Los ovarios de una mujer son los encargados de producir determinadas hormonas pero también de formar el óvulo que, una vez al mes, madurará. Durante la primera parte del ciclo, el ovario es estimulado por distintas hormonas del cuerpo para desarrollar un folículo hasta su maduración y la generación de un ovocito. Cada óvulo está dentro de un folículo y esos folículos pequeños se ubican en la corteza y se ven ecográficamente como una corona en el ovario. Si bien la producción de espermatozoides en el hombre es permanente, en el caso de los óvulos, el ovario femenino y con él la fertilidad femenina declinan a partir de la primera menstruación. “El ovario tiene una cantidad fija de óvulos inmaduros que es máxima a los siete meses de vida intrauterina, al nacer, una mujer tiene entre 1 millón a 3 millones de óvulos en un estadio inicial de desarrollo, en la pubertad se calcula que quedan 300 a 400 mil, esto significa, hay de 7 mil a 8 mil disponibles por mes hasta llegar a la menopausia. En el sexto o séptimo día de desarrollo, por mecanismos no bien conocidos, del pool de microfolículos que han comenzado su desarrollo, uno domina y se abre para liberar el óvulo y los demás se detienen. Si ese folículo no se abre, puede producirse un quiste, o puede liberarlo y luego sellarse también enquistándose. Estos son los quistes más frecuentes en una mujer en edad reproductiva, se denominan quistes foliculares. Pero no son los únicos”, explica el Dr. Sergio Pasqualini, Director Científico de Halitus Instituto Médico.
Nota completa: Quistes ováricos ponen en riesgo la fertilidad e incluso la vida