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Por: Revista Mujer Única | 16/05/02

Papás de probeta


Cada vez más mujeres solas acuden a bancos de semen para tener un hijo

El reloj biológico les marca la hora: rondan los 40 años, no tienen pareja y deciden tener un hijo solas. Prefieren acudir a un banco de semen antes que tener un bebé en una relación ocasional. El acuerdo es que nunca conocerán al donante.

Tuvieron pareja estable en los últimos años, pero actualmente se encuentran solas. Son profesionales, al borde de los 40, con una situación económica estable y una asignatura pendiente: ser madres. Corridas por su reloj biológico, antes que engañar a una pareja ocasional y quedar embarazadas sin decírselo o arriesgarse a contraer alguna enfermedad de transmisión sexual, prefieren recurrir a un banco de semen para concretar el anhelado deseo de tener un hijo. Ya no son casos aislados. El paulatino aumento de mujeres solteras que quieren procrear sin sexo es una realidad en distintas clínicas de fertilización asistida de la ciudad de Buenos Aires. Pagan entre 300 y 500 pesos y pueden elegir los rasgos físicos del donante anónimo que les aportará la semillita. Aunque aquí no hay legislación, el acuerdo es que nunca, ni ellas ni sus hijos podrán conocer al padre. (…)
«Efectivamente, hay casos de mujeres que no tienen pareja, que se acercan al instituto para consultar sobre la posibilidad de realizar un tratamiento para tener un hijo», confirmó Azar, del Departamento de Psicología de Halitus, donde nunca les pusieron reparos.

Nuevas familias
Después de firmar los papeles del divorcio, un año atrás, Laura meditó la alternativa durante un mes. En estos días, a los 41 años, está por realizar un tratamiento de fertilización in vitro con semen de un banco en Halitus. «Mi deseo de tener un hijo es tan intenso…», contó a este diario, como preámbulo para explicar su decisión (ver aparte). Más adelante, esta médica endocrinóloga que vive en un barrio porteño dirá que no le pesa criar un hijo sola. «Creo que hay tantas variedades de familias como cambios sociales se dan actualmente. No hay libretos ni guiones de vida como pasaba antes. Así como no hay un modelo único de pareja, tampoco haya un modelo único de familia.»
Aunque con ciertos matices, el perfil de las mujeres que optan por esta vía para ser madres coincide con el de Laura. Muchas postergaron la decisión de tener un hijo por priorizar su carrera laboral y profesional. Todas pasaron la barrera de los 37 años -cuando la capacidad reproductiva de la mujer comienza a decaer- y se encuentran solas. Las corre el reloj biológico y ésta es la razón principal para optar por un banco de semen. No son lo que el imaginario social reconoce como «solteronas».
Un estudio inédito sobre 50 pacientes realizado por una psiquiatra y una psicóloga argentinas y presentado en el Congreso de la Sociedad Americana de Fertilidad de 2001 encontró que apenas el 6 por ciento de ellas no tenía pareja estable en los cinco años anteriores a tomar la decisión de recurrir a esperma de un donante.

Por Mariana Carbajal

OPINION DE UNA PSICOLOGA QUE ESTUDIO A LOS HIJOS DE ESTAS MUJERES

«No corren más riesgos que otros chicos»

«Muchos niños están creciendo en estas familias sin que haya ninguna prueba concluyente de que su desarrollo emocional o su potencial intelectual corran más riesgos que los de los hijos de hogares con dos progenitores», consideró la psicóloga Claudia Azar, del Instituto Médico Halitus. (…)
«El gran riesgo es etiquetar a las familias de progenitor único como ´sin padre´ o ´solas´, porque sabemos que son etiquetas despectivas y destructivas. Estas son nuevas formas de organización familiar con las que nos estamos encontrando actualmente», opinó Azar. (…) Más allá de la imposibilidad de conocer a su padre biológico, en los centros de fertilización asistida que están haciendo tratamientos a mujeres solas son partidarios, y así lo aconsejan, de que los chicos conozcan la verdad sobre su origen. Pero lo cierto es que a las madres les cuesta contarles que recurrieron a un banco de semen.
Aunque la tendencia mundial es que los donantes sean anónimos, en algunos bancos de Estados Unidos les dan la opción de elegir si aceptarían en el futuro que el hijo nacido de su esperma los conociera. (…)