¿Ser madre al llegare a los 40 implica riesgos? ¿Qué sucede en el caso de la paternidad tardía? Todo lo que hay que saber acerca de las distintas técnicas: Fertilización in vitro, ovodonación y congelamiento de semen.
Muchas veces se da como parte de una planificación, en la que se priorizan los estudios o el crecimiento profesional, y otras como consecuencia de haberlo intentado con resultados fallidos. Lo cierto es que cada vez son más las mujeres que deciden incurrir en la maternidad después de los 35 años. Sin embargo, a partir de esa edad, y sobre todo a partir de los 40,Ia mujer se enfrenta a la disminución de la función ovárica y de sus posibilidades de lograr un embarazo. ¿Se puede ser madre luego de esa edad?
Los factores fecundantes, tanto femeninos como masculinos, experimentan alteraciones según la edad de las personas. De esta manera, será una variable que también influirá en la búsqueda de un embarazo. En la mujer, la función ovárica está relacionada en forma directa con su edad. Si está sana, tiene aproximadamente un 78 % de probabilidades de embarazarse naturalmente a los 25 años, este índice baja a poco menos del 50 % a los 35, y declina cuanto más se acerca a los 40 años. El ovario femenino, y con él su fertilidad, decaen a partir dela primera menstruación. Inicialmente, ese declive es muy lento, pero a la edad de 37 ó 38 años -cuando se cree que el ovario tiene cerca de 25.000 folículos- el descenso se acelera hasta que, al llegar a alrededor de los 1000 folículos se alcanza la menopausia, a la edad de 51 ó 52 años en promedio.
El descenso de la fertilidad viene acompañado por una baja en la calidad ovo citaría y, además, con un aumento del riesgo de anormalidades de cromosomas, de patologías uterinas, baja respuesta de la hormona folículo estimulante (FSH) normal y mayores probabilidades de aborto.
Lo primero que tiene que saber una mujer de más de 40 años que busca un embarazo es qué posibilidades tiene ella en particular de tener éxito en su intento. Las probabilidades individuales dependerán de lo que surja de la evaluación, la cual tiene una duración de unos dos meses.
Si la mujer todavía tiene su ciclo y ovula, es probable que pueda tener un embarazo de manera natural, aunque es una posibilidad bastante limitada. La peri menopausia, momento que anuncia el declive de la actividad ovárica, el descenso de la fertilidad y de la calidad de los óvulos, presenta mayores riesgos para la consecución de un embarazo.
Estas técnicas les dieron una respuesta a aquellas mujeres que decidieron ser madres hasta edades muy avanzadas. En este sentido, los 50 años de edad es, con excepciones, un límite razonable a considerar.
Las posibilidades de lograr el embarazo con técnicas de fertilización in vitro (FIV) después de los 40 años cambian año a año, se reducen y cada mes cuenta mucho. «Independientemente de la edad, siempre están vigentes dos preguntas a la horade realizar un tratamiento: ¿Esta técnica es válida para esta pareja, seguimos intentando y hay posibilidades de lograrlo? ¿O esta técnica no es para esta pareja? En este segundo caso, en general, el motivo son los óvulos y entonces es momento de recurrir a una donación. A veces, una pareja lleva dos, tres o cuatro intentos, pero vale la pena seguir intentando, y en otros casos no hay más opción que la ovo donación. Hay que evaluar los casos uno por uno», explica el doctor Sergio Pasqualini, director científico de Halitus Instituto Médico y presidente de la Fundación Repro.
En ambos casos, natural o in vitro, si se logra el embarazo existe la posibilidad de que el mismo se detenga prematuramente, antes de los 3 meses, y luego está el riesgo de que el bebé presente alguna anomalía genética, aunque esta probabilidad siempre es mucho menor a la anterior. Si se hace una fertilización in vitro en una mujer de 40 años, el 80 % de los embriones que se formen seguramente serán portadores de malformaciones genéticas, pero también son pocos los bebés que nacerán con malformaciones porque el filtro natural lleva a que se detengan, en general, en los primeros días de desarrollo.
Si el ovario responde y permite obtener un óvulo que forme un bebé, los riesgos a los 40 son mayores que a los 30 años, pero nunca tan altos como para recomendar la ovo donación.
Otro elemento a tener en cuenta es que, a esa mujer que llevaría adelante el embarazo, habría que realizarle una evaluación clínica general para asegurarse de que su organismo esté en condiciones de sobrellevar la carga que implica un embarazo.
En los casos en que un ovario falla, tal vez haya opciones de lograr que funcione mediante algún tratamiento pero, si esto no se logra, cabe la posibilidad de recurrir a un óvulo de una mujer joven que acepta donarlo para que gente que lo necesita pueda hacer el intento de lograr el embarazo.
En general, las mujeres que consultan a los 40 ó 41 años pueden saber que deben elegir esta opción porque no menstrúan o porque ya tuvieron una falla ovárica o han realizado tratamientos que han fallado. Una pareja puede decidir avanzar con la ovo donación o puede encontrarse con un fracaso de los tratamientos y debe evaluar la donación de óvulos. Son casos diferentes.
La donación se aconseja que sea anónima en el sentido de que no esté relacionada, que no sea hermana ni prima, por ejemplo, para evitar los posibles conflictos con la donante. La misma deberá cumplir ciertos requisitos:
• Ser menor de 32 años (algunos aceptan hasta 33 años).
• No tener antecedentes de enfermedades hereditarias.
• Que su evaluación hormonal e infectológica sea normal.
• Debe realizar la consulta con la genetista.
• Debe realizar la consulta con la psicóloga.
La ovo donación aumenta las posibilidades de lograr un embarazo, puede reducirlas posibilidades de pender lo al inicio y disminuye las posibilidades de anomalías genéticas. Por lo tanto es una opción que, llegado el caso, debe ser considerada.
Ser padre a los 50, hoy en día parece darse con mayor frecuencia que hace años. Muchos hombres lo viven como un rejuvenecimiento, e incluso algunos lo sostienen como un deseo más verdadero. Pero es importante saber que hay riesgos y varios elementos a tener en cuenta a la hora de evaluar la fertilidad masculina a cualquier edad.
La fertilidad y las características sexuales de un hombre son dependientes del funcionamiento normal de su sistema reproductivo. Hay un número de órganos individuales en el cuerpo del hombre que actúan juntos, e incluso el cerebro también tiene un papel importante en el control de la función reproductiva. Como con otros órganos del cuerpo, si la función normal no ocurre, puede ser necesaria la intervención médica.
Si bien la función reproductiva masculina es menos vulnerable al paso del tiempo, no es nueva la información que refiere que existe un descenso de la fertilidad cerca de los 50 años. Esta modificación se relaciona, en la mayor parte de los casos, con un progresivo descenso de la testosterona -hormona fundamentalmente masculina- a partir de los 30 años. Además, varios estudios mencionan la disminución de la fertilidad, en mayor o menor medida, y el aumento del riesgo de alteraciones genéticas a partir de esa edad. ¿Qué sucede en el caso de un hombre que tiene el deseo de paternidad pero se enfrenta a algún grado de infertilidad a los 50 años?
El reloj biológico en el varón avanza a un ritmo diferente del de la mujer porque, a diferencia del femenino, el masculino tiene un declinar paulatino, pero también marca su tic-tac sin pausa. El ritmo de ese descenso de la fertilidad dependerá en todos los casos de tomo fueron sus inicios. A los 40 años, un hombre no tiene d mismo nivel de fertilidad que a los 20. Hay hombres jóvenes que tienen inconvenientes en su producción espermática y, seguramente, el declinar se les notará más temprano. Ese declive está condicionado genéticamente y cada uno lo vivirá a su manera, pero es una realidad que sucederá. De hecho, sería bueno evaluar la fertilidad del hombre a los 30 años: si el resultado mostrara que está por debajo del promedio para su edad, podría ser recomendable criopreservar semen porque en ese momento no hay manera de saber cuál será el ritmo de descenso de su fertilidad.
La caída de la función espermática puede observarse en un espermograma. Lo más afectado con los años es la cantidad y la calidad de espermatozoides. Y también el volumen del eyaculado: el hombre eyacula menos, y ese menor volumen puede ser un factor de disminución de la fertilidad sin que necesariamente estén tan afectados los espermatozoides. En un espermograma se analiza en el laboratorio el volumen, la concentración de espermatozoides por mililitro y el porcentaje de formas anormales. En los hombres de más de 40 años siempre se estudia la fragmentación del .ADN -información genética-, ya que es sabido que cuanto más edad tiene el hombre con mayor frecuencia podría estar alterada. La misma se lleva a cabo mediante una preselección de los espermatozoides previa a la realización de la fertilización in vitro.
La realidad es que el hombre tiene ventajas con respecto a la mujer dado que, aun cuando los espermatozoides estuvieran afectados en su cantidad y calidad, con las técnicas de hoy -especialmente la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)- se pueden lograr embarazos en casos de infertilidad masculina severa.
Por otra parte, el paso del tiempo aumenta los riesgos de trastornos en la descendencia Y suelen existir más cantidad de embriones que detienen su evolución. También hay problemas neurológicos que han sido relacionados con la paternidad tardía -así como con la maternidad tardía- tales como autismo, esquizofrenia o trastornos en el desarrollo, que pueden presentarse muchos años después.
La paternidad tardía es una realidad. Entonces, sería recomendable evaluar la posibilidad de congelar semen a los 30 años. De querer un hijo después de los 50, podría recurrirse a esa muestra congelada a través de la crio preservación para disminuir los riesgos relacionados con los espermatozoides de un hombre de mayor edad.
El congelamiento de espermatozoides es muy éxitos a dado que el mismo es una célula muy pequeña y, una vez que está congelada, pueden pasar miles de años sin que el paso del tiempo la afecte. Por otro lado, la crio preservación de espermatozoides se indica en aquellos casos en que el hombre debe enfrentar un tratamiento oncológico.
La fertilidad en el hombre también declina. El paso del tiempo y su relación con la fertilidad no es sólo un tema de mujeres. Pero existen opciones para planificar y cuidar la fertilidad de cara al futuro. Sólo hay que conocerlas.