El animal padecía una enfermedad incurable y su muerte era inminente. Debido a su alto valor genético por su pedigree, se intentó aprovechar la última oportunidad para reproducirla in vitro. Según informaron los responsables del área -el doctor Sergio Pasqualini, director del instituto; la licenciada en biología Carolina Herrera, coordinadora de Veterinaria, y el doctor Daniel De Matos, director científico del sector- el procedimiento consistió en extirpar los ovarios de la vaca antes de su muerte y llevarlos al laboratorio. Luego se extrajeron 8 óvulos inmaduros que se cultivaron en una incubadora durante 24 horas y fueron fertilizados con espermatozoides de un toro de pedigree. Los 3 embriones obtenidos, luego de 7 días de desarrollo in vitro, se transfirieron al útero de vacas comunes. Una de estas quedó preñada y logró parir una ternera de 48 kg y óptimo estado de salud. La iniciativa se suma a una lista de investigaciones en curso, en convenio con el Zoo de Buenos Aires.