Madres y bebés en la mira de varias industrias
Unos 40.000 visitantes conocieron productos diseñados a medida para este nicho de mercado.
«Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo».
Diego Galuzzi logró refutar este famoso precepto enunciado por Napoleón Bonaparte. Apelando al ingenio, diseñó un elevador de cuna con tal de que su cuñada parara de quejarse.
«Ella llegó a tener problemas de columna, debido a la cantidad de veces que debía inclinarse para levantar a su bebé, arreglar las sábanas de la cuna o cambiarle los pañales», explica el creador de Babyup.
Galuzzi y su socio, Gustavo Amores, idearon esta suerte de ascensor de cuna. Para evaluar el interés que podía llegar a despertar el producto en el mercado, apelaron a la técnica de los focus groups.
«Pensar que el primer dispositivo pesaba 16 kilos y ahora tan sólo cuatro, y aguanta hasta doce kilos de peso», recuerda Amores, que invirtió $ 1.000 para hacer 2.000 folletos contando las bondades de su producto, cuyo costo es de $ 140, Y hay que agregarle otros $ 160 para la cuna.
Otro visionario es Eric Grimberg. El director de Grimberg Dentales lanzó a la venta el Germikill Kids: toallitas húmedas antibacterianas sin acción terapéutica, refrescantes y con aroma frutal, útiles para lavarse las manos antes de comer.
«Cuando los nenes van al baño, a la plaza o a la playa se ensucian y, si no hay un baño cerca, les viene bien para higienizarse y, de paso, tener un aroma agradable», asegura el emprendedor, desde su stand de 72 metros, orgulloso por haber recuperado la inversión en la feria, gracias a la venta de las originales toallitas y gel antihacterianos.
María José pasqualini, de Halitus, exhibe una sonrisa de oreja a oreja. Aún no puede creer tener el ecógrafo General Electric que instaló en su stand de 78 metros. Debió contratar un flete especializado en este tipo de aparatos, de modo que no se rayara ni le pasara nada, aparte de sacar un seguro por incendio.
Sortearon tres ecografías en tres dimensiones por hora, para que las madres puedan conocer la carita de su bebé, como si estuvieran espiando por el ombligo.
Para todos los gustos
Todo esto, y mucho más, pudieron apreciar los 40.000 visitantes que recorrieron los 8.800 metros que abarcó Ahora Mamá, donde 85 stands pagaron $ 350 por locales de entre nueve hasta 100 metros. Una de las ventajas que aportó la organización fue la venta anticipada de entradas, para que la mujer embarazada no tenga que hacer una fila y estar parada mucho tiempo.
«Cuando una mujer se embaraza, se le abre un mercado nuevo, y se le empiezan a generar dudas e incertidumbres, por eso se acercan para buscar información y productos», advierte Claudia Baschera, directora de Ahora Mamá, quien diseño la revista que le hubiera gustado leer al estar embarazada, por las dudas que tenía sobre qué podía comer y qué actividades hacer o no. Y llevó la revista a una expo.
Mariano Gorodisch
pymes@clarin.com
