La influenza A/H1N1 es una mutación viral que se transmite por secreciones, y las embrazadas están dentro del grupo considerado «de riesgo», por lo que los expertos destacaron el especial cuidado que deben tener.
Tal como lo viene recomendando el Ministerio de Salud, Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico, destacó la importancia de «evitar el contacto con personas con cualquier tipo de infección respiratoria; evitar el contacto físico al saludar: no besos ni dar la mano; no compartir alimentos, vasos o cubiertos; mantener bien limpios los lugares y objetos de uso común: baño, cocina, manijas, barandas, juguetes, teléfonos, etc; ventilar y permitir la entrada de sol en todos los lugares cerrados».
Pasqualini consideró que otras buenas prácticas son «abrigarse bien y evitar los cambios bruscos de temperatura; ingerir alimentos ricos en vitaminas A y C; lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, o con gel en alcohol».
El especialista indicó que «los síntomas de influenza H1N1 se manifiestan con fiebre repentina y muy alta (más de 38Cº), tos frecuente e intensa, dolor de cabeza, muscular y de las articulaciones».
«También puede haber falta de apetito y malestar general. Ante un cuadro semejante lo más importante es no automedicarse y acudir al médico. Será el médico quién evalúe el cuadro clínico y tome los recaudos que fueran necesarios», añadió.
El médico admitió que una de las principales dudas de las mujeres embarazadas es sobre el uso de medicamentos específicos afectan al desarrollo de mi bebé o el curso del embarazo.
«Las autoridades nacionales y locales están recomendando el uso de oseltamivir o zanamivir para el tratamiento de la influenza H1N1. Según la FDA, que es el máximo ente regulador de medicamentos en Estados Unidos, ha categorizado esta droga con la letra «C» en relación al embarazo. Esto significa que no hay datos suficientes para hacer una evaluación concluyente sobre sus efectos en mujeres embarazadas o el embrión en desarrollo», añadió.
En ese sentido, agregó que «los ensayos realizados en animales (ratas y conejos) no revelaron consecuencias para sus crías para los casos de dosis no tóxicas».
«En otras palabras, puesto que los estudios reproductivos en animales no son predictivos de la respuesta humana y aún no existen estudios intensivos sobre efectos en mujeres embarazadas, el fosfato de oseltamivir debe ser utilizado en el embarazo sólo si sus beneficios justifican el potencial riesgo que podría existir para el bebé por nacer», dijo Pasqualini.
El especialista destacó que estar embarazada «no debería considerarse como contraindicación para el uso de oseltamivir o zanamivir».
«Estos medicamentos se venden estrictamente bajo receta en caso de comprobarse influenza H1N1 (y no una gripe común o estacional).
Ante la situación de riesgo-beneficio lo recomendable es administrar el medicamento aún estando embarazada. Al momento no hay reportado efectos adversos ni para las mujeres ni el bebé de aquellas pacientes que fueron tratadas con estas drogas», concluyó. (NA)