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Por: 17.12.14 | Revista Pronto | 08/01/15

Marisa Brel


La periodista confirmó que su matrimonio con Carlos Evaristo, padre de sus dos hijos, llegó a su fin; pero contó cómo fue que decidieron consultar al especialista en fecundación asistida Sergio Pasqualini y comenzaron un tratamiento.

La periodista confirmo que su matrimonio con Carlos Evaristo, padre de sus dos hijos, llego a su fin. “Estoy muy triste, pero la decisión la tomamos los dos”, dice. La abogada Ana Rosenfeld la está asesorando en la parte legal de la separación.

“Fueron 20 años de amor”, dice la periodista.

«Estoy muy triste -escribe Marisa-, pero es una decisión tomada de a dos. Fueron 20 años de amor. Ahora comienza una nueva etapa. Gracias a todos por tanto afecto». Así, con este corto pero conciso mensaje, la periodista y escritora Marisa Brel (44) confirmó que la relación con su marido, el director Carlos Evaristo, había llegado a su fin. En el medio dos años de novios, 18 de casados y una larga y dolorosa lucha por ser padres que dio sus frutos: Paloma (12) y Timoteo (2). Según trascendió la pareja ya no venía bien y decidieron terminar la relación pero en buenos términos. Igual Marisa, ya habría contratado los servicios de la abogada Ana Rosenfeld para que la asesore y esté a cargo de los papeles de la separación legal que comenzaría en febrero, apenas termine la feria judicial.

Brel estudio teatro durante tres años con Evaristo. Así se conocieron y enamoraron. Fueron novios hasta que en 1996 decidieron casarse. Carlos ya tenía un hijo Matías, de un matrimonio anterior con Andrea Barbieri y la relación de Marisa con él siempre fue muy buena. Al poco tiempo de casados comenzaron a buscar el primer bebe, fueron cinco años infructuosos y frustrantes. Para fines del año 2000 estaba claro que había un problema y decidieron consultar al especialista en fecundación asistida Sergio Pasqualini y comenzaron un tratamiento. Fueron años difíciles para ellos. «La medicación es hormonal y las mujeres cambian repentinamente su humor -detalló-, estamos más sensibles, más vulnerables, intolerantes e intolerables. Hay que cuidar mucho la cabeza. Me volqué mucho a la espiritualidad porque necesitaba creer en algo más fuerte que le diera sentido a la vida, que me sostuviera, para poder levantarme de nuevo cada vez que caí». El apoyo en ese momento de su pareja, Carlos, fue fundamental. «Vivir una situación de búsqueda de un hijo que se complica, destruye o solidifica el matrimonio. A nosotros nos unió mucho», contó Brel. De allí nació Paloma, en 2001 y fruto de esa experiencia también nació un libro: Voy a ser madre… a pesar de todo. Brel se convirtió entonces en una militante de la Ley de Fertilización asistida gratuita que ya está vigente en la provincia de Buenos Aires. En 2011 publicó su segundo texto sobre el tema: Un hijo, un sueño. Para entonces ya tenía decidido ser madre de nuevo pero como fertilización asistida ya no era una opción para ella optó por el alquiler de vientre en los Estados Unidos. Durante ese proceso filmó un documental para National Geographic. Pero lo más importante es que pudo, finalmente, tener a Timoteo, su segundo y tan ansiado bebé que nació en octubre de 2012. «Ahora estoy en paz -le confesó a Pronto en ese momento-. No tengo que estar preocupada ni sufriendo, ni generando, ni planificando nada para lograr este objetivo importante en mi vida. Ya está. Ahora me queda disfrutar de mis hijos, de la familia maravillosa que tengo y a celebrar la vida». Como todo sueño, en algún momento llegó a su fin. Dos años después, con mucho dolor, Brel anunció el fin de su matrimonio con Evaristo. «Se terminan mis 44 -escribió en su página de Facebook, el pasado jueves 11 de diciembre, justo un día antes de cumplir 45 años-. Mañana una nueva vida comienza. Paso a paso. Sostenida por el amor de mis hijos y de mis amigos. Siempre me he sentido la Mujer Maravilla. ¡En este momento me en-redé con el lazo! Pero como siempre Dios me guiará para que todo sea para aprender, crecer y evolucionar». Ahora el futuro se presenta incierto para ella y quien fuera su pareja, pero lo que sí tienen en claro es que la familia que formaron es para siempre.