A la carga psicológica, se le suman las presiones y mandatos socioculturales, que llevan al individuo a vivir la no llegada de ese deseado bebé como un estigma. La Lic Judith Cosogliad, especilista en fertilidad, explica: «La carga es tan fuerte que puede dar lugar a ansiedad, altibajos emocionales, angustia y culpa. investigaciones realizadas durante los últimos años demostraron que hay un alto grado de sufrimiento psicológico en aquellas parejas que padecen de infertilidad. Los estados de estrés que se establecen pueden ser tan fuertes que genera una acción sobre órganos, aparatos y sistemas alterando su funcionamiento y estado de salud general.
La experta agrega: «Cuando una pareja con un diagnóstico de infertilidad y en tratamiento suele llegar a la consulta psicológica por distintas motivaciones, ya sea, por no lograr la paternidad, por la sensación de pérdida de control sobre el propio cuerpo, o por la preocupación por no continuidad genética pero, en cualquiera de esos casos el trabajo en equipo de médicos y psicólogos es la manera de lograr que el período se viva con más fuerza y que la pareja refuerce su vínculo acercándose un poco más a conseguir el embarazo.»
Lo importante es que no perdamos las esperanzas y que trabajemos unidos en este período que es central para la pareja, la familia.
Asesoró: Lic Judith Cosogliad
Fuente: Revista Psicología Positiva