Padres gay (1 de 4)

Esta es una nota sobre nuevas familias. Parejas de mujeres que eligen inseminarse para tener sus propios hijos. Parejas de hombres que adoptan como padres solteros. En verdad, esta es una nota sobre nuevas familias que no tiene nada de nuevo. Las nuevas familias existen hace tiempo. Lo novedoso es que recién ahora, a la luz del debate sobre la ley de unión civil de familias homosexuales, la gente reparó en ello. Horacio Raíces Montero, psicólogo, compiló 16 artículos sobre el tema en un libro a pedido de la Comunidad Homosexual Argentina, y sintetiza el asunto en pocas palabras:

«¡Nuevas familias las pelotas!». Este hombre leyó mucho. Lo ve a diario en su consultorio. Es natural que lo tome con tanta contundencia. «Hace 20 años que trato chicos con padres de un mismo sexo.

Imaginate: para ellos, es el mundo en el cual crecieron. No entienden cómo su amiguito puede tener una mamá y un papá.» Junto a siete psicólogos, Raíces desmenuzó 150 investigaciones en todo el mundo sobre el tema de adopciones de padres de un mismo sexo. Encontraron sólo 37 medianamente serias, de las cuales sólo ocho tenían estadísticas efectivas y extendidas en el tiempo. Entre las ocho, había siete a favor de la adopción y una en contra, elaborada por el Colegio de Psicólogos de Valencia.

Al leerla, descubrieron que aquello no era un relevamiento estadístico, sino una declaración de deseos de la comisión directiva -al parecer, ellos deseaban que los gays tuvieran acceso, como máximo, a dos bebés de juguete-.

Durante dos años, Raíces y su equipo siguieron los registros de 20.000 familias de padres homosexuales a nivel internacional para ver qué había ocurrido con aquellos chicos. Llegaron a una conclusión unánime: una familia no es la suma exacta de un par de testículos y un par de ovarios interactuando entre sí, una familia es una red de afectos que lo abarca todo. «La constitución psíquica de los níños, va a estar mas influida por los vínculos entre la familia que por la composición de la familia. Lo importante es que se cumpla la función de límites y amor. Muchas parejas de hombres y mujeres no cumplen con esto. Por otra parte -argumenta-, los hijos criados por padres homosexuales acostumbran a ser más tolerantes que el resto.»

Desde la política, Jorge Enriquez, que espera renovar su cargo como diputado de la Ciudad de Buenos Aires por la Unión Republicana, es la voz más crítica de la adopción en familias homosexuales. Enríquez no ha leído una sola de esas investigaciones. Ni siquiera la declaración de deseos del Colegio de Psicólogos de Valencia. Para él, la naturaleza es sabia. Basta con eso. «Más allá de toda consideración moral, estas son pruebas de laboratorio y estamos experimentando con seres inocentes. No se puede privilegiar el narcisismo de una pareja sobre los derechos de los chicos.

Freud determinó la necesidad de que los hijos se críen en un ambiente masculino y femenino. Aquí no se fijan en el daño de una realidad innegable y que va a cargar sobre el chico una diferencia antinatural. Estos matrimonios están en contra la normativa internacional sobre derechos humanos que no prevé uniones del mismo sexo».