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Por: Cómo estar bien | 01/11/08

Mitos sexuales


Convivimos con ellos y los escuchamos a diario. Se transmiten de padres a hijos y perduran a pesar de que no son ciertos. Entrevistamos a los especialistas para saber cuáles son los mitos sexuales más comunes, por qué los creen tanto adolescentes como adultos y qué rol cumplen en la sociedad actual.

Muchas veces creemos y comunicarnos información equivocada con respecto al sexo, y en pocas oportunidades comprobamos si realmente estamos en lo cierto; Así generamos mitos sexuales. ¿Qué son? «Son creencias sin demostración científica, generalmente erróneas respecto de temas de la sexualidad humana. Forman parte de la cultura popular como una especie de folklore de difusión masiva y mucha gente los tiene incorporados como verdaderos en su intelecto. La mayoría de la gente ni siquiera busca averiguar si son verdaderos o no porque se han transmitido durante generaciones» , indica la doctora Beatriz Literat, ginecóloga y sexóloga clínica a cargo del Departamento de Sexología de Halitus Instituto Médico.
De igual forma, la licenciada Andrea Gómez, psicóloga especialista en sexua1idad y adolescencia y miembro del Comité de Desarrollo del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam), señala que algunos mitos sobre sexualidad -especialmente los relacionados con el cuidado anticonceptivo- pueden generar graves consecuencias. Así es que ambas aclaran cuáles son los mitos sexuales más comunes:
• La creencia de que en la primera relación  sexual no se podría quedar embarazada.
Esto no es cierto ya que desde el momento en que la mujer ovula y tiene su menarca (la primera menstruación) puede quedar embarazada en cada encuentro sexual.
• El mito del terrible dolor en la primera relación sexual y del sangrado en la misma.
• El mito del orgasmo simultáneo.
• El mito de que un varón debe saber controlar el tiempo de su eyaculación siempre.
• El mito que sostiene que la mujer sólo podría quedar embarazada si durante la relación sexual tiene orgasmo. La mujer puede quedar embarazada en toda relación sexual sin protección.
• El mito de que las relaciones sexuales en el embarazo son malas para el bebé.
• El mito que sostiene que el coito interruptus,es decir la eyaculación fuera de la vagina, es una práctica sexual segura.
Esto no es cierto, ya que desde el momento en el que el hombre tiene erección, el pene libera un líquido que contiene miles de espermatozoides.
• El mito que sostiene que el hombre tiene más necesidad que la mujer para tener relaciones sexuales. Esto está absolutamente determinado por la cultura y no por la biología.
• El mito de que la mujer sólo tiene orgasmos por vía vaginal y con penetración.
La realidad demuestra que la mayoría de las mujeres alcanzan con mayor facilidad el orgasmo por estimulación directa del clítoris. Este mito aleja la posibilidad de la mujer de desarrollar su capacidad orgásmica a través de la estimulación de otras zonas erógenas (cuello, pezones, etc.).
• El mito de que los jóvenes no tienen trastornos sexuales porque eso es cosa de los mayores.
• La creencia de que el pene debe ser grande para satisfacer a la mujer. No es cierto, ya que la zona más sensible de la vagina es el primer tercio de la misma en la que se halla una zona más rugosa que responde a la estimulación (punto G).
• El mito de que un hombre siempre tiene que responder sexualmente.
¿Los mitos se ejercen desde un rol de poder que se perdería al derribar estas falsas creencias? Con respecto a esto, la licenciada Gómez manifiesta que algunos mitos suelen sostenerse en una comunidad desde el deber ser, con la intención de controlar la actividad sexual que se ve como riesgosa, en lugar de favorecer y respetar el libre albedrío, el derecho a la salud sexual y reproductiva, así como el cuidado correcto de la salud de sus miembros. ´´Algunos mitos sobre el deber ser de los varones y de las mujeres en cuanto a sus roles sociales y su vida sexual atentan profundamente el desarrollo de una sexualidad sana, compartida y satisfactoria para ambos», asegura.


Sobre sexualidad también se aprende
Según la licenciada Gómez, los mitos son transmitidos generalmente por los adultos y llegan a los jóvenes y adolescentes como verdades irrefutables. Por otro lado, comenta que según estudios del Celsam, sólo un tercio de los padres habla fluidamente con sus hijos sobre sexualidad y anticoncepción, aprovechando los emergentes que surgen para hablar sobre estos temas y facilitan y aprueban las preguntas de sus hijos. «Los padres que no han recibido educación sexual sostienen mitos sin saberlo y los transmiten sin intención. Es por esto que se sugiere consultar con profesionales para no reforzar ni transmitir falsas creencias»,aconseja.
Además, explica que los adolescentes que no hablan en sus casas lo hacen con sus pares o buscan información en medios poco recomendados como Internet ´Mi incorporan más mitos que los exponen a embarazos no planificados, al contagio de infecciones de transmisión sexual y dificultan el desarrollo de una sexualidad autónoma, valorada y libre de prejuicios que les permita desarrollar una vida sexual plena y placentera», expresa.
Para la doctora Literat, cuando las personas se resisten a concurrir a una consulta de información sexual o a un programa de educación para padres o para parejas, diciendo «como me van a enseñar esto que es algo natural», están facilitando que el vado de conocimiento científico de la «natural» función sexual, sea reemplazado por creencias erróneas.
«Cuando deban dialogar con su pareja se manejarán con el conocimiento incorporado de la calle, que está repleto de mitos y cuando deban contestar preguntas de sus hijos, les transmitirán el mismo guión que ellos manejan, lo cual es muy lamentable ya que perpetúa la disfunción», dice y
luego completa «nadie nace sabiendo: así como aprendimos la forma adecuada de comer y de caminar, la sexualidad también se puede aprender para vivir mejor y más plenamente´:
 •Jazmín Rocca
Agradecemos a:
• Lic. Andrea Gómez. Psicóloga especialista en sexualidad y adolescencia. Miembro del Comité de Desarrollo del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam).
• Dra. Beatriz Literat. Médica ginecóloga y sexóloga clínica a cargo del Departamento de Sexología de Halitus Instituto Médico.
• Dr. Ignacio J. de Zúñiga, especialista en Ginecología y Reproducción Humana y director médico de Pregna Medicina Reproductiva.


MITOS Y MÉTODOS
• «La creencia de que las pastillas anticonceptivas engordan es muy popular. Por el contrario, las pastillas no modifican el peso corporal o incluso pueden contribuir a que no se retengan líquidos con un impacto positivo para el peso. Este mito dificulta que las mujeres elijan este método que es el más efectivo (99.9% con el uso correcto) y tan apropiado para las adolescentes ya que está desligado del momento de la relación sexual», dice la licenciada Gómez.
• «Existe el mito de que el uso del preservativo disminuye el placer.
Es sabido que el preservativo no minimiza el placer; pero el no usarlo muestra el poder y supremacía de uno de los involucrados», señalan en el libro Fantasías prohibidas.
• «Es habitual el mito de hacer descansos cuando se toman pastillas anticonceptivas. Este mito está muy arraigado aún en la comunidad médica. La OMS (Organización Mundial de la Salud) sostiene que los descansos no son necesarios y no aportan ningún beneficio para la salud.
Por el contrario, muchas parejas al no tener el hábito de utilizar otro método anticonceptivo, se exponen a relaciones sin protección con el riesgo de un embarazo no planificado», explica la licenciada Gómez.


EL MITO DE LAS ABUELAS
“Existe el mito de que una mujer cuando está menstruando no puede bañarse y lavarse el cabello o comer determinados alimentos. Los hábitos de higiene, siempre saludables, deben mantenerse aún durante el período menstrual», señala la licenciada Gómez.


MITOS DE LA GINECOLOGíA Y LA OBSTETRICIA
El doctor Ignacio de Zúñiga, especialista en Ginecología y Reproducción Humana y director médico de Pregna Medicina Reproductiva, nos cuenta los mitos y verdades sobre la ginecología y la obstetricia:
• «Se ovula una vez de cada lado». No, eso depende de cada paciente. Puede pasar como no pasar.
• «Los dolores a mitad de ciclo siempre son sinónimo de ovulación». Pueden serlo como también ser de causa intestinal (los más frecuentes).
• «Si se busca el embarazo es mejor tener relaciones todos los días». No, es mejor tenerlas cada 48 hs., así las vesículas seminales del varón se van llenando y es más efectiva la eyaculación en cuanto al volumen.
• «Después de tener relaciones sexuales es mejor quedarse acostada, colocarse un almohadón debajo de la cola u otra maniobra postural». Si la pareja busca embarazarse, lo conveniente es quedarse unos minutos acostada para evitar la caída de semen; situación totalmente normal. Recuerden que el semen es líquido y tiende a salir de la vagina si la mujer se levanta. Pero es conveniente, si esa caída de semen es muy importante, que la pareja mantenga relaciones estando la mujer abajo y el hombre arriba. De esa manera la caída de semen será menor.
• «Conviene hacer reposo los días siguientes a la ovulación: dejar de hacer deporte, actividades físicas, etc.» No, hay que hacer vida totalmente normal, sin ningún tipo de limitaciones y no va a interferir en la gestación inicial.
• «Hay embarazos que se pierden en forma tan precoz uno no llega darse cuenta». Sí, puede pasar pero es muy raro. En general algún síntoma da, o nos da a los médicos. Por ejemplo: menstruaciones escasas, de características diferentes (marrones o rosadas), de pocos días o que se entrecorten pueden ser sinónimo de gestaciones precoces.
• «El estrés es el responsable de la infertilidad». Puede serlo, pero siempre y cuando genere trastornos del ciclo, como por ejemplo falta de menstruación.