Unos kilitos de más pueden hacer la diferencia. Parecen pocos pero hacen mucho. La Lic. Lucía Molina explica: “La leptina es una hormona producida en su mayoría por los adipositos-células que forman el tejido graso-. Tiene receptores en varios órganos y glándulas: el hipotálamo, la glándula pituitaria, el ovario, el endometrio. No es sólo un derivado del tejido adiposo que indica al cerebro la cantidad de reservas de energía, también juega un papel crucial en la regulación de diversos procesos fisiológicos como inflamación, angiogénesis, hematopoyesis, función inmunológica y la reproducción. Incluso recientemente, algunos estudios postulan que la leptina tendría relación con la implantación y el desarrollo embrionario temprano. La acumulación de grasa se acelera durante pubertad en las niñas y desempeña un papel fundamental para llegar a la primera menstruación. Frisch y McArthur fueron los primeros en proponer que la grasa corporal no sólo era necesario para la inicio de los ciclos menstruales, sino también para su mantenimiento. A medida que aumenta la grasa corporal, aumentan los niveles de leptina y sería esta hormona la responsable de desencadenar los ciclos menstruales”.
Nota completa: Peso, alimentación y reproducción