Desde hace un tiempo, necesitás revolucionar tu vida erótica: querés hacerlo en el jardín de tu casa, intentar alguna posición del Kamasutra y hasta disfrazarte de enfermerita para infartarlo. Pero no sabés cómo planteárselo y esperás que, en algún momento y vaya uno a saber cómo, él se dé cuenta. ¡Error! Es un chico, no el oráculo de Matrix. Así nunca va a enterarse. «La sexualidad mejora si abrimos las conversaciones sobre sexo», asegura la sexóloga Celia Lardado, de www.sexologacelia.com, y nuestra consejera en el blog de sexo de Cosmo (www.cosmo.com. ar). Además,»es muy válido comentar con tu pareja cuándo no te sentís completamente satisfecha o esperás otras cosas», afirma la sexóloga y ginecóloga Beatriz Literat, de Halitus Instituto Médico. Entonces, ¿querés saber cómo encarar el tema? Acá va la info para que innovar no sea tu misión imposible.
Cambiando el ángulo
Tenés muchas ganas de experimentar nuevas posiciones, como la cabalgata, la tijera o la cucharita hot. Y como leíste en Cosmo todo lo que necesitabas saber sobre ellas, estás decidida a pilotear a tu pareja. Pero tené en cuenta que no a todos los hombres les gusta ser guiados: a algunos, eso les desinfla el ego. Por eso, Lardado sostiene que es muy efectivo comprar un libro de sexualidad y leerlo juntos.»Después, jueguen un ping-pong de preguntas y respuestas. De una forma lúdica, también pueden decir por turnos lo que les
gustaría que el otro haga y lo que no. De esta forma vas a conocer lo que él tiene para aportar», sugiere la especialista. Y cuando tus ratoncitos empiecen a juguetear con los de tu chico, él va a querer ser el mejor maestro y practicar con vos lo que leyeron.
«Te traje un amiguito»
«Como recién empezaba a salir con mi novio, no me animaba a confesarle que quería probar movidas nuevas en la cama. Una noche, intercambiando mensajes de texto, llegué a insinuarle el uso de sex toys. Resultó muy bueno porque pude testearlo que podríamos hacer sin problemas, a qué se resistía y por qué», cuenta Eugenia», una vendedora de 29 años. Según Laniado, «hay hombres que tienen los juguetitos en la lista de lo prohibido porque los ven como un reemplazo de su pene». Muchas veces, no importa cuál sea la propuesta que hacés, recibís una respuesta irónica o agresiva. «Esto sucede porque él siente un cuestionamiento a su desempeño masculino y a su virilidad, aunque de hecho no lo sea», explica Literat. ¿Entonces? «No hay que invadirlo. Pero sí podés decirle que para hoy a la noche tenés una sorpresa. Tomen juntos un baño de inmersión, por ejemplo, y usen una esponja masajeadora o un patito estimulador. Eso sí: al principio, abstenete de sacar a relucir vibradores falícos (especialmente los de tamaño XL). Eso puede llegar a incomodarlo», aconseja Laniado.
Zona de riesgo
Habitualmente es el hombre quien pide el free pass a tu puerta trasera, pero también podemos ser nosotras las que deseemos tener sexo anal. Aunque te resulte increíble, no siempre ellos se muestran entusiasmados ante esta variante. «Como el ano es un área de salida y no de entrada, probablemente les parezca una opción poco higiénica», explica Laniado. «Si él no quiere, no hay que presionarlo, aunque después de un tiempo, si seguís con la idea de hacerlo, podés negociar», indica la sexóloga de Cosmo. ¿Un truco? Hagan un trueque: los dos reciben algo nuevo de parte del otro (no necesariamente lo mismo). Algo así como una cadena de favores, pero hot.
El gran descenso
«Estábamos en la previa y él empezó a besarme la panza. Como nunca me había dado sexo oral, aproveché la situación para pedirle que siguiera bajando. Me confesó que no había avanzado antes porque pensaba que yo me resistiría», cuenta Sol, una secretaria de 28 años. Pero algunos hombres no acceden a este pedido con tanta facilidad. «Puede ocurrir que el olor natural no les guste, sumado a que algunas mujeres tienen una lubricación fuerte por su alimentación», explica Laniado. ¿Qué podés hacer? «Hay que ir despacio: proponer una ducha juntos e invitarlo a que te acaricie. Estando recién bañada, estimulalo para hacer el 69 (la práctica de sexo oral mutuo)», aconseja la especialista.
De la imaginación a la realidad
Todas tenemos fantasías, pera convengamos que no es lo mismo plantearle que te gustaría concretar un ménage á trois con su mejor amigo, que vestirte de Gatúbela. «Algunas fantasías hay que dejarlas solo en este plano. Antes de hacer cualquier propuesta, conviene que le preguntes: ´¿Alguna vez harías…?´. Indagar de esta manera sirve para tener claros los límites del otro y para saber hasta dónde llegaría en la práctica», sostiene Laniado. De esta manera, no te exponés a quedar como una zarpada al explicarle detalladamente lo que te fascinaría hacer y, de paso, vas a darle luz verde para que él te cuente sus fantasías. Además, esta charla es tan hot que funciona como una previa.
Otros ámbitos
«Hacía mucho que quería tener sexo con mi novio en un lugar público, pero como él es bastante consenador, yo creía que esa idea lo espantaría. Una tarde lo invité al cine. Elegí una película que hacía mucho tiempo que habían estrenado. Cuando se apagaron las luces, puse su mano en mi pierna y le dije que no llevaba puesta ropa interior. Él flasheó. Entonces, aprovechamos que éramos casi los únicos que estábamos en la sala», cuenta Mariela, una licenciada en Comercio Exterior de 32 años. Si hay algo verdaderamente hot es experimentar en ámbitos en los que podríamos ser descubiertas: nuestros niveles de adrenalina se disparan y el cuerpo se vuelve más sensible a cualquier estímulo. Los lugares preferidos por la mayoría de las parejas son el auto, la terraza o un parque oscuro. «El sexo en un mismo lugar se vuelve rutinario; por eso, hay que innovar. Como primera medida, elegí otros espacios de la casa que no sean la habitación», aconseja Laniado. Buscá nuevos horizontes dentro de tu departamento (la cocina es muy hot) y, una vez que ganen confianza, no va a pasar mucho tiempo hasta que él te proponga una aventura puertas afuera.
Él se resiste. ¿Y ahora?
«Muchas veces, si las iniciativas no parten del propio varón, él podría rechazarlas. En ese caso, es probable que te sientas frustrada, avergonzada o dolida por el rechazo. Aunque actualmente los hombres están mucho más abiertos a que las mujeres tomen la iniciativa, algunos varones tienen sus propios ´guiones internos´ y se sienten desconcertados e intimidados si una mujer pretende modificárselos», afirma Uterat. Si él no se muestra entusiasmado, esto tal vez se deba a que tu propuesta no le resulte estimulante. «Quizá no esté del todo predispuesto, pero si se lo pedís de una manera seductora, es probable que acceda», sostiene Laniado. Puede ser que cuando se lo plantees, él se tome un tiempito para pensarlo y luego te conteste afirmativamente. Así es que antes de invitarlo a los nuevos juegos, conviene que estés bien segura de que realmente los deseás. No sea cosa que cuando él finalmente acepte, vos dudes de subirte al tren que pusiste en marcha.
o Para preservarla privacidadde los testimoniantes se cambiaron algunos nombres.
Asi, no
Ciertos modos de expresarnos generan presión, predisponen mal a nuestra pareja y son la vía directa al fracaso. Estas son las frases que sí o si te conviene evitar:
1. «No aceptás porque sos muy cerrado y estructurado»
Olvidate de psicopatearlo, no vas a conseguir nada bueno por esa vía.
2. » Es la décima vez que te digo que quiero hacerlo en la pileta»
Si tenés que insistir tanto, está claro que él no tiene ganas.
3. » Tenés cero motivación para disfrazarte de Superman. No le estás poniendo nada de onda ni creatividad».
Una mujer quejosa es insoportable. Además, te vas a ubicar al borde de una pelea
4. «El lunes quiero probar la postura de la enredadera, el martes lo hacemos en el balcón, y el miércoles…»
Pará la moto: dejá de exigir tanto.
5. «Tu negativa hace tambalear la relación»
Las extorciones tampoco funcionan. Y no querés que él actúe bajo amenaza, sino por placer.