y sexóloga clínica del Instituto médico Halitus, explicó que «se necesita un buen conocimiento de la propia anatomía, por eso a muchas les resultaba difícil colocárselo. Tampoco tuvo aceptación porque decían que era duro, que hacía ruido y a veces lastimaba».
Un dato curioso
«El método tiene más aceptación entre mujeres de menor nivel educativo quienes, a veces, no pueden negociar la abstinencia de la relación sexual cuando no lo desean o ante una enfermedad, pero como es más caro que el masculino, empezaron a consultar sobre su reutilización. Y a esto hay que estar alerta: lavarlo y volverlo a usar no es en absoluto recomendable», señaló Literat. «Su tasa de eficacia para evitar embarazos no deseados es mayor que las pastillas y que el preservativo masculino y, como cubre la zona genital, previene el contagio de enfermedades de transmisión sexual», puntializa Rolla.
Fuente: hablemosdesalud.mx