Medicina y estética para extranjeros

Nino Frenández
pymes@clarin.com

Consideradas exportaciones, en tanto implican ingreso de divisas, las prestaciones médicas y estéticas demandadas por extranjeros en el ámbito local constituyen uno de los nichos del turismo receptivo más novedosos y promisorios de la post devaluación.

Cirugías plásticas tratamientos dermatológicos y flebológicos, reproducción asistida, terapias oftalmológicas y oncológicas, depilaciones definitivas y micropigmentaciones, forman parte de este menú de servicios de creciente demanda por parte de extranjeros de distintas procedencias.
Aunque el factor económico derivado del abaratamiento de los precios en dólares aparece como la principal explicación de este fenómeno, también pesa la reputación que tienen los profesionales argentinos de estas áreas en el continente americano.

Fertilización y oncología
Sergio pasqualini, director médico de Halitus, instituto reconocido internacionalmente por su tratamiento de fertilización asistida, afirma que «el auge de nuestra institución en pacientes de otros países se dio a partir de la devaluación, que provocó una drástica reducción de honorarios e insumos en dólares».

Las cifras son elocuentes: mientras en los EE.UU, Japón o Australia, la fertilización in vitro tiene un costo de entre US$ 10.000 y 12.000; en la Argentina cuesta $ 5.000. Similar es la diferencia con los precios que rigen en el continente europeo, con el agravante de que allí algunos países presentan leyes restrictivas en materia de donación de óvulos o espermatozoides, o limitaciones a la práctica de la fertilización in vitro, como ocurre en Italia y Alemania.

De a poco, la suma de estas condiciones está determinando que la Argentina se incorpore a la ruta del llamado «turismo reproductivo», que incluye a los países con cierta libertad de acción en este sentido y buenas prácticas de fertilización asistida.

La estadística es uno de los datos más observados por los interesados del exterior, que generalmente son personas familiarizadas con Internet. De hecho, la mayor parte de las consultas se realizan a través de la página web del instituto, que en una segunda: instancia deriva en una historia clínica virtual y luego en la primera parte del tratamiento. Desde junio del año pasado a esta parte, en Halitus se registraron 810 historias virtuales, de las cuales, 570 fueron de la Argentina y 240 del exterior Igualmente llamativas resultan las estadísticas del Instituto de Inmuno Oncología, Ernesto J.V.Crescenti, que en las siete sedes distribuidas en el país, atiende un promedio de 300 pacientes por día, el 20% de los cuales provenien del exterior.

«Es una terapia que no existe en otros países, que resulta complementaria de las tradicionales y que neutraliza los efectos nocivos de la quimio y radioterapia. Usamos una combinación de oligoelementos de origen nacional, con los que hemos logrado muy buenos resultados en términos de remisión de tumores», afirma Ernesto Crescenti.

El instituto recibe pacientes de Perú, España, Uruguay, Francia y Costa Rica, entre otros, que pagan $ 400 por un mes de tratamiento, que incluye consultas, medicación y seguimiento.

Medicina estética

La medicina cosmética y algunas líneas de la estética, son otros de los rubros requeridos desde el exterior. «Amén de los motivos económicos, también llegan a la Argentina por el respecto y la confianza que merecemos los médicos de este país, en cuanto a responsabilidad y capacidad profesional», dice Adriana Ratto, directora de Medical Laser, especializada en Cirugía Cosmética y Medicina Estética.

Una depilación definitiva de piernas con láser se cobra en esta empresa US$ 120, en tanto que en España, por la misma técnica el precio, está por encima de los 500, euros y en EE.UU, unos US$ 500. Una lipoescultura, en España cuesta 3000 euros y en los EE.UU, US$ 4000, mientras que en la Argentina se cobra entre US$ 1000 y 1500.

Con pacientes procedentes básicamente de EE.UU, España y Chile, Ratto enumera las prestaciones más demandadas desde el exterior: lipoescultura, implantes mamarios, dermolipectomias abdominales, lifting facial, depilación laser, relleno de arrugas; labios y pómulos y Bótox.

«La cantidad de pacientes extranjeros creció un 20% desde el 2003. Aunque la mayoría llega a nosotros por la página web, en los últimos tiempos también nos consultan por recomendaciones boca a boca de extranjeros atendidos antes», agrega Ratto.

Para Gustavo Sampietro, director de Instituto Quirúrgico Láser, que realiza unas 30 intervenciones mensuales, de las cuales cinco o seis son para extranjeros no residentes, el buen momento de la cirugía estética argentina reconoce otras razones además de las económicas.

Resalta que el país ocupa el segundo lugar, después de EE.UU, en porcentaje de procedimientos estéticos respecto de su población, un dato que prácticamente se convierte en una acción de marketing adicional. Y afirma que en la competencia con el mercado estadounidense también juegan otros factores. «En EE.UU se usan las prótesis para mamas rellenas de suero» fisiológico, que cuestan más de US$ 2000; mientras que acá se usan las de siliconas, que tienen un costo aproximado de U S $ 500. Y también hay diferencias con el precio de insumos. Por ejemplo, en el caso de la ampolla de la toxina botulínica, utilizada en las aplicaciones de Bótox, que aquí cuesta US$ 100 menos que en aquel país», dice Sampietro.