«La madre de la ternera, Campazu Revieri 144, es una vaca de una conformación muy adecuada a las características que se buscan en el país. Además, no tiene nada de consanguinidad, un factor que hoy en día hay que considerar mucho. Fue cruzada con Eland, uno de los toros más altos de la raza, por lo que pudimos lograr esta ternera que sin duda ayuda a tener un nivel genético alto en nuestros animales», explica Alejandro Giudice, médico veterinario de la cabaña Campazu.
«Estábamos sorprendidos cuando nacían las terneras por transferencia embrionaria, pero es más impresionante que hoy nazca un animal cuya madre no está más en el campo. Fue una satisfacción muy grande para nosotros y para todo el equipo.
Campazu Revieri 144 era una de nuestras mejores vacas. De ternera ganó en todas las exposiciones regionales, fue a Palermo con un parto y se consagró Campeona Dos Afios Junior; después volvió y ganó nuevamente. Hoy ya no está con nosotros, pero volvió a revivir de la mano de su hija», comenta Leo García, cabañero de Campazu.
Gracias a este novedoso método, las vacas que ya están terminando su vida y que no responden a la transferencia clásica de embriones no serán necesariamente descartadas. Es un servicio que ya existe en el resto del mundo, y ahora, al desarrollarse en la Argentina, nos dará la posibilidad de que trasciendan ejemplares de alto valor genético.
OPERACION RESCATE
Los óvulos utilizados para la fertilización fueron obtenidos de los ovarios de Campazu Revieri 144. Dado su alto valor genético, se intentó aprovechar la última oportunidad para reproducirla in vitro. Los ovarios de la vaca moribunda fueron extraídos y llevados al laboratorio, donde se lograron obtener ocho óvulos que se cultivaron en una incubadora durante 24 horas, hasta lograr su maduración. Estos óvulos fueron fertilizados in vitro con espermatozoides del Eland. Los tres embriones así obtenidos, luego de 7 días de desarrollo in vitro, se transfirieron al útero de vacas comunes preparadas para recibirlos. Una de éstas quedó preñada y logró parir una ternera de 48 kilogramos de peso y óptimo estado de salud. Todo este procedimiento se llevó a cabo gracias al trabajo de investigadores del laboratorio de Halitus Veterinaria, junto con un grupo de veterinarios con amplia experiencia en reprodución en bovinos: Mario Nigro, Eduardo Burry, Federico Aste y José Beloqui. El Instituto Médico Halitus es una entidad afiliada a la Facultad de Medicina de la UBA, fundada y dirigida por el Dr. Sergio Pasqualini, y que se dedica desde hace más de doce años, entre otras especialidades, al tratamiento de la pareja infértil. En 1998 el instituto decidió crear la sección veterinaria, con el doble objetivo de realizar investigación básica y aplicada en el ámbito ganadero. Con este paso se cumplió un viejo anhelo de Pasqualini: añadir la parte de investigación en modelos animales y que tuviera una posibilidad de actividad comercial en algunos aspectos, para de esa manera solventar los gastos que demande la investigación.
«Venimos trabajando con Mario Nigro -médico veterinario especialista en transferencia embrionaria- desde hace muchos años. La madre de la ternera tuvo una compresión medular y no se pudo parar más. Cuando estaba por morir se nos ocurrió intentar este método. Creemos que puede ser el puntapié inicial para otras vacas que están todavía en buenas condiciones, pero que no son aptas para parir. Nos amplía la visión de una manera importante», señala Giudice.
Al respecto, Giudice amplía: «En otros países a las vacas más importantes se les hace fertilización in vitro en forma continua. Desde los tres meses ya les empiezan a sacar óvulos. Hay muchas posibilidades de ir incrementando esta forma de trabajar. Incluso estando preñada, a la vaca se le pueden sacar óvulos para hacer fertilización in vitro.