–¿Se tapa un vacío legal en su campo?
-Sí. Y es que al no haber ley, hay cosas que se complican. Los embriones criopreservados deben tener un marco en el que se tomen las decisiones sobre su destino final. De todos modos, si uno tiene un embrión congelado, ¿cuánto tiempo debe mantenerlo? La reforma no lo dice en cuánto tiempo hay que tomar una decisión y se requerirá una ley ad hoc. Pero deja allanado el camino para ver opciones. La gente que trabajó se basó en lo que sucede en otros países. Yo creo que es un buen momento, se trata de un buen proyecto.
–¿Qué es lo central de los cambios?
–En cuanto a la fertilización asistida, el anteproyecto contempla la filiación que surge de esas técnicas de reproducción humana. Acepta la reproducción con material genético que pertenece a terceras personas y la filiación no se determina por el dato genético, sino por lo que se llama “voluntad procreacional”. Una vez hecho el tratamiento no se puede impugnar la paternidad tras el tratamiento. La reforma está bien para avanzar con el proyecto de ley de fertilización. Además, están las distintos tipos de parejas. Así se puede avanzar.
–¿Fue consultado?
–En lo personal, me enteré al final; cuando me contaron estaba todo hecho. Sin dudas, la gente que trabajó se informó muy bien, no lo hicieron simples abogados. Sin estar en el tema era imposible que saliera tan bien como salió. Se manejó con mucho profesionalismo.
Fuente: Perfil