Problemas en la alcoba - Halitus Instituto Médico - Líder en tratamientos de Fertilización asistida

Mundo Halitus

Inicio - Mundo Halitus - En Los Medios

Por: Revista Luna | 01/12/01

Problemas en la alcoba


Las disfunciones sexuales del varón pueden aparecer a cualquier edad

y ser transitorias o instalarse, con lo cual repercuten en la pareja.

Todas tienen solución. El peligro es no consultar a tiempo y

transformarlas en hábito.

prensa071_1s.jpg (150x200 -- 21411 bytes)

Si hay que creerles a las encuestas, en el terreno de la sexualidad la mayoría de ellas concluye que el 50 por ciento de los hombres y mujeres tienen algún tipo de disfunción sexual.
La impotencia y la anorgasmia son los más conocidos, pero no los únicos problemas que afectan a una pareja en la cama. En realidad, existen muchas otras disfunciones, que por ser más leves, generalmente pasan inadvertidas. O, lo que es peor, terminan incorporándose a la vida cotidiana.

Pero aunque a la mayoría de las personas les cuesta hablar de sexualidad, en los servicios de sexología de los hospitales e instituciones privadas se advierte un mayor número de consultas. (…)

‘La sexualidad es como un diálogo (visual, verbal y corporal) en una pareja. Si uno de los dos no responde, se corta’, define la doctora María Victoria Bertolino, del departamento de Disfunciones Sexuales del Instituto Médico Halitus.
El problema para diagnosticar las disfunciones sexuales es que son totalmente subjetivas. ‘Tiene que haber una insatisfacción o distrés, y eso depende de cada persona. Hay quienes están muy conformes con una relación sexual por semana y otras que tienen 3 veces por semana y están insatisfechas’, dice Bertolino.

Primero el deseo

En el hombre, el principal motivo de consulta sexológico es la dificultad en el logro o el mantenimiento de la erección, en sus distintos grados: desde una falta de rigidez, hasta la imposibilidad total.
‘Pero antes de la erección está el deseo’, señala el urólogo y andrólogo Claudio Terradas, del Instituto Halitus. Ocurre que éste es otro factor muy difícil de medir.
‘Hay matrimonios de muchos años, en los que existe el hábito de mantener relaciones sexuales en determinados días, lugares y horarios sin que exista deseo -describe Terradas-. También se pueden tener relaciones sexuales y complementarlas mecánicamente, sin que haya satisfacción sexual’. (…)

prensa071_2s.jpg (150x200 -- 22164 bytes)

Todo tiene solución

Aunque se las relaciona con la gente mayor, las disfunciones sexuales pueden presentarse a cualquier edad. Situaciones como la maternidad, la lactancia en la mujer, la enfermedad de un familiar cercano, las preocupaciones económicas y laborales en cualquiera de los dos, provocan estrés y alteraciones hormonales que restan la energía y disposición necesarias para involucrarse en la relación sexual.
‘Pero si pensamos que las disfunciones sexuales leves sólo obedecen a problemas emocionales o vinculares, nos quedamos cortos’, dice el andrólogo Terradas. (…)
Otra de las causas de las disfunciones del varón es la sexualidad acotada al coito vaginal. ‘Cuando la pareja tiene un escaso juego amoroso, al encontrarse con dificultades en la erección están perdidos, porque no conocen otras vías de estimulación’.
Cualquiera sea la dificultad del varón, la reacción de su pareja es muy importante. ‘La peor postura es la de la agresión -sentencia Terradas-, porque no lleva a ninguna parte’. Es importante saber que el 99 por ciento de las disfunciones sexuales se curan, o se pueden mejorar.
Si la causa es orgánica, existen comprimidos (desde el famoso Viagra y otros de una generación posterior), inyecciones y prótesis inflables. Cuando hay falta de deseo también se puede tomar medicación o hacer una terapia conductual de pareja.
En muchos casos, la terapia ayuda a limar el vínculo. Pero si está muy desgastado, lo mejor es el divorcio. ‘Lo importante es consultar a tiempo, porque existe el riesgo de habituarse a las conductas sexuales erróneas’, dice Terradas. ‘Es más fácil recuperar una buena sexualidad, que aprenderla cuando nunca se la tuvo’.

María Gabriela Ensinck