia”, dice Carrere.
La estimación que hace el especialista grafica el panorama: cada 20 mujeres, un joven pone sus pies en los consultorios de los especialistas.
El tema es que hay enfermedades como la Varicocele, que es la causa mas común de infertilidad en los hombres, que tratada desde temprano tiene grandes probabilidades de no convertirse en una complicación a la hora de lograr un embarazo. “No es lo mismo darse cuenta a los 18 años que cuando quieren tener hijos. Cuanto antes se descubra y comience el tratamiento, mejores serán los resultados”, aclara Layus.
Las cifras que maneja el especialista son por demás de elocuentes: en el 45% de consultas por fertilidad, los pacientes sufren Varicocele.
“En la mayoría de los casos es asintomático y como no molesta, no consultan”, sostiene Carrere.
La edad no sólo es factor de riesgo, los médicos aclaran que los tóxicos son también causantes de esterilidad masculina. Si hay antecedentes personales de drogadicción, por ejemplo, con 35 años ya está expuesto a causas que pueden alterar el espermograma.