Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en América Latina y el Caribe, un 18% de los embarazos no deseados se da en adolescentes, una situación que impacta negativamente en su desarrollo social. La capacidad de decidir cuándo tener hijos tiene una influencia directa sobre la salud y el bienestar de la mujer, por eso, la OMS sostiene que, al asegurar el acceso a los distintos métodos anticonceptivos, la planificación familiar es una herramienta crucial para asegurar el bienestar, la autonomía de la mujer y el avance de las mujeres. En América Latina y el Caribe existen todavía significativas necesidades insatisfechas en torno del acceso a los métodos de planificación familiar: el crecimiento de la población y la escasez de servicios hacen que, en la región, un 22% de las mujeres no tenga acceso a métodos anticonceptivos modernos. El resultado es que 6 de cada 10 embarazos que se producen en América latina no han sido planeados.
En riesgo
Definida como «un período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, psicológicamente pasa de la niñez a la adultez y consolida la independencia socioeconómica, «la adolescencia es sobre todo, un periodo crítico cuyo límites de edad varían según algunos investigadores pero que la OMS la comprendió entre los 10 y los 19 años.
En la actualidad, se observa una separación progresiva entre el desarrollo biológico de la adolescente y la madurez psicosocial porque ha descendido la edad de la menarca (primera menstruación) en las mujeres, lo que les permite ser madres a edades tan tempranas como los 11 años.
La madurez psicosocial, en cambio, tiende a darse en edades más avanza-das debido al largo proceso de preparación que requiere una adolescente para llegar a auto valerse en ambos sentidos. Las adolescentes, cada vez en edad más temprana, viven el drama de la maternidad no deseada, el rechazo de los padres y el desprecio o la indiferencia de los demás. Sin preparación alguna para la maternidad, llegan a ella y esa imprevista situación desencadena una serie de frustraciones, sociales y personales.
• Algunas jóvenes madres optan por la adopción que les crea una gran culpa y arrepentimiento, sobre todo en etapas más maduras de su vida.
• Las madres solteras se enfrentan a grandes carencias y dificultades. Su proyecto de vida se ve frenado, sufren agresiones por parte de su familia y del entorno y tienen menos oportunidades de conseguir un empleo (cuando lo obtienen, es mal remunerado), sin olvidar que deben educar a su hijo en medio de un ambiente desfavorable.
• Otras jóvenes madres deciden (si es que la pareja responde) casarse. Sin embargo, existen altas probabilidades de que su matrimonio no resulte porque los chicos se enfrentan a un evento inesperado, sorpresivo; no son capaces en esos momentos de llevar una vida de pareja independiente económicamente, no están lo suficientemente maduros para que su relación perdure, ni están preparados para recibir un hijo y mucho menos cuidarlo.
Un embarazo no deseado no sólo afecta a los padres adolescentes sino que, además, se ve reflejado en la sobrepoblación, nivel académico y nivel económico de una familia.
Desde el aspecto médico, embarazar-se durante la adolescencia trae importantes trastornos:
• Un problema bastante habitual es la falta de atención médica desde el inicio del embarazo, debido a que generalmente las chicas no avisan pronto a sus padres y suelen comunicar su situación recién a los 4 o 5 meses, tiempo que pasan sin revisión alguna.
• Las mujeres de 16 años o menos corren el riesgo de pre eclampsia y eclampsia (presencia de crisis epilépticas y convulsiones que no tienen relación con una afección cerebral preexistente).
• El bajo peso al nacer de los lactantes, hijos de adolescentes, aumenta y probablemente se debe a causas orgánicas tales como anomalías placentarias, nutrición deficiente, tabaquismo y consumo de drogas
• La mortalidad materna en esta etapa figura dentro de las causas más frecuentes de muerte en las adolescentes. La mayoría se debe a embolia, enfermedad hipertensiva, embarazos ectópicos.
• Algunas chicas optan por el aborto clandestino, que pone su vida en peligro debido a sepsis y hemorragias presentadas durante el proceso. El embarazo adolescente es un problema de salud pública y como tal debe ser abordado por toda una sociedad, prevenir es la clave, una buena educación sexual a nivel escolar y un adecuado nivel de comunicación y confianza con los padres, aumenta los índices de abstinencia y genera comportamientos sexuales responsables en los jóvenes.
Apuntar al objetivo
«Mejorar la salud materna» fue el objetivo ubicado en el puesto número cinco en el Desarrollo del Milenio, establecido por la Organización de Naciones Unidas, en 2000. Según un informe reciente, se estima que todavía en 2013, unos 140 millones de mujeres que querían detener o demorar la maternidad no tenían acceso a la planificación familiar. En la actualidad, no hay dudas de que la planificación en mujeres jóvenes reduce los riesgos de salud y de mortalidad asociados al embarazo a edades tempranas, y al mismo tiempo reduce los riesgos de salud relacionados con la maternidad a edades avanzadas.
Es necesario educar a los hombres y a otros miembros de la familia acerca de la planificación familiar, para ayudarlos a tomar decisiones informadas en cuanto al uso de la planificación, y a apoyar la decisión de las mujeres con respecto a las opciones anticonceptivas.
La educación relativa a la vida familiar debe comenzar a una edad temprana, y se debe animar a las mujeres a que consideren la planificación familiar como un componente a largo plazo de la salud reproductiva.
A menudo, las mujeres tienen una visión más amplia en términos de planificación familiar; la ven como una actividad a largo plazo que afecta la calidad de su salud psicológica, su vida doméstica, su participación en la fuerza laboral, y su capacidad de incorporarse a las actividades comunitarias.
El otro extremo
Por Dr. Sergio Pasqualini
En tiempos en los que las mujeres aplazan o extienden la decisión de ser madres, lo madurez también presento sus riesgos. La mujer de más de 40 años puede quedar embarazada o desearlo con o sin pareja. En el caso de lo que busca embarazo, los médicos deben, antes, evaluar el estado clínico y psicológico de lo mujer poro saber si se encuentro en condiciones de sobrellevar el embarazo y para, dada lo edad de los padres, estimar qué será del niño por nacer en caso de lograr el embarazo. Existen cosos de 45 años que no califican por riesgos médicos o por cuestiones psicológicas y los hoy de 51 y hasta 52 años, como edades máximos, que pasan todos los exámenes y se practican. El coso de la mujer alemana de 65 años no hubiera nunca pasado el filtro.
El embarazo implica una sobrecarga para el cuerpo y, después de los 40, conllevo mayores posibilidades de complicaciones como la hipertensión o la diabetes. Las investigaciones científicas revelan que es dos veces más probable que una mujer de más de 35 años desarrolle alta presión arterial y diabetes que una mujer de entre 20 y 30 años.
Pero además, en cualquier coso, o los 40 años, existe el doble o el triple de probabilidades de que el bebé presente enfermedades genéticas o congénitas que en mujeres de entre 20 a 30 años. Si la mujer logra el embarazo con óvulos crio preservados los riesgos de enfermedades genéticas u otros problemas van o ser los riesgos que se presentan o la edad en que se crio preservaron y no los de los 45 años, por ejemplo, es decir la crio preservación permite disminuir los riesgos de enfermedades genéticos y de otra índole relacionados con el poso del tiempo y la edad y fundamentalmente brinda lo posibilidad de intentar lograr el embarazo a edades en los que el funcionamiento ovárico decae.
*Director científico de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación Repro.