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Por: Revista Nacer y Crecer | 29/07/14

Secretos alimentarios para una buena lactancia.


La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños los nutrientes necesarios. La alimentación juega un rol fundamental en la calidad de la leche producida y su composición guarda correlación con la dieta de la madre.

Las necesidades calóricas durante la lactancia están relacionadas con la cantidad de leche producida, esto es, aquella mujer que amamanta de forma exclusiva necesitara mayor ingesta calórica que aquella que lo hace acompañada de complemento. Estos requerimientos se cubren, en parte, con las reservas de grasas almacenadas durante el embarazo, que normalmente se utilizan en los primeros meses de lactancia. El resto de las calorías necesarias son aportadas con la dieta, con un promedio de 500 kcal extras a la dieta habitual.

Es necesario sumar un plan alimentario que refleje el aumento de peso logrado durante el embarazo y el peso de ese momento. La alimentación requiere de supervisión médica para asegurarse de que la mujer no lleve adelante restricciones que puedan afectar la buena composición nutricional de la leche materna y afectar así el buen desarrollo del bebé.

Dieta durante la lactancia

• Leche, yogur y queso: ingerir por lo menos 4 porciones
• Carnes, aves, pescados, legumbre, huevos: ingerir 2 porciones
• Verduras: ingerir por lo menos de tres a cinco porciones
• Frutas: ingerir de dos porciones (incluir al menos 1 cítrico)
• Panes, galletitas, cereal, arroz y pastas: deberá ser evaluada la cantidad y ajustada a las reservas grasas presentes luego de la gestación, a la actividad física materna, el retorno al trabajo, etc.
• Grasas, aceites y dulces: es importante incluir aceites vegetales que nos aporten ácidos grasos insaturados de cadena larga. También podemos encontrarlos en frutos secos y pescados grasos.

Aquellas mujeres que desean bajar de peso en esta etapa pueden llevar adelante un plan con restricciones moderadas-siempre bajo la supervisión profesional que incorpore los nutrientes necesarios para lograr una calidad adecuada de leche materna.

Cantidad y calidad
En busca de perder el peso ganado durante los nueve meses de embarazo, la mujer suele seleccionar lo que ingiere. La incorporación de diferentes elementos a su dieta llevara a que el descenso sea menos brusco y que en el camino, no se pierdan micronutrientes importantes que su alimentación deberá aportar a la leche materna para el buen crecimiento del bebé.

La alimentación variada de la mamá derivara en una calidad de la leche que sea la apropiada para el bebé en desarrollo. El consumo de carnes magras y legumbres le otorgará las proteínas y aminoácidos esenciales requeridos. Los aceites vegetales y los pescados aportan ácidos grasos insaturados que son i importante para el desarrollo del sistema nervioso del bebé y, además, el consumo de estos ácidos grasos (omega 3 principalmente) se ha relacionado con el desarrollo cognitivo del niño.

Si las mamás tienen mucho hambre en la etapa de la lactancia sería importante recurrir a las colaciones frecuentes ya que son una buena forma de otorgar calorías a lo largo del día.

No perdamos de vista que el cansancio y el desorden de horarios típico de esta etapa, aumentan la importancia de las comidas frecuentes y en pequeña cantidad. Incluso es relevante la ingesta suficiente de líquidos, especialmente porque algunas mujeres pueden tener mucha sed durante el momento de amamantar.

En algunos casos es importante mantener una suplementación con vitaminas y minerales: vegetarianas estrictas (multivitamínicos y minerales, especialmente que contengan vitamina b12), mujeres que quedan anémicas después del embarazo (hierro), mujeres que suprimen los lácteos por alergia a la proteína de leche de vaca en el niño (se les da calcio).

Fuente: Revista Nacer y Crecer | 12.05.14