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Por: Noticias | 24/08/05

Padres gay (4 de 4)


El Congreso está a punto de debatir el proyecto de ley de adopción. La polémica que viene. Historia del candidato a legislador criado por un padre gay.

EL CASO MODELO. Horacio X tiene 31 años, estudia derecho, trabaja en un estudio jurídico y es candidato a legislador porteño por un partido pequeño. Desde los diez años lo crió su papá adoptivo, un profesor gay de la universidad, un exiliado político que prácticamente le salvó la vida. Horacio nunca conoció a su verdadero padre. Su mamá, lo golpeaba. Una vez, lo aplastó contra una pared y le abrió la cabeza. Horacio escapaba de la casa cada dos por tres. En la escuela le iba fatal. Su madre, empleada administrativa, le rogó a su nuevo papá que se hiciera cargo de él. “Mi viejo tuvo la voluntad de ser padre. El me eligió y me crió desde los diez años. Y su inclinación sexual fue tomada muy naturalmente. La primera vez que trajo a un novio a vivir con nosotros, me dijo: “Mirá, él es más que un amigo”. Lo dijo como si fuera mi mamá la que presentaba un novio. Durante tres años, fuimos tres hombres viviendo bajo un mismo techo. Siempre fueron muy respetuosos. Entre los dos me ayudaban a rendir las materias y nunca repetí un año. Nunca mi viejo se planteó ser mi madre, fue mi padre y listo. Nunca se planteó crear un sustituto de la familia tradicional.»
NOTICIAS: ¿Qué hacías cuando te preguntaban tus amigos por la sexualidad de tu papá?
Horacio: Yo le decía que le preguntaran a él. También los amigos de mi viejo le preguntaban por mi y él les decía: “Mirá, está acompañado siempre de mujeres, así que le deben gustar las chicas”,
Pero en cuanto a mis amigos, no sé si alguno se habrá dado cuenta. Es más, lo tomaban como un tipo muy inteligente que también los ayudaba a ellos con las materias. Ellos, por lo general, tenían a sus padres divorciados y me decían: “Papá está saliendo con una boluda”. La familia de mi viejo era muy avanzada. Judíos muy liberales. Papá gay, y mi abuela había abortado en la década del 50.
NOTICIAS: ¿Cómo trataba él los límites en tu educación?
Horacio: Muy flexible pero siempre con mucho respeto. Yo fumo desde los 12 años y nunca me dijo que no. A los 20 años, cuando probé drogas me llevó a conocer Cadi, en España, para que viera con mis propios ojos en qué terminaban los adictos. Me dijo: “Si lo hacés, sé consciente de lo que te puede pasar”. El trabajó en Bélgica en una institución para rehabilitar heroinómanos. Sabía de qué hablaba.
Hoy en día, Horacio sale con cuatro mujeres a la vez. Un año atrás, se estaba por casar. Ya no. Dice que, más allá de que tenga sus propios hijos, quiere adoptar. «Man, en el Oeste del conurbano, de donde vengo yo, el 70 por ciento de mis amigos del barrio están bajo tierra. Hay un 15 por ciento preso y el resto cobra planes trabajar. Cuando voy allá, me llaman doctor».
¿Cuál es la mejor familia para un niño? Nadie lo puede decir. Rodney Dangerfield y Richard Pryor, dos de los comediantes más audaces de la historia, fueron criados por sus abuelas. Sus madres dispararon con otro. Sus padres, con otra. Pryor pasaba sus tardes en el cabaret que administraba la familia. La mamá de Dangerfield nunca le preparó la leche, ni lo vistió, ni le cambió los pañales. Los dos fueron abusados sexualmente en su infancia. Y se inspiraron en sus dramas familiares para hacer humor.
Por eso, nadie puede establecer la fórmula perfecta de familia. Aún cuando los padres se borren del mapa, aún cuando los hijos queden a la deriva y todo lo demás se derrumbe, siempre queda un último consuelo: que el chico, milagrosamente, se haga comediante.

La alternativa homosexual
Si bien la Unión Civil de personas homosexuales ha sido consagrada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, lo cual constituye un indicador del proceso evolutivo de las mentalidades encargadas de legislar, seria ingenuo desconocer la discriminación que aún sobrellevan los homosexuales. Sin duda, debemos descontar las molestias que esos sectores desencadenarán alrededor o sobre esos niños. Ése, sin embargo, no es un argumento válido para oponerse a esta adopción, sino para esclarecer a la comunidad acerca de la libertad de expresión respecto de sus convicciones, y la diferencia entre dicha libertad y las prácticas discriminatorias. De modo que las organizaciones familiares formadas por gays y lesbianas tendrían que contar con sólidas argumentaciones para incluir en la educación de sus hijos, advirtiéndoles acerca de las hostilidades que podrían suscitar.
Este planteo se diferencia netamente de la línea política que propone llevar adelante una revolución ético/sexual utilizando a los niños para avanzar en la conquista de determinados derechos. La diferencia reside en el cuidadoso estudio técnico -realizado por profesionales entrenados en adopción- al que deben adecuarse familias gays y lesbianas que se proponen adoptar, estudio que comparten con las familias heterosexuales y monoparentales.
Una pareja gay o lésbica socialmente vinculados mediante su Unión Civil, introduce una alternativa en la adopción: el reconocimiento de los derechos del niño a tener una familia…
La crianza y educación realizada por gays y lesbianas constituye una forma de organización familiar que deberá responder al interés superior del niño en tanto y cuanto las características de la orientación sexual no impliquen exclusiones.

Eva Giberti
Picologa y psicoanalista. Asistente social. Extraído del libro «Adopción. La caída del prejuicio».